miércoles, 5 de agosto de 2015

HAY PLANTAS QUE HUELEN, AUNQUE NINGUNA HUELE

Las plantas aromáticas son más abundantes en zonas secas, necesitan defenderse mejor de los herbívoros ¿y/o también del exceso de sol?, en la foto  perpetua o siempreviva olorosa, Helicrhisyum stoechas

Seguro que conocemos plantas que huelen, como las plantas aromáticas, o partes de las mismas como las flores y algunos frutos, los aromas no son del gusto de todos y van desde lo agradable a lo desagradable pasando por lo fastidioso, pesado, fuerte, persistente, etc. Pero lo mejor de todo es que ninguna planta pose un órgano que huela, lo que sería nuestro olfato.
Curiosamente el aroma de las plantas es una forma de comunicación con los animales, este les puede atraer a las flores para la polinización o les puede indicar que los frutos están maduros y listos para ser consumidos. Cuando es toda la planta la que huele suele ser una indicación de advertencia sobre su sabor desagradable o incluso sobre su toxicidad, la planta no gana nada dañando o matando al animal que se la quiere comer, prefiere enseñarle con una experiencia desagradable para que la deje en paz.
El olor fastidioso de la ruda e imagino su  peor sabor, no impide que tenga herbívoros específicos como las larvas de la mariposa, Papilo macaon, a las que no parece afectarles su toxicidad.
En el caso de los pinos y seguramente de otras especies de zonas secas su aroma, los COV ( compuestos orgánicos volátiles) les ayudan a refrescarse en la canícula veraniega, pues reaccionan con el aire y forman aerosoles que aumentan el reflejo solar reduciendo las temperaturas.
Pero igual que las plantas carecen de sentido de la vista, pero aún así son capaces de reaccionar a la luz incluso también a determinadas longitudes de onda de la misma, aunque carezcan de un órgano olfativo (tal y como nosotros lo concebimos) sí son capaces de percibir sustancias en el aire que ellas misma producen; por ejemplo las acacias que son ramoneadas emiten un gas, el etileno, que advierte a otras partes del mismo árbol y a otras plantas cercanas de la presencia de herbívoros alimentándose, la planta en presencia de etileno lleva hacia las zonas de conflicto una sustancia el tanino, este embastecen el alimento, lo hace áspero (jasco) y, a nivel del sistema digestivo, dificulta su funcionamiento. En este punto el herbívoro no tiene más remedio que dejar de comer y buscar otra zona de vegetación que no este en alerta.
Bituminaria bituminosa, leguminosa que huele a alquitrán como parece indica su nombre, o a pimiento verde depende a quien preguntes.
Pero, volviendo a las plantas aromáticas, la apreciación de su olor tiene mucho de cultural. Una vez le pregunté a un holandés que conocía si era cierto que a los centroeuropeos les gustaban tanto los paisajes abiertos y secos de los Monegros, la respuesta fue que lo que más les sorprendía era más que la vista del paisaje era el olor del monte, en Holanda el campo solo huele a hierba. Viendo lo interesante que pueden ser los aromas de las plantas un día preparé un juego para niños, les mostraban varias plantas aromáticas etiquetadas con su nombre para que las vieran y olieran, después retiraba la etiquetas y debían intentar identificarlas y finalmente elegir la que más les gustaba; al final, después de las caras de asco de la mayoría y hasta algunas arcadas, el juego-concurso quedo reducido a una pregunta:
-¿Pero os a gustado alguna?
Hubo un sí rotundo de la mayoría de los niños
-¿Cúal?
-La planta chicle. Que resulto ser la menta. Las demás seguramente no las habían olido nunca, no las conocían y entonces no les gustaban.
Sobre los gustos si hay algo escrito al menos en cocina, Marco Gavio Apicio en su obra sobre la cocina de la Roma Imperial, De re coqinaria, menciona cerca de treinta plantas que usa como condimento, algunas tan curiosas como el lentisco, o la ruda, que en las guías botánicas suelen calificar su olor de fastidioso, auque leyendo lo que comían y como se lo comían, lo de menos es el aroma de la ruda.
 

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