jueves, 14 de febrero de 2019

Y SOLPÓ Y SOPLÓ, Y EL ARBOL TUMBÓ

     
Efecto del viento sobre la nieve recién caída en unas zonas la acumula, en otras se la lleva.
     
       Bueno el viento puede ser catastrófico y tirar arboles, edificios y estructuras parecidas, pero más habitualmente tiene un papel menos extremo, pero más cotidiano y que influye en los ecosistemas hasta tal punto que incluso cuando no esta activo podemos ver su huella.
         Durante la pasada tormenta Helena veo una foto de un paisaje nevado con un árbol solitario, reconozco en lugar y el árbol (y hable de él ver: 26 noviembre 2016). Así que decido ir a verlo y fotografiarlo (la envidia es mala y también quiero una foto así). Ya en el lugar veo que hay mucha nieve aunque curiosamente en las cercanías del árbol no, pero no parece que sea por deshielo; pero al igual que falta nieve en algunas zonas del suelo en otras se ve unos característicos canalillos cortados por un escarpe de nieve, signo de nieve transportada y acumulada por el viento.
        
El viento elimina la nieve de las  zonas por donde circula a más velocidad
       Bueno con solo la imagen puedes tener dudas sobre lo que ha pasado, pero cuando yo estaba ahí, el viento soplaba lo suficiente como para que no pasara desapercibido, (mis manos bajo los guantes no conseguían entrar en calor),  y su dirección coincidía con los canalillos, el viento al llegar a una vaguada “se expandía” perdía velocidad y depositaba la nieve, al remontar la otra orilla “se concentraba” aumentaba su velocidad y entonces se llevaba la nieve de esa zona por lo que al final aparecía la hierba que había debajo. Esto que parece un  “sin sentido” pero tiene una explicación física o al menos un tal Venturi lo explico, el viento no es más que un volumen determinado de aire que se desplaza, cuando disminuye la sección por la que tiene que pasar (se concentra) debe aumentar su velocidad para pasar la misma cantidad de aire, es lo mismo que ocurre cuando tenemos una manguera y reducimos la boca de esta tapándola con el dedo, el agua sale con más velocidad pero sale la misma cantidad de agua. 
         Algo tan sencillo, e inapreciable si no vamos un día de viento, tiene sus repercusiones más allá del invierno.
El Faballón inclinado por el viento que baja del puerto.
       La nieve es un buen aislante térmico (en verdad lo es por la gran cantidad de aire que atrapa entre sus cristales) por lo que donde esta se acumula las plantas están menos expuestas al frío.  En las zonas cercanas donde no hay nieve las plantas estarán sometidas a temperaturas más bajas, al efecto del viento  (mayor evaporación y por lo tanto enfriamiento), incluso el suelo se helera y deshelara más veces lo cual no es bueno para las raíces de las plantas. Consecuencia, deberíamos encontrar diferencias entre las especies de plantas que crecen en las zonas de acumulación de nieve de las que crecen en las zonas despejadas, si en este lugar concreto no son muchas las diferencias es posible que sea porque no estamos en una zona de mucha altitud y las temperaturas no son tan extremas.
         Otro efecto es el árbol solitario, es uno de los Faballones, y crece inclinado  según la dirección del viento. Lo lógico seria pensar que el viento que más le afecta es gélido invernal, (pero las hayas pueden soportar, una vez se les han caído las hojas los -20º -30º C bajo cero) por lo que seguramente sean los vientos que se produzcan durante el periodo vegetativo, especialmente cuando brota la hoja que es cuando menos protecciones tiene esta bien para el frío, bien para la sequedad que ocasiona el viento, el causante de que el follaje se desarrolle más a sotavento del propio árbol y el tronco se tumbe.