sábado, 17 de noviembre de 2018

TEN CUIDADO CON LO QUE DESEAS, NO SEA QUE SE CONVIERTA EN REALIDAD

       

La exposición: la memoria de los árboles en el Espacio Pirineos de Graus
        Toca ya parar un poco y echar la vista atrás, hace 5 años comenzamos con la primera microexposicion del Espacio Salto de Roldán, se llamaba “la memoria de los árboles” y contaba con unas pocas rodajas de troncos, prácticamente exponíamos todas las que habíamos conseguido en la estantería- expositor que teníamos para ello.  
         Hoy la colección conseguida se denomina ARBÓREO, cuenta con 406 ejemplares de 65 especies de plantas leñosas especialmente espontáneas del Altoraragón; si contamos que de cada ejemplar hemos obtenido 2 ó 3 rodajas y  también incluimos troncos enteros de hasta 4 metros de altura, y otras piezas de más de 90 kg. de peso, os podéis hacer una idea del volumen que manejamos y los consiguientes problemas de almacenamiento, de ahí el titulo de la entrada pues cuando empezamos deseábamos conseguir piezas grandes e interesantes, justo lo que ahora tenemos pero no pensamos en eso podía ser un problema para guardarlas.
         Ahora mismo, mientras escribo esto tenemos dos exposiciones en exhibición y cada una diseñada con unos fines muy concretos:
 -La memoria de los árboles,en el Espacio Pirineos, Graus hasta el 5 de enero del 2019.  Esta exposición se transporta en un coche normal, la puede montar una persona sola en una hora, sobre mesas o colgando a modo de cuadros y esta pensada para centros de enseñanza y locales pequeños, ocupa 20 metros lineales.
-Los árboles nos cuentan su vida,en el Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de Zaragoza hasta el 26 de enero del 2019. Aquí ya necesitamos un camión pequeño para su transporte pues es una exposición grande, compleja (hay piezas que por sus dimensiones hay que ensamblar en el lugar), pensada para espacios grandes y largas permanencias. La mayor superficie que hemos cubierto es de 300 m2, pero podría ser mayor ( y no es una fanfarronada).          
La exposición: los árboles nos cuentan su vida, en el Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de Zaragoza
       Con estas son ya 35 exposiciones en total, y hemos pasado por colegios, institutos, centros culturales, salas de pueblos pequeños y ferias, pero también por el Jardín Botánico de Valencia o el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, este bagaje nos ha aportado valor a la colección de ARBÓREO y mucha seguridad en lo que hacemos; especial mención a las ferias, tienes que montar y desmontar rápido, independientemente del volumen que lleves y normalmente sin ayuda, además estas continuamente hablando sobre las piezas y observando al publico, por lo que aprendes lo que funciona o lo que no, que sobra y que falta; esa experiencia aunque agotadora es imprescindible para conocer el valor de tu trabajo y defenderla  en lugares más digámoslo…. complejos.


         Hay museos con rodajas de árboles de mayor tamaño, en Nueva York, Londres o  París, pero las historias que podemos contar nosotros con las piezas de ARBÓREO no las cuenta nadie más, por muy museo de gran capital que sea. Así podemos hablar de la longevidad de la sabinas negras (4 ejemplares de más de 600 anillos de crecimiento), sobre eventos como aludes, incendios, riadas, el efecto de la competencia con otros árboles o de parásitos y depredadores, y de cómo también las actividades humanas quedan escritas en la madera.  Y por fin hemos podido conseguir una rodaja de un árbol al que le cayo un rayo, como atestigua su cicatriz con madera calcinada y siguió vivo; y aún nos falta alguna cosa más pero estamos en ello.

         Aunque la itinerantica es una forma de llegar a muchas personas, ya toca buscar una exposición permanente, lo más difícil es encontrar las piezas, el que pasen la mayor parte del tiempo almacenadas no tiene mucho sentido más si la colección funciona y las exposiciones suelen ser un éxito de publico; ahora solo queda  buscar el contenedor, y salir al extranjero el no ya lo tenemos.