jueves, 26 de diciembre de 2019

EL ARBOL QUE SE OLVIDO DE LA EDAD

                 
Olivo ardiendo en el interior del tronco mientras la hojas aún continuar verdes como consecuencia de un incendio. El tronco del árbol murió pero no el olivo, ahora es un "matorral" de brotes.
         Los árboles no tienen una edad programada como ocurre con los animales, de hecho mientras puedan crecer siguen viviendo, teóricamente se considera que un árbol no muere por su edad sino por causa externas, como sequias, incendios, plagas,,, o un conjunción de varias. 
         Tenemos que concebir al árbol como un ser colonial, no tienen recambio celular, por lo que sus células no pueden ser reemplazadas, pero puede crecer y desembarazarse de los órganos que ya no les sirven (caída de la hoja, autopoda, ..) de alguna forma la muerte del órgano reemplaza a la del ejemplar. Son capaces de crear nuevos árboles de si mismos con reiteraciones, por ejemplo los chupones. 
Rodaja de un olivo de  poco mas de un metro de diámetro. 1 es la zona  más vieja que corresponde a la médula y desaparecida por pudrición, 2 son los lóbulos formados en la placa basal (toza) de donde salen los chupones. A pesar del tamaño y de la gran cantidad de madera sin descomponer solo se pudieron contar 220 anillos de crecimiento, y  el análisis del carbono 14 de las zonas más viejas dio 254 +- 26 años.
         En la coníferas tienden a acumular capas y capas de células, madera, tendiendo en algunas especies al gigantismo (secuoyas), en otras especies mueren por un lado y se desarrollan por otra (como las sabinas negras con la sectorización de sus troncos). Las frondosas además pueden rebrotar desde las raíces (robles, encinas), o desde acodos e incluso reproducirse vegetativamente a partir de tallos caídos (álamos).
         Por eso se nos hace difícil pensar en la edad de un árbol, más si se han reproducido por esquejes, ocurre con frutales (el bananero se reproduce por clones según se cree desde hace 10 000 a 20 000 años).
         
Cuatro troncos para un misma toza, ¿un mismo ejemplar o varios?
          Pensemos en un olivo, podríamos calcular la edad de su tronco pero tenemos varios problemas, el primero sus anillos de crecimiento se ven mal, en algunas zonas costeras ni se ven; además como consecuencia de la infecciones de hongos favorecidas por la heridas de la podas, sus troncos suelen esta huecos, y a pesar de su tamaño y la idea de ser milenarios no hay datos de olivos de mas de 400 años ni a través de la dendrocronología y de los análisis de carbono 14. 
         Los olivos, aparte de poderse plantar por esquejes, suelen estar injertados y esos injertos se pueden haber actualizado, sustituyéndolos por nuevos más productivos. El olivo además es un arbusto, de su cepa brotan con facilidad chupones, si tiene porte arbóreo es gracias al trabajo del agricultor, y el porte cambia con las épocas y las técnicas de producción; antes los olivos se dejaban muy altos y las aceitunas se recogían “ordeñando” desde escalerones de hasta más de veinte peldaños, después se bajaron, cortando el tronco en altura, pues con menos mano de obra así se llegaba antes a varear el fruto. De hecho podemos eliminar el tronco y rebrotara con varios troncos (tantos como rebrotes dejemos), por eso hay olivos con más de un tronco y depende en mucho de las costumbres de cada zona. 
Olivos después de un incendio. Izquierda tanto el tronco como la toza estaban huecos. Derecha rebrotes después de un año del incendio.
         Dicho esto podemos pensar que la parte más vieja del árbol no será el tronco sino la toza; pero ocurre tal y como pudimos comprobar tras un incendio que las tozas de los olivos afectados estén podridas y después del fuego quedara un hueco asemejando a un cráter de dimensiones considerables para el tamaño del olivo. Bueno pues desaparecido el tronco y la toza el olivo rebrotó de cada una de sus raíces principales con lo que, dejados sin podar, quedaba un circulo de chupones ninguno de los cuales partía de la zonas más viejas del árbol, pues ya no existían. 
         Como datamos estos ejemplares?, pues los chupones pueden tener unos pocos años, las raíces unos decenios, la toza desaparecida  seguramente unos pocos siglos y el olivar si ser milenario. 
         Con todo esto no quiero decir que no existan olivos milenarios pero con los datos actuales no sabemos de ninguno. Y de todas formas importa mucho no saber la edad?. 

viernes, 8 de noviembre de 2019

ASÍ TE PUDRAS

     
Abedul infectado por el hongo yesquero Fomes fomentarius,se aparecia tanto la seta (cuerpo fructífero) como la pudrición blanca que produce al eliminar la lignina de la madera. 
        Otoño, los arboles están llenos de hojas de una gama de  colores cálidos desde tostado a marrón, amarillo, naranja hasta rojo, que anuncian su inminente caída. Días después paseando por el bosque nuestros pies se hunde en la gruesa capa de hojarasca recién caída; y todos los años igual, pero donde está la de los años anteriores?, pues debería haber metros y metros de hojarasca acumulada en los bosque que seguramente impediría la vida de muchos  organismos, especialmente de las plantas. 
         Hay una labor de degradación de los componentes de las hojas, que actúa eficazmente, casi de forma imperceptible y que denominamos pudrición. Alguien imagina que ocurriría si con la madera de los troncos sino ocurriera algo parecido?, sino se pudriera?.
         La durabilidad de la madera podría ser un problema, pues la superficie de la tierra podría estar cubierta de troncos, ramas y otros restos vegetales si la naturaleza no tuviera algún mecanismo para descomponer y degradar la madera, y con ello y más importante que sus elementos químicos, volvieran a circular y ser usados de nuevo como nutrientes en la cadena trófica.
         La tarea de degradar la madera no es sencilla; una podría ser el fuego, pero aunque es rápido ocasiona otros problemas y no es eficaz con los troncos más gruesos.  Además dada la estructura de la celulosa y la lignina deshacer los enlaces que forma sus molécula solo es posible con microorganismos, y aun así se enfrenta a varios problemas.
Madera con las galerias de insectos xilófagos. Estos necesitan de los hongos para digerir la madera y los hongos como vector y facilitar su trabajo al aumentar la superficie donde actual con la construcción de galerías y la masticación. 
     Algunas maderas tienen su propia línea de defensa química especialmente en la zona del duramen,  sobre todo las  coníferas, son estas maderas olorosas que tanto nos llaman la atención, estos compuestos aromáticos son antimicrobianos, por lo que primero hay que neutralizarlos normalmente con organismos muy especializados. Después viene el problema de la lignina que debe ser transformada por hongos y bacterias, además aerobios, por eso bajo el agua, la madera sumergida, se conserva tan bien. Bueno ya podemos atacar la celulosa esta tiene sus propios problemas, necesita de tres enzimas diferentes para romper los enlaces que la une y deshacer las moléculas de glucosa que la forman.  Y ocurre que no todos los organismos descomponedores los poseen por lo que han de actuar en equipo o aprovechar el trabajo de otros.
Lo que queda del tronco de un pino negro después de unos cuantos años de actividad de los organismos saproxílicos. 
       Así en el caso más visible de los insectos xilófagos, literalmente comedores de madera aunque ahora veremos que exactamente no es así, los hay que comen la madera pero esta es tratada en su tubo digestivo por hongos y bacterias que son las que hacen el trabajo fino. Los hay que lo que hacen es comer la madera ya transforma por los hongos e incluso algunos son criadores de estos hongos, de hecho cuando viajan trasladan las esporas o bien los hongos sobre su cuerpo, de manera que donde llegan pueden instalar sus “cultivos”. Después ya vienen los que se alimentan de los hongos, o los que se alimentan de los restos de los otros organismos, depredan sobre ellos, los que parasitan, o simplemente usan sus galerías para vivir, por ello este conglomerado de seres que viven de una forma directa o indirecta de la madera en descomposición se les denominan saproxílicos.
        Bien mirado este aparente caos de organismos esta bien organizado, los que de verdad transforman la madera, los hongos, pueden hacerlo solo de forma superficial, el trabajo de los invertebrados, especialmente larvas de insectos es desmenuzar la madera, aumentar la superficie sobre la que pueden actuar e incluso trasladarlos a los lugares adecuados. Cada especie aparece en un momento y sobre una madera con unas características determinadas; del árbol enfermo a  la madera prácticamente desintegrada pasaran varios años y se sucederán muchas especies diferentes de organismos, que se sucederán unas a otras según la posición, el estado y las condiciones de la madera muerta. Pero el objetivo último siempre será el mismo liberar los compuestos químicos de la madera para que otros organismos los puedan volver a usar.

viernes, 25 de octubre de 2019

TENER MADERA


Podríamos ver al bosque como una lucha por la luz con la glucosa como arma
        Es curioso como funciona la naturaleza, las partículas subatómicas como los electrones, protones, etcétera, son todas iguales, pero al combinarse según la cantidad formaran los átomos de los diferentes elementos químicos; y los elementos químicos combinados formaran las diferentes moléculas que podemos encontrar en la materia, así combinado lo sencillo (que no llegamos a percibir) llegamos a la complejidad del mundo en el que nos movemos, y después si todo va bien de la complejidad podemos volver a lo sencillo  y poder empezar de nuevo en el ciclo de la vida.
         Así las plantas parten del carbono, oxígeno e hidrógeno que toman de anhídrido carbónico del aire y del agua del subsuelo, y con ellos forman la glucosa, que podrá usar en su metabolismo, almacenarla en forma de almidón o bien usarla para crear la madera, que utilizaran en su estructura de soporte en: tronco, ramas, tallos, hojas, etc.
      Pero solo con la glucosa la planta no puede vivir, necesita otros nutrientes minerales que son más escasos, como el nitrógeno para formar proteínas, y al absorberlos absorbe también más carbono, oxígeno e hidrogeno, pues aunque la planta puede dirigir sus raíces hacia donde se encuentran los nutrientes que necesita no los puede seleccionar en la absorción, por lo que puede tener un excedente de los tres elementos básicos y por lo tanto de glucosa.
        La glucosa la pueden usar las plantas y en especial los árboles para formar las sustancias con las que construirá la materia de su estructura, la madera, y estas sustancia son principalmente la celulosa y la lignina.
Cuadro de texto:          
La forma en la que esta dispuesta la celulosa y la lignina hace que un tronco pueda tener varios funciones simultáneamente: estructural, circulación y almacén.
       La celulosa esta formada por la unión de varios miles de moléculas de glucosa, sus enlaces hace que sea una molécula muy estable y de difícil separación.  La lignina también esta formada por glucosa pero con enlaces aún más fuertes y complejos, pero como subproducto de la respiración celular de las plantas.
     Para que nos hagamos una idea de su estructura, la madera tiene un entramado como nuestro cemento armado, las varillas de hierro serían tubos de celulosa y el cemento la lignina que amalgama y todo. La lignina no solo será el cemento que une y da rigidez a las fibras y vasos de celulosa sino que la protege de su degradación, pues es altamente perdurable. Así la madera proporciona no solo vasos por donde se realiza la circulación de la savia sino que cumple las funciones estructurales, para soportar el tronco y la copa del árbol; también funciona como almacenamiento no solo de reservas nutricias, sino de esencias resinas y compuestos secundarios que protege a al madera de su degradación por parte de otros organismos.  
         
El árbol no se va a encargar de restaurar tejidos deteriorados, simplemente creara otros nuevos encima. 
    Consecuencia tenemos un material muy funcional, relativamente económico pues se forma con elementos muy abundantes, y altamente persistente, en condiciones adecuadas de sequedad o falta del oxígeno puede ser casi eterna. Pero en la naturaleza todo es de ida y vuelta, todo firma parte de un ciclo,  lo que se construye ha de ser deconstruido para que sus elementos vuelvan a ser usado, por lo que nada es eterno, por mal que nos pese.

domingo, 28 de julio de 2019

EL DRAGÓN DEL PATRIARCA

      
         
El dragón del Patriarca, caimán disecado que vigila la entrada de feligreses a la iglesia e impone el silencio.
          En 1901 el escritor Vicente Blasco Ibáñez publicó en el diario “Pueblo”  un cuento titulado “el Dragón de Patriarca” que recogía una antigua leyenda valenciana la cual hablaba sobre un monstruoso dragón/cocodrilo que vivió en la orillas del rio Turia y aterrorizaba a sus habitantes de la ciudad de Valencia pues se comía a las personas descuidadas que salían de los muros de la ciudad; pese a los intentos nadie había sido capaz de matarlo, hasta que un preso se ofreció a hacerlo a cambio de su libertad, y para ello se hizo una armadura de espejos, con esta protección y una lanza fue a enfrentarse al monstruoso cocodrilo; espero a que el sol estuviera bajo y frente a él, de esta forma con los espejos de su armadura pudo cegar al cocodrilo y matarlo clavándole la lanza. 
         Evidentemente el interés de una leyenda es su trasfondo, en este caso el valor y el ingenio puede vencer a la fuerza bruta, y no tanto su veracidad, pues aunque el rio Turia en Valencia forma un meandro pues ya está cerca de su desembocadura y nos permite suponer un rio de corriente lenta y seguramente hubo en tiempos una zona de marisma o al menos  las orillas cubiertas de cañares, e Incluso el propio Blasco Ibáñez describe en su obra de “Cañas y Barro” como los habitantes de la Albufera podían llegar en barco hasta una población cercana a Valencia, Ruzafa, que ahora es un céntrico barrio, aún así los cocodrilos más cercanos estaban en África ¿o no?.
         
Detalle de la portada del palacio del marques de Dos Aguas, con los dos cocodrilos o caimanes. 
         Si nos acercamos al atrio de la iglesia del Patriarca veremos en una de sus paredes un cocodrilo disecado, carente de dientes y de uñas, es uno de los dos crías de caimán del Caribe que el Virrey del Perú regalo en 1600 a Juan de Ribera, Arzobispo de Valencia y patriarca de Antioquia. El otro era una hembra y estuvo en el cercano Monasterio del Puig pero desapareció durante la Guerra Civil. El que aún se conserva y podemos ver se llamó Lepanto y fue criado en los jardines de la casa del arzobispo en Alboraia hasta que murió y fue disecado en 1606, según dicen su propietario lo mando colgar junto a la puerta para recordar a los que entraban en la iglesia el respetuoso silencio y el recogimiento con el que se debe estar en ella; de forma más práctica las madres a los niños que no se callaban durante la misa les amenazaban con un: “Si parleu a la pancha vindreu” la traducción vendría a ser un: si hablas a la tripa (del cocodrilo) iras. 
         Tal vez este sea el origen de los caimanes o cocodrilos en Valencia, pues aún tenemos dos ejemplos más. El siguiente es la portada del palacio del marqués de Dos Aguas, realizada en alabastro y fechada en 1748, destaca los dos latearles donde hay representados dos caudales de agua que caen sobre dos atlantes, que simbolizan los ríos Jucar y Turia, en el lateral de la derecha aparecen representados dos caimanes o cocodrilos.
Azulejo del Museo de la Seda donde aparece representada America  por un carro tirado por dos caimanes.
       La otra  representación la tenemos en un suelo de azulejo obra del XVIII del actual museo de la seda, donde se representan los cuatro continentes con animales propios de cada uno. Así América aparece representado por una pareja de caimanes tirando de un carro, que vuelven a aparecer, pero esta vez peleando, en otro azulejo en la sala donde se encuentra el telar. Hay que destacar que habiendo tenido, se supone, el modelo real de la iglesia del Patriarca estas últimas representaciones parecen más un mezcla de caimanes con mamíferos, no sé si por habilidad del artesano o por el gusto de la época que no aceptaba ya los caimanes por dragones.   

sábado, 29 de junio de 2019

EL LECTOR DE ÁRBOLES, UN PINO CURIOSO.

       
Aspecto del pino al que hace referencia el texto
        Partimos de base que los “caprichos de la naturaleza”, coletilla que antes usábamos cuando nos encontramos algo en la naturaleza que no sabíamos explicar, es solo eso un reconocimiento de que hay cosas, muchas, que se nos escapan. Ser conscientes de nuestras limitaciones no impide que intentemos explicar la naturaleza, procurando usar un razonamiento más cercano a ella, la naturaleza,  que al humano. Pues hasta no hace mucho las explicaciones tenían más que ver con las creencias, la religión y los mitos, que con los mensajes claros que nos envía la propia naturaleza, a veces solo hay que quererlos escuchar. 
         Por eso vamos a empezar a explicar que les ha pasado a determinados árboles que tienen un porte fuera de lo habitual, y lo haremos con lo que hemos ido aprendiendo de ellos (o con lo que ellos nos van enseñando).
 
1 Supuesto aspecto original, 2 después del primer alud, 3 recuperación sin el tronco principal, 4 después de segundo alud, 5 recuperación y aspecto actual. 
         En este caso partimos de un pino silvestre (sabemos la especie por las partes anaranjadas de las ramas), como en todos los de su especie su forma debía ser más o menos cónica, con un tronco principal vertical, recto y ramas que salen radialmente. Sin embargo este ejemplar no solo tiene un aspecto de “vaso”, (como la poda que realiza en frutales si no están en hileras)sino también esta tumbado.
         A pesar de no estar a gran altitud (unos 1500 metros) está en una zona de aludes de nieve, y esto lo sabemos pues a pocos metros la ladera esta desprovista de árboles y en ella encontramos troncos muertos de pino y en sus laterales ejemplares vivos y con el tronco curvado y rotos, característicos de las zonas de aludes (ver entrada: octubre 2017); En concreto es la zona es donde descargan los aludes que se forman más arriba en la ladera pero sus efectos llegan hasta aquí, ayunque sea de forma ocasional pues aunque hay árboles que reflejan los efectos del alud se hallan mezclados con un incipiente pinar de pinos de troncos rectos. 
         Por lo cual podemos deducir que a nuestro pino, en algún año de fuertes nevadas estaría cubierto por la nieve hasta unos dos metros, que es la altura aproximada a partir de la cual se ramifica. Entonces un alud bajo deslizándose por la nieve que cubría la ladera y corto el tronco principal que sobresalía de la nieve; desde ese momento las ramas secundarias compitieron por convertirse en al guía del árbol, así ya tenemos la forma en “vaso”. Pudieron pasar varios años y estas ramas alcanzar varios metros de altura en vertical, hasta que un segundo alud lo tumbo. Debió perder raíces y muchas ramas,  los primeros años no debió crecer, bastante hacía por recuperarse de los daños ocasionados, pero después las ramas volvieron a crecer ya verticales y es así como lo vemos hoy día.
         Esta es una posible explicación de su aspecto, habría que mirara sus anillos de crecimiento (grosor y tamaño) en diversas partes del tronco y contrastar la información con la de los aludes de la zona si estuviera recogida.

viernes, 17 de mayo de 2019

LOS DIAMANTES NO SON PARA SIEMPRE

         
Desprendimiento en un estrato casi vertical de caliza. La caída de piedras arrasó todos los arbustos (boj y sabina) que había sobre la roca creando una especie de pasillo. En la base, la caída de piedras sobre los bojes que había sobre la glera, hizo que perdieran la mayor parte de hojas y de ramas secundarias.
        A pesar de lo que creemos en la naturaleza no hay nada que sea eterno, ni las rocas, ni los diamantes, ni por supuesto el amor que se supone con el que relacionamos esta cristalización de carbono. Es cierto que los diamantes son muy resistentes y las rocas en general también, pero al final se acaban transformando; Heráclito, lo tenia muy claro cuando afirmaba que: “no hay nada permanente salvo el cambio” (esta es la típica cita de culturilla de los que no hemos leído a los filósofos clásicos y mucho menos en versión original, pero en este caso resulta adecuada).
         Todo viene por una especie de planta con aspecto de arbusto, pero que alcanza edades que ya quisieran muchos árboles, los 1000 años, es la sabina negra. Ya he hablado alguna vez sobre ella y es que resulta una especie apasionante, la tenemos delante de nuestras narices (no hay que viajar a un lugar exótico), no es maderable, ni sirve de pasto, ni tiene otro tipo de aprovechamiento monetario por lo que no le hemos prestado atención. Además su forma de crecer, su manera de afrontar las limitaciones del medio donde vive nos resultan aún no comprensible del todo; a pesar de ser una especie muy mediterránea no rebrota después de los incendios, y aunque puede vivir en la umbría de las paredes de roca no así bajo la sombra de otros árboles, pues  la calidad de esta luz, escasa en el espectro rojo y el azul parece que es determinante.
        
Sabinas con las raíces "al aire", que son diferentes de las raíces aéreas de algunas plantas trepadoras. Estas se desarrollaron dentro de las grietas de la roca, y luego esta se desprendió, dejándolas a la vista 
       De manera que los ejemplares más longevos los encontramos en paredes de roca donde no tienen la competencia de otros árboles y los efectos de los incendios no llegan; curiosamente aquí, en este medio de aspecto eterno que es la roca, su duración, es la que puede limitar la  vida de la sabina.
         La roca se erosiona, esto es evidente en rocas blandas como la arcilla o la arenisca del Valle del Ebro,  pero también ocurre en rocas duras, en especial las que han sido sometidas a fuertes tensiones durante su formación y las ha llenado de grietas y fracturas.  Y esta erosión no avanza necesariamente poco a poco, a veces se desprenden fragmentos de tamaños variables, desde pequeños a sectores completos de una pared y su caída por la pared hacer aumentar sus efectos devastadores. 
       
Sabinas colgantes, aunque su posición debería ser consecuencia de la desestabilización al haber perdido parte de la sujeción de las raíces, en algunos casos tenemos que pensar en otras posibilidades. 
        Consecuencia no es raro ver sabinas negras, con las raíces en el aire a modo de zancos consecuencia de que la pared ha retrocedido, en otras las raíces se extiende por la superficie de la roca, no crecieron así, simplemente se extendieron en grietas cercanas a la superficie de la roca y esta se ha desmoronado, seguramente el crecimiento en anchura de la raíz, haciendo de cuña, acelere proceso.  
         Si la erosión es muy grande podemos ver sabinas colgando de una o varias raíces aún vivas y redirigiendo la fronda hacia la luz, en algunos casos da la impresión de que ya crecieron así, (esta es una de las cosas que no siempre acabamos de explicar de forma convincente); y el ultimo paso, las encontramos en el suelo, a pie de pared, con casi todo el sistema radicular. 
         Evitando el fuego y en busca de la luz  la roca parece el refugio adecuado, y resulta que no es para siempre.

viernes, 5 de abril de 2019

ABRÁZAME MUCHO......

       
Tallos colgantes de la liana trepadora clemátide 
         En la naturaleza la consecución de un fin, vivir, implica una serie de estrategias; algunas son parecidas y otras bastante diferentes, lo importante es que funcionen de la mejor forma posible y con el menor esfuerzo e inversión. En el caso de las plantas verdes el acceso a la luz ocasiona una guerra de alturas cuando la abundancia y densidad de las plantas es grande, que es lo ocurre en bosques y selvas, las condiciones son buenas de temperatura humedad y nutrientes, de manera que la principal competencia es por la luz.
         El método general, es que la planta más alta recibe más luz y su sombra se proyecta sobre el resto, pero para ser alta hay que invertir en una estructura, en el caso de los árboles, en un largo tronco y ramas que soporten el follaje, y para realizarlos hay que invertir en madera, usando carbono, oxigeno, hidrogeno y poco más, pero hay que realizar el esfuerzo; de esta manera hay algunos árboles que llegan y superan la cota de los 100 metros de altura y un volumen de 1487 metros cúbicos, la mitad de una piscina olímpica, pero no todas las plantas ni pueden hacer esta inversión, ni están dispuestas. 
         
 Troncos de pinos silvestres cubiertos de hiedra
      Hay otras formas de llegar la luz, y se basa en lugar de invertir en acumular madera en desarrollar órganos y formas de crecimiento que les permita auparse sobre otros arbustos y árboles, son las plantas trepadoras.
         La estrategia mas básica es tener tallos largos y un tanto rígidos que les permite cierto orgullo de mantenerse erguidas por si solas, pero a determinada longitud su peso los curva, si tienen la suerte de tener cerca otros tallos, propios o ajenos,  se apoyan en ellos y siguen su crecimiento, así ahorran en estructuras que los mantenga elevadas; para mejorar su apuesta posee unas espinas en su epitelio que evita que resbalen, es la estrategia de algunos rosales y las zarzas.
         Otras se basan en enredarse, en las madreselvas son sus tallos los que al crecer se enroscan en otros tallos más altos, en la clemátide son los peciolos de las hojas los que se enroscan en tallos más altos, por lo que sus tallos quedan colgantes como lianas que son. El siguiente paso es el tener órganos para fijarse, desde los zarcillos de la vid o de la zarzaparrilla, a raicillas adhesivas de la parra virgen o raíces adventicias de la hiedra. En el caso de la hiedra estos órganos le permite también apoyarse en paredes de roca, los ejemplares viejos que crecen así pegados a una pared de roca tienen el aspecto de árboles aplastados contra la pared. La hiedra tiene además otro recurso pues aparte de las raicillas puede crecer abrazando al tronco sobre el que se apoya.
Efectos del anillado de las trepadoras: izquierda corte de tronco de espino blanco la hiedra dificulta el retorno de la savia de ahí el engrosamiento. Derecha, madreselva enroscada que deforma el tronco de la planta soporte y dificulta su crecimiento en anchura. 
         Hasta aquí las trepadoras son como amigos un tanto pesados, no te los quitas de encima pero son soportables. La especialización de las trepadoras es tal que no forman casi madera, sus tallos son livianos pues su función principal es solo la circulación de la savia.
Pero al igual que las visitas que no se van de casa y te vacían la nevera, las plantas trepadoras compiten por los recursos con las plantas sobre las que se apoyan, tanto con el agua y los nutrientes del suelo, como con la luz pues algunas se desarrollan descaradamente sobre la copa de la planta soporte, por lo que deben hacer mermar su crecimiento.
         Además es un peso extra que se hace peligrosamente molesto los días de viento o de fuertes nevadas. Por si fuera poco la costumbre de crecer abrazando, de la madreselva y de hiedra dificulta del desarrollo en anchura del tronco del soporte, y se nota en las deformaciones que deja en él, en el caso de la hiedra esta llega a “anillar” el tronco, sus ramas se sueldan y crean un problema no solo para el crecimiento en anchura sino también para la circulación de la savia de la planta soporte. 
         Las plantas trepadoras de las que hemos hablado no son parásitas, no llevan un plan como las higueras estranguladoras de la selvas del sudeste asiático, ellas si matan al árbol soporte para ocupar su lugar; las de aquí lo debilitan al árbol soporte y la consecuencia es que el tronco se acaba partiendo muriendo. Aunque en el caso de la hiedra esta continua viva sobre el tronco caído aunque ya con peores condiciones de luz en el suelo del bosque donde empezó, por lo que su acción le ha sido un tanto contraproducente, el que mucho aprieta…..  

jueves, 14 de febrero de 2019

Y SOLPÓ Y SOPLÓ, Y EL ARBOL TUMBÓ

     
Efecto del viento sobre la nieve recién caída en unas zonas la acumula, en otras se la lleva.
     
       Bueno el viento puede ser catastrófico y tirar arboles, edificios y estructuras parecidas, pero más habitualmente tiene un papel menos extremo, pero más cotidiano y que influye en los ecosistemas hasta tal punto que incluso cuando no esta activo podemos ver su huella.
         Durante la pasada tormenta Helena veo una foto de un paisaje nevado con un árbol solitario, reconozco en lugar y el árbol (y hable de él ver: 26 noviembre 2016). Así que decido ir a verlo y fotografiarlo (la envidia es mala y también quiero una foto así). Ya en el lugar veo que hay mucha nieve aunque curiosamente en las cercanías del árbol no, pero no parece que sea por deshielo; pero al igual que falta nieve en algunas zonas del suelo en otras se ve unos característicos canalillos cortados por un escarpe de nieve, signo de nieve transportada y acumulada por el viento.
        
El viento elimina la nieve de las  zonas por donde circula a más velocidad
       Bueno con solo la imagen puedes tener dudas sobre lo que ha pasado, pero cuando yo estaba ahí, el viento soplaba lo suficiente como para que no pasara desapercibido, (mis manos bajo los guantes no conseguían entrar en calor),  y su dirección coincidía con los canalillos, el viento al llegar a una vaguada “se expandía” perdía velocidad y depositaba la nieve, al remontar la otra orilla “se concentraba” aumentaba su velocidad y entonces se llevaba la nieve de esa zona por lo que al final aparecía la hierba que había debajo. Esto que parece un  “sin sentido” pero tiene una explicación física o al menos un tal Venturi lo explico, el viento no es más que un volumen determinado de aire que se desplaza, cuando disminuye la sección por la que tiene que pasar (se concentra) debe aumentar su velocidad para pasar la misma cantidad de aire, es lo mismo que ocurre cuando tenemos una manguera y reducimos la boca de esta tapándola con el dedo, el agua sale con más velocidad pero sale la misma cantidad de agua. 
         Algo tan sencillo, e inapreciable si no vamos un día de viento, tiene sus repercusiones más allá del invierno.
El Faballón inclinado por el viento que baja del puerto.
       La nieve es un buen aislante térmico (en verdad lo es por la gran cantidad de aire que atrapa entre sus cristales) por lo que donde esta se acumula las plantas están menos expuestas al frío.  En las zonas cercanas donde no hay nieve las plantas estarán sometidas a temperaturas más bajas, al efecto del viento  (mayor evaporación y por lo tanto enfriamiento), incluso el suelo se helera y deshelara más veces lo cual no es bueno para las raíces de las plantas. Consecuencia, deberíamos encontrar diferencias entre las especies de plantas que crecen en las zonas de acumulación de nieve de las que crecen en las zonas despejadas, si en este lugar concreto no son muchas las diferencias es posible que sea porque no estamos en una zona de mucha altitud y las temperaturas no son tan extremas.
         Otro efecto es el árbol solitario, es uno de los Faballones, y crece inclinado  según la dirección del viento. Lo lógico seria pensar que el viento que más le afecta es gélido invernal, (pero las hayas pueden soportar, una vez se les han caído las hojas los -20º -30º C bajo cero) por lo que seguramente sean los vientos que se produzcan durante el periodo vegetativo, especialmente cuando brota la hoja que es cuando menos protecciones tiene esta bien para el frío, bien para la sequedad que ocasiona el viento, el causante de que el follaje se desarrolle más a sotavento del propio árbol y el tronco se tumbe. 

lunes, 28 de enero de 2019

LO QUE EL VIENTO NO SE LLEVÓ

       
Sabina negra ya muerta pero que conserva la forma aerodinámica, el viento vendría desde la izquierda.
       Invierno, el sol brilla con fuerza pero el frío atraviesa la ropa que me cubre empujado por el viento, busco un lugar donde resguardarme pero en esta llanura en la que me encuentro solo queda tumbarse, a ras de suelo la velocidad del viento siempre será menos por el rozamiento con él, o acercarme una mata que destaca, elijo lo segundo me parece más cómodo y siento curiosidad.
         Cuando estoy junto a ella veo que es una sabina albar y su tamaño es mayor de lo que parecía, en estos territorios abiertos sin muchas referencias cuesta hacerse idea del tamaño de lo lejano y la atmosfera limpia no ayuda a imaginar las distancias. Me llama la atención que a pesar de su altura de unos metros conserva su porte de arbusto, en estas zonas esteparias esto es un ventaja, en verano con sus ramas bajas evitan el calentamiento del suelo y que se deseque más, y hoy con fuerte cierzo aunque sus ramas ofrecen más superficie al viento, al ser flexibles hacen disminuir la presión en su tronco; aunque a veces muy pocas veces, son sus raíces las que no soportan la tensión y el árbol es tumbado por el viento, aunque suelen ser árboles situados en las márgenes de los campos donde alguna de sus raíces principales han sido dañadas por el labrado del campo junto al que está.
         A sotavento del viento, tras el parapeto del ramaje de la sabina me encuentro a gusto y calentado por el sol invernal que ahora si que se nota.       Cuentan de árboles a los que han eliminado sus ramas bajas para que se parezca más un árbol, y se han partido con un fuerte viento, sus troncos no estaban preparados para esta nueva fuerza; antes todo el follaje que llegaba hasta el suelo aminoraba la presión del viento, ahora esta se concentra el copa, hace de palanca y el tronco no esta preparado para esta tensión y no lo aguanta. 
        
Sabina negra con forma aerodinámica, el viento vendría desde la izquierda.
        Pero los árboles son sufridos y durante su crecimiento pueden adaptarse al viento. En especial si dominan vientos de dirección constante, como el viento del norte en la sierras prepirenaicas que no solo se encañona por los valles sino que desciende por las laderas, y en las zonas más desprotegidas podemos encontrar como algunos árboles lo afrontan, troncos rectos pero todo el follaje tras la protección del tronco a sotavento del mismo, como yo estoy ahora tras la sabina. Estas copas asimétricas son la expresión de vientos fuertes y de dirección constante, y es fácil de comprobar si los vistamos uno de esos días desapacibles en los que no nos solemos exponer a los elementos, en este caso al fuerte viento. 
        Incluso si pudiéramos observar en interior de los troncos de estos árboles veremos que son buenos ingenieros. Como las tensiones se acumulan en la zona cercan al suelo ahí es donde el árbol va a reforzase, formando más madera, bien con la creación de varios contrafuertes, o en el caso de vientos de dirección constante un contrafuerte principal, dando a su sección una forma alargada en ovalo, no tanto por ser más aerodinámica sino por hacer que sus anillos de crecimiento sean más anchos donde se acumulan las tensiones, en el caso de las coníferas en el lado opuesto de la dirección del viento.
 
Pino piñonero de Villafranca, en cada linea roja hay el mismo numero de anillos 
         Esto es un ventaja y un inconveniente, y es lo que le paso al pino piñonero de la población de Villafranca de Ebro. A pesar de figurar en el escudo del pueblo, su edad estaba entorno a los dos siglos, situado en solitario tras el muro del jardín del palacio en una zona donde los vientos llegan a alcanzar los 160 km hora, su porte típico de pino piñonero, tronco desnudo y copa densa ovalada, hacia que fuera muy sensible al viento, por eso su tronco y dado que el viento dominante es el cierzo y discurre del NO a SE se había alargado en esa dirección, totalmente adaptado al viento reinante de la zona; pero en verano del 2108  una tormenta con fuertes vientos lo tiró, la causa fue que ese día el viento soplo de sur a norte y a él árbol no estaba preparado para soportar la tensión en una dirección no habitual, sus raíces cedieron y el gran pino del escudo de la población cayo al suelo.
         Los árboles son resistentes pero necesitan tiempo para aptarse nuevas condiciones, sobretodo si estas son intensas.