lunes, 10 de julio de 2023

MADERA, ÁRBOLES E INFORMACIÓN (y II, CRECIENDO)

 Albura/duramen. A la izquierda se nota clara la diferencia en un roble quejido. En el centro el duramen es del mismo color que la albura. A la derecha en el abeto no hay duramen en el tronco aunque si en las  ramas.  
            Los árboles van a crecer en altura por su yema terminal situada en el ápice, esta yema al igual que hacen las reinas en las colonias de abejas o de hormigas controlara el desarrollo de las yemas secundarias de las ramas, con el paso de los años o la perdida de esta, las yemas secundarias podrán tomar el control del crecimiento. Mientras que el crecimiento en anchura del tronco, vendrá producido por una fina capa de células, el cambium, que se encuentra justo sobre el leño y por debajo de la corteza. 

         Otra de las grandes diferencias con los animales, aparte de la movilidad, es que estos tienen órganos muy complejos pero en unidades o como mucho en pareja (corazón, pulmones, intestino…), y pueden regenerar tejidos pero dada su complejidad no los órganos; los árboles en cambio tienen órganos muy sencillos (hojas, raíces tallos…) pero muy repetidos, son capaces de crearlos nuevos pero no de regenerar tejidos, por lo que las hojas caídas son remplazadas por otras nuevas, que no crecen en el mismo sitio sino un poco más adelante en la rama, y los vasos por donde circula la sabia son creados cada nuevo año, formando un nuevo anillo de crecimiento, siempre hacia el exterior del tronco. Esta forma de crecimiento del tronco hace que la parte funcional sea solo la parte más externa del leño justo por debajo de la corteza, el resto del tronco, hacia el interior no podemos decir que esta muerto pero es inerte, sirve para el almacenamiento de algunos compuestos pero a nivel estructural el árbol puede prescindir de parte de su zona interna como demuestran los árboles huecos.  

       Los árboles y las plantas leñosas en general por lo que incluimos arbustos los vamos a dividir en dos grandes grupos, se desarrollan de forma parecida pero no de igual forma. Son:

Coníferas (gimnospermas) llamadas así por la forma cónica de sus frutos, piñas, aunque algunas especies de jóvenes también tienen esa forma cónica (pinos abetos). Salvo los tejos, los pinos canarios y algunos enebros no son capaces de rebrotar si la parte aérea es dañada o eliminada. Son de hoja perenne, en normalmente forma de aguja, acículas, y son bastante primitivos lo cual les hace ser menos eficientes frente a otro grupo pero más resistentes cuando las condiciones ambientales se endurecen. 

 

Frondosas (angiospermas) que son el resto de árboles que conocemos, de hoja ancha, caduca o no, son más eficientes en la fotosíntesis. La mayor parte, sino no son ejemplares muy longevos, rebrotan, se pueden reproducir vía vegetativa y clonar por lo que algunas matas de árboles son todos en mismo ejemplar con los mismos genes (buscar en internet: Pando) y multitud de troncos. 

 

Cortezas. Izquierda, se va cayendo en grandes escamas, en el plátano de sombra. Centro, permanece y se va agrietado según el trono aumenta de perímetro cada año, en robinia. Derecha,en un alcornoque joven, 1 es la capa más externa con grandes incisiones , como en el caso anterior,es la corteza muerta, el corcho que se obtiene de estos arboles; mientras que 2 es la parte de la corteza viva y por donde circula la savia elaborada.
 

         PARTES DEL TRONCO

La parte más vieja del tronco es la más interna, concretamente la médula cuya sección en algunas especies tiene forma estrellada. Los primeros anillos que la envuelven dependen de la yema terminal y es la llamada madera temprana, y tiene una resistencia menor. Desde la médula a la corteza es el leño, compuesto principalmente por la fibras de celulosa que forma los vasos por donde circula la sabia y por la lignina que es una especie de cemento que amalgama todo y le da resistencia y durabilidad. La resistencia del leño va a depender del calibre de los vasos y del grosor de sus paredes entre otras cosas. La parte más interna del leño es el duramen o corazón, a pesar de este segundo nombre, no bombea savia, solo sirve de almacén de compuestos antiinsectos y antihongos que produce el árbol y ayudan a aumentar su durabilidad, aunque suele ser de olor más oscuro en algunas especies poco se distingue por su  color como en el álamo temblón y algunas especies carecen de duramen como en los abetos. Y aunque el árbol se ocupe de protegerlo de la pudrición, muchas veces esta avanza por el ahuecando el tronco como veremos en el apartado de los hongos. Rodeando el duramen se encuentra la albura, ya sin compuesto de protección y cuya parte más externa es por de donde se realiza la circulación de la savia (xilema) desde las raíces hacia las hojas.

Cubriendo el leño e inmediatamente debajo de la corteza esta el cambium, no solo genera leño si también la corteza.

La parte más interna de la corteza es la más reciente y donde se encuentran los vasos por donde baja la savia elaborada desde las hojas para repartirla portado el árbol (floema). Rodeándola y como protección se encuentra la corteza ya muerta, que según las especies se ira desprendiendo como en las hayas y los plátanos, en estos casos el árbol cuenta con el abundante follaje para proteger la corteza del exceso de rayos solares especialmente en primavera cuando esta está en formación y en el caso de los plátanos es de color verdosa, esta estrategia permite desprenderse de los organismos que se encuentran en la misma y que en algún caso podrían perjudicar al árbol. La otra estrategia es ir acumulándola como en alcornoques, pinos y parte baja de los álamos, cuanto más gruesa mayor protección ante daños mecánicos o la altas temperaturas especialmente del fuego y como la naturaleza es ahorrativa así pequeñas experiencias de fuego o daños mecánicos estimulan su máximo desarrollo; estas cortezas aparecen con profundas grietas, la parte más externa de la corteza es la más vieja, se formo cuando el árbol tenia un perímetro menor, por lo que al ensanchar esta corteza muerta se agrieta y abre para adaptarse al nuevo volumen.  El corcho que se saca de los alcornoques es esta parte ya muerta, en su extracción se procura no dañar la corteza inferior donde están los vasos por donde baja la savia.

 

        Si se daña la corteza hasta el cambium, este no se regenera pero el árbol procura cerrar la herida, pues es un punto de desecación y de entrada de infecciones, y lo hace mandando nuevos tejidos desde las zonas cercanas.

Cicatrices. Izquierda herida en proceso de cicatrización, aún se ve el leño de la rama cortada, en roble quejido. Centro, herida con cicatrización vertical, en los años sucesivo llegará a taparse la cicatriz con nuevos tejidos y su corteza, en un álamo. Derecha, tronco de abeto con 4 heridas que el árbol trata de cicatrizar.


FUNCIONES DEL TRONCO

El tronco tiene tres funciones:

-Comunica raíces y hojas a través de los vasos del xilema y floema, la velocidad de desplazamiento de la savia variara según las especies, siendo mínimo en las coníferas, no tiene vasos propiamente dichas sino traqueidas que no son tan eficaces en el trasporte pero permiten la circulación en condiciones limitantes, (frío sequedad) y máximo en frondosas de zonas húmedas con una elevad transpiración y sobre todo en lianas, en la clemátide se ven con facilidad los vasos en su tallos.

-Estructural, permite formar y elevar la copa para acceder a la luz y tener resistencia frente a vientos u otros eventos como la nieve. La resistencia va a variar con las especies y con la situación de cada individuo, para una misma especie un ejemplar situado en el interior del bosque recibe menor presión por ejemplo del viento, que un ejemplar solitario, es este y sobre todo en la zona cercana al tocón es donde la madera será más resistente, pues el árbol desarrolla la resistencia ahí donde la necesita, en los abetos en esta parte se puede observar como las fibras de la madera en lugar de ser rectas son onduladas y ya veremos en los troncos excéntricos. En la zona de unión del tronco con las ramas principales puede aparecer el tejido en forma corrugada visible en especies con la cortaza fina y uniforma como hayas y plátanos y en otras muchas especies por debajo de la corteza como en olivos, sabinas, enebros Un de las cosa más llamativas es que un tronco hueco puede ser tan resistente como si estuviera macizo, siempre que las paredes resultantes sean un 20 % del radio del tronco, es una simple cuestión de física y recordemos funciona con las cañas o los tubos de un andamio o del cuadro de una bicicleta, esto es debido a que todas las tensiones se sitúan en la periferia del tronco.

-Almacenamiento, como los vasos funcionales por donde circula la savia se encuentran en la periferia, los de la parte interna se pueden usar como almacén de compuestos químicos creados por el árbol, especialmente resinas esencias que sirven de repelentes ante hongos y de insectos, y hace esta maderas más imputrescible y pasa a denominarse duramen, como ocurre sobre todo con las coníferas, pero también en frondosas como los robles, de hecho el duramen del roble se consideraba imputrescibles y era la madera preferida par construir los cascos de los barcos que cruzaban los océanos en la “carrera de indias”. Aunque parezca extraño un tronco posee mayor humedad de lo que parece de hecho esta humedad dificulta el establecimiento de los hongos de la madera, por eso una herida no es solo una vía de entrada a las infecciones sino es una zona por donde el tronco se deseca. Una vez muerto el tronco el volumen de agua perdida al secarse hace que la madera se redimensione y si el secado ha sido rápido (la madera de roble usada en los cascos de los barcos se secaba a la sombra durante un mínimo de 8 años), la madera se contrae y se hacen grietas. 

texto y fotografías: Miguel Ortega