miércoles, 23 de diciembre de 2020

LA SAL DE LA MONTAÑA

     

Eras en las salinas de Añana

         No lo puedo evitar desde niño me han atraído las salinas, esas superficies llanas de luz cegadora donde la vida, la escasa vida que encontramos, hay que escribirla con mayúsculas pues se encuentran con unas condiciones donde en principio no sería posible que existieran. (ver el agua roja en este mismo blog).

         Pero además de esas salinas junto a la costa que se cargan con el agua de mar, están las del interior, en las lagunas de las llanuras secas como las de Monegros; estas son aún más fascinantes para la vida que las costeras, con su difícil clima seco y ventoso, o de nieblas y escarcha, por su flora proveniente de las estepas asiáticas, su fauna endémica y sobre todo el paisaje vacío de sus lagunas blanqueadas por la sal; aquí la sal llega por el agua de escorrentía que lava los suelos salinos o incluso el afloramiento de los escasos freáticos. Pero también están las salinas de  zonas montañosas como las de Naval donde el relieve aún les daba para tener eras donde criar la sal, o Añana  donde las eras tenían que hacerse sobre plataformas de madera. Aquí la sal proviene de manantiales salinos, el agua en su discurrir por el interior del suelo pasa por yacimientos salinos y se carga de la preciada sal, solo hay que retirar el agua, y para eso están las eras donde se evaporaba.

         

A la izquierda manantial de Salinas de Jaca, con costras blanca de sal por la evaporación,  Derecha mata de menta, aguas arriba el barranco es de agua dulce.

     A parte de todas estas salinas quedan pequeños manantiales, para el consumo local se tomaba el agua y esta agua salada transportada en un botico y guardada en un cántaro se utilizaba tal cual para cocinar, sustituyendo a la sal del salero. Donde el relieve o la escasez impedía el construir eras para la evaporación, y en algunos casos si la sal tenia que viajar mucho , el agua se evaporaba hirviéndola en grandes calderos alimentados por leña; como ocurría en la población de Salinas de Jaca, Huesca. De hecho su primera referencia es en el siglo XI, pues pasa ser propiedad del Monasterio de Ruesta. Recordar la importancia de la sal en aquel mundo pues era casi el único conservante de los alimentos, y de hecho el término salario viene del pago que se hacía no con dinero sino con sal. La sal debía ser un buen complemento a la economía de la zona y de su habitantes pues se calcula su población en unos 200 habitantes, dos siglos después pasa a ser propiedad del monasterio de San Juan de la Peña. Curiosamente en el Madoz no se menciona la extracción de sal aunque en decadencia debía ser una actividad que se seguía realizando. Pero cosas de la vida lo que fue el éxito de esta población fue también lo que determino su hundimiento, la sal y concretamente la geología  que permite su existencia.

         La sal de estas zonas se origina en épocas remotas de clima seco en una fase de distensión del Pirineo, hay grandes llanuras arcillosas donde se acumulan los lixiviados de las laderas, se forma lagunas saladas donde precipitan el carbonato cálcico, el yeso y la sal, por este orden. La evolución de la cordillera continua, y a esta fase le sucede otra de compresión los materiales se apilaran, plegaran y estas lagunas saladas, bueno los materiales que se han formado en ellas quedan bajo la superficie. En determinados puntos la erosión las pone al descubierto pero la mayor parte de las veces es el agua de las precipitaciones que se infiltra quien las descubre, el agua se carga de sal y al salir a la superficie de nuevo tenemos un manantial salado.

         

Bóveda de tosca de la iglesia de Salinas de Jaca, al menos en 2019 aún se mantenía en su sitio.

       El problema es que los materiales, la sal y el yeso, se disuelven quedando huecos, y además la arcilla y el yeso si están hidratados son buenos lubricantes, por lo que las laderas se vuelven inestables y se deslizan. Esto ocurrió en Salinas, a mitad del siglo pasado el pueblo fue abandonado Salinas Viejo, y se rehízo, Salinas Nuevo, cerca en un  terreno más estable dejando ya el manantial salino atrás. De hecho solo, aparte de algún muro de las casas, solo queda en pie la iglesia gótica del XIV que nos da una idea de la importancia de la población. En ella destaca su bóveda de crucería que como carece de estuco se ve la fábrica en tosca. La tosca es una roca que crece en las zonas de rezumes o pequeños cursos de agua donde la caliza que lleva el agua se precipita sobre la vegetación acuática, y  la encontramos de camino, de lo nuevo a lo viejo, y forman la cascada que hay junto al puente.

          Así la sal del interior, de la montaña, ha sido el origen y la prosperidad de algunas poblaciones y también su final, cuando dejo de tener valor y cuando fue la causa de la inestabilidad del terreno sobre el que se asentaban.