martes, 21 de marzo de 2023

PONGA UNA CRISIS EN SU VIDA, Y EVITE LA CATÁSTROFE (los incendios forestales)


Las perturbaciones y pequeñas crisis pueden evitar las grandes catástrofes, como ocurre con los incendios. A pesar del dolor y destrucción que llevan asociados. La naturaleza se recupera de los pequeños incendios pero de los de sexta generación es muy difícil.   

        En nuestra relación con la naturaleza, algunos procesos solo los vemos como algo perjudicial, cuando son parte de la misma naturaleza y por lo tanto inevitables y necesarios en su justa medida, pues definimos lo bueno o malo de acuerdo a nuestros intereses como individuos y como seres humanos; cuando en la naturaleza, algo es bueno o malo según el momento y su intensidad. Un ejemplo sencillo es el agua, imprescindible para la vida, es algo bueno, pero fuera de su momento o una cantidad indeseada, ejemplo una riada, esa agua ya es mala, aunque recargue acuíferos, y la erosión que provoca son nutrientes y sedimentos que mantienen un delta en la desembocadura del rio en cuestión, como en el Ebro y toda la comunidad de seres vivos que habita la zona.

         Otro ejemplo más, en especial en la temporada veraniega, son los incendios, ante ellos tenemos dos verdades, siempre que exista vegetación habrá incendios, da igual que sea la taiga, una selva lluviosa o una turbera, y cada vez los incendios son más intensos en la Península Ibérica.

En la naturaleza las cosas no son ni buenas ni malas, el agua es vital, se aprecia mejor en las zonas secas. pero un exceso puede crear problemas, en este caso los propietarios de campos en zonas de inundación, pero para el soto del rio entra dentro de la normalidad.

         El fuego, simplificando mucho, no es más que una reacción en la que la materia vegetal se trasforma y puede volver a ser reutilizada por los ecosistemas. Las cenizas son un buen fertilizante y el CO2desprendido contribuye al efecto invernadero, sin él los contrastes térmicos en la superficie de nuestro planeta, serían tan grandes que dificultaría mucho la vida en el planeta, al menos tal y como la conocemos (tenemos los ejemplos de La Luna, Marte,…con atmósferas muy tenues); por lo que el COno solo no es necesariamente malo, sino que en su justa medida es imprescindible y las plantas lo necesitan para producir glucosa y de ahí celulosa….. (y nosotros de forma directa o indirecta nos alimentamos de ellas), otra cosa es que ahora exista un exceso de este gas en la atmósfera y conlleve un veloz cambio climático como ocurre en la actualidad por las actividades humanas. 

         Si tenemos vegetación y se dan las condiciones adecuadas, solo nos falta la chispa para que se inicie el fuego. Y los competidores con el fuego son los herbívoros, y las plantas consumidas no pueden arder. Consecuencia de los incendios y los herbívoros en un mundo en el que la humanidad no tenia capacidad transformadora crean los territorios en mosaico, zonas de bosque con distintas etapas de desarrollo, de incipiente a maduros, con zonas abiertas mantenidas por los grandes herbívoros, o sea nada de un bosque continuo con una ardilla que viaja a través de él. Curiosamente este tipo de territorios en mosaico son los más diversos, complejos y con mayor capacidad de recuperación, y aunque están en continuo cambio, son los más estables ante cualquier perturbación o crisis.

 

         Ahora toca la siguiente verdad, cada a vez los incendios son más destructivos. El fuego necesita aparte de las condiciones ambientales adecuadas (sequedad, calor, viento) y la chispa que inicie el proceso, combustible, y como sabemos cuando hacemos una hoguera cuanto más seca la leña mejor prende, y cuanta más leña pongo más intenso es el fuego y más difícil de controlar. Bueno a quien le guste ver fotografías antiguas de paisajes podrá observar la escasez de árboles, incluso en zonas hoy totalmente arboladas. Lógico hace 100 años y menos, la madera se usaba para todo, como ahora el plástico, y el combustible antes del petróleo y la electricidad era la leña y sus derivados, no solo en los hogares también en hornos y en industrias. Por consiguiente, había pocos incendios graves pues había poco que quemar, a  pesar del elevado número de fuegos para regenerar pastos o por la quemas de rastrojos por la agricultura. Así, ahora, tenemos más combustible en un clima cada vez más seco y más cálido, solo falta la cerilla o el rayo, a la naturaleza le da igual el origen de la chispa. 

Si hay vegetación tarde temprano habrá un incendio, por lo que para los ecólogos del fuego, lo mas importante es su frecuencia y su intensidad, y esta última viene determinada por la cantidad de vegetación que hay.

         Algo que dejan claro los ecólogos del fuego, es que siempre tendremos incendios y que lo importante es su frecuencia e intensidad, si los incendios se espacian en el tiempo, y no hay un consumo de plantas y de leñas, la cantidad de combustible es mayor, en estos fuegos se llegan a temperaturas más altas y están ardiendo durante más tiempo, incluso dificultan la recuperación de plantas adaptas a los incendios.

         Por lo que empiezan a ser frecuentes los incendios de sexta generación, sus temperaturas son tales que antes de llegar el fuego, la vegetación ha muerto y se ha secado por muy verde que estuviera, el incendio crea su propio clima; además el aire caliente del incendio llega a la troposfera se enfría y baja creando focos de fuegos en zonas alejadas del frente. El incendio seria la crisis, la tormenta de fuego la catástrofe.  

Texto y fotografías: Miguel Ortega