jueves, 19 de agosto de 2021

PLANTAS EN LA SOMBRA


En la naturaleza siempre hay un plan principal y varios secundarios, si las plantas necesitan de la luz solar; algunas se las apañan para sobrevivir con mínimos de luz, pero cambio tienen otras ventajas como una mayor humedad. 

         Tal vez lo más definitorio de una planta verde es su dependencia de la luz solar, con ella como fuente de energía pueden usar la materia inorgánica (minerales, agua y el anhídrido carbónico del aire) para sinterizar la materia orgánica (glucosa, almidón, celulosa, aminoácidos,…) con la que nutrirse y formar sus cuerpos, por eso a las plantas se las denomina autótrofas, que se alimentan por si mismas; mientras que el resto: animales, hongos y muchos microbios, necesitamos alimentarnos con materia orgánica ya formada por las plantas, de ahí lo de heterótrofos.

         Aun así, hay plantas que han encontrado ventajas a vivir en la sombra de otras, la menor intensidad y calidad de la luz se compensa con una mayor humedad ambiental y estar más resguardadas de los elementos (viento, frío, exceso de insolación).

         

La Saxifraga umbrosa posee un tonalidad rojiza en el envés de las hojas, aunque en esta especie no se ha comprobado, en algunas especies tropicales sirve para aprovechar mejor el espectro de la luz del suelo de la selva.

       Para poder aprovechar esa luz más escasa, algunas desarrollan grandes hojas para poder captar mejor la energía que siguen necesitando (como el lampazo con sus hojas de 40 cm. de largo), aunque dentro del bosque no son frecuentes los vientos algunas fracciona sus hojas para, sin perder superficie de captación solar, poder resistir mejor el viento (Cardamine, Paris). En el caso de musgos y helechos no pueden competir por su tamaño con las plantas verdes, pero en caso de luz débil su funcionamiento es más eficiente por lo que las sustituyen, así las vemos en los lugares más umbríos (suelo del bosque) y no siempre más húmedos (como los que crecen sobre la corteza de las ramas o los troncos y por lo tanto desconectados del suelo).

La luz solar blanca esta formada por tres espectros principales: rojo, azul y verde. La luz que atraviesa el dosel del bosque, no solo es menos intensa sino que tiene una dominante verdosa, pues es el espectro de la luz solar que no usan las plantas y por lo tanto que reflejan, por lo que esta luz que llega al suelo del bosque, tiene muy mermado el espectro rojo y el azul que es el usado en la fotosíntesis, por eso decimos que es una luz de menos calidad, para las plantas claro.

 

         En selvas tropicales algunos plantas poseen en la hojas una manchas blanquecinas o más claras que se identifican como amplificadores de la luz; y en otras el envés de la hoja es de color rojizo como filtro para poder aprovechar mejor la luz verdosa; entre las plantas de nuestra latitud no esta comprobado que funcione así pero también hay plantas de sombra, (esciofilas, umbrófilas) con manchas blancas (como la pulmonaria), o en envés rojizo, (Saxifraga umbrosa), así como alguna que puede desarrollar ambas características (como la Hepatica nobilis).


Parece que la hepática tien verdadera prisa en florecer antes de que la hayas tengan hojas y la dejen en la sombra.

         Parece que algunas especies del suelo del bosque aprovechan para florecer y reproducirse la mayor intensidad de luz que hay antes de que broten las hojas de los árboles de hoja caduca, aunque sea la primavera muy temprana (primavera, violeta, hepática); eso si, si están bajo árboles de hoja perenne son igual de madrugadoras en cuanto a la floración a pesar que las condiciones de luz no son mejores.

Texto y fotografía: Miguel Ortega