domingo, 26 de junio de 2022

QUE OCURRE EN MONEGROS DURANTE UNA OLA DE CALOR?

Aunque no lo parezca el escarabajo tenebrionido no esta siendo arrastrado al hormiguero para servir de alimento. Al contrario las hormigas están luchando para evitar que entre.



Esta atardeciendo y la temperatura empieza a bajar hasta los 39,5º C, estamos en una ola de calor inusual, tanto para la época del año como  por la intensidad. A pesar de ello es interesante ver  que ocurre por Monegros, zona semiárida que en verano alcanza la categoría de desierto de pleno derecho, en momentos como este; ahora además a la temperatura se suma un cielo calimoso por el humo de incendios lejanos y alguna nube de tormenta que retumba, en una primavera que ha llovido lo justo para salvar la cosecha de cereal de la zona. Así que me dirijo al sur de la sierra de Alcubierre, no muy lejos de Zaragoza.

En la primer lugar que visito, cerca de una gran sabina solitaria, entre la escasa vegetacion del suelo, en gran parte seca, saltaban algunos saltamontes  no porque les apeteciera sino por que les asustaba a mi paso; las hormigas tanto en el suelo a la entrada del hormiguero como por el tronco estaban con su actividad y parecían no notar el calor, el cuadro se completaba con alguna avispa en busca de presas.

El segundo lugar un yermo pedregoso entre campos de cultivo, carecía e árboles, de hecho la planta mas impresionante por su tamaño era una retama, el resto herbáceas anuales secas, el albardín ya sin frutos, y pequeños matorrales como el matapollos (Thymelaea), aliagas raquíticas y la salvia que costaba recocerla por la hoja tan pequeña que tenia.

Detalle de la araña de viento (Gluvia dorsalis)


En las primeras vueltas por el terreno destaca la cantidad de saltamontes, igual que en la anterior se evidencian pues los molesto a mi paso, son varias especies de coloraciones diversas pero siempre en relación al sustrato en el que viven por lo que domina los pardos a beige y alguno negro que se camufla con el nostoc seco del suelo; encuentro un par de pantinganas (Ephippigerida)que conscientes del sabroso bocado que son se guarecen en las aliagas y otro par de “cigarras”. Aquí las avispas también están activas y van de flor en flor; muevo alguna piedra el suelo bajo ellas esta seco pero menos caliente, solo veo un par de cardadores y un escorpión que se queda inmóvil como si nada, dejo las piedras en su sitio y continúo.

Reconozco entradas de hormigueros por el acumulo de restos vegetales e incluso sus despejadas sendas que discurren entre piedras y plantas secas, pero ni rastro de ellas. Sino fuera por los saltamontes diría que este yermo es lo que parece desolado y vacío de vida animal.

El cielo se cubre un poco con difuminadas nubes de tormenta, caen cuatro gotas, cuatro contadas y se levanta un poco la brisa que ya no es como la del secador de pelo, la temperatura ha bajado a unos 35º C y la ausencia del sol por las nubes y la calima hacer el ambiente agradable, al menos no se nota el picor de los rayos solares, aunque sino despeja por la noche el suelo recalentado bajo la capa de nubes hará que el territorio se convierta en un invernadero.

Pantingana entre los tallos de lo que queda de una mata de lino


De pronto se empiezan a ver mariposas, alguna negra, (y yo que creía que eso era una adaptación a los climas fríos de alta montaña para calentarse). Saltamontes sigue habiendo, pero de pronto las entradas de los hormigueros y las sendas se llenan de hormigas siempre afanosas, 2 ó 3 especies de escarabajos  tenebrionidos se acercan a los restos vegetales entorno a los hormigueros y de vez en cuando se topan con las hormigas algunos salen corriendo y otros decididos se zafan de las obreras para intentarse colar en los hormigueros. El duende( Nemoptera bipennis) no aparece pero si un adulto de hormiga león que rápidamente pliega sus alas y se camufla con un tallo seco. Junto a la pista con el terreno más despejado aparecen dos arañas de viento (Gluvia) con su desplazar hiperactivo.

No he visto ningún a entrada de tarántula pero si dos pequeñas cúpulas de seda con restos de artrópodos que podrían corresponder a la viuda negra, habrá que venir mas adelante para ver sus campanas de seda decoradas con los restos de grandes escarabajos.

 Tampoco he visto ningún reptil, y estaba tan absorto en el mundo del suelo que ahora que me doy cuenta que un par de aludidos cantan desde el aire. 

Lo parezca o no, estamos en primavera y la vida desborda en esta yermo aparentemente vacío, solo hay que esperar el momento adecuado. El hechizo por Monegros es la suma de instantes increíbles, donde la vida nos da una demostración de lo que es capaz con tan poco, solo hay que estar ahí con la mente y los sentidos abiertos.

 Texto y fotografías: Miguel Ortega