jueves, 25 de agosto de 2016

LA FLEXIBILIDAD COMO ESTRATEGIA

Las hojas estrechas de este sauce oponen poca resistencia a la corriente de agua durante las crecidas
Cuentan de un padre y un hijo que al volver de trabajar del campo tenían que atravesar un pequeño barranco, si a la ida lo habían hecho sin mojarse por las piedras pasaderas, a la la vuelta como consecuencia de haber caído una tormenta, estas habían quedado bajo el agua. El primero en intentar pasar fue el hijo y nada más entrar en el agua la corriente se lo llevo, el padre gritaba de desesperación y el hijo hacia todo lo posible por luchar contra la corriente que se lo llevaba, al final se agarro a un sauce y pudo salir del agua; cuando mojado y magullado se reencontró con su padre este dijo: “Gracias a dios que te has salvado”, a lo que el hijo respondió: “Gracias a la salcera , que a dios bien claras se le han visto las intenciones”.
Bueno este cuento ilustra muy bien el “modo de vida” de los sauces en los cauces fluviales:
-Colonizan las orillas desnudas e islas de los cursos fluviales ya que sus raíces se hunden en profundidad entre los guijarros, de hecho estas no son cilíndricas sino que se adaptan a los espacios que hay entre las piedras.
-Necesitan suelos muy húmedos, encharcados si las raíces se pudren por falta de aire (anaerobiosis) son capaces de regenerar las raíces y los brotes desde la parte no sumergida, e incluso pueden permanecer bajo el agua mientras dura una inundación sin perecer.
-Oponen la mínima resistencia a la corriente, en la mayor parte de las especies el tronco es muy corto casi inexistente y de él salen las ramas finas y flexibles, (por eso son usadas en cestería), sus hojas son alargadas y en muchas especies estrechas, además son caducas por lo que las riadas pueden coincidir cuando han caído y oponer menos resistencia aún; y todo el arbusto cuando la corriente es fuerte se pliega contra el fondo por la fuerza de la misma, y una vez que cesa se vuelve a erguir por su flexibilidad, así evita roturas como en otras especies de arbustos y árboles.
-Tienden a reducir la fuerza de la corriente por lo que facilita la deposición de sedimentos y asegura la orilla de los cauces fluviales, protegiendo la vegetación que hay tras esta primera línea, de forma que se puede inundar pero sin la fuerza de la corriente.
Sauce deformado por las violencia de las riadas en este cauce temporal 
     A pesar de todas estas adaptaciones, en grandes riadas la fuerza del agua puede superar sus resistencia, el agua socaba el sustrato y llegan a desenraizarlos o a dejarlos cubiertos de sedimentos, también dejan sus copas tan dañas que quedan ya con una forma aplastada e hidrodinámica; además el impacto de maderas flotantes y piedras arrastradas por la corriente las arranca hojas y daña las ramas al arrancar la corteza por lo que estas ramas morirán.
Lo más curioso es que cuando una vez que han estabilizado una orilla los sauces son sustituidos por especies de mayor tamaño como los álamos, que los asfixian con su sombra, hasta que una riada los elimine a ellos y los sauces retornen.

Sauce durante una riada
Una consecuencia de la existencia de presas y embalses que regulan los caudales y es la falta de riadas en ese caso los sauces pueden ser sustituidos por otras plantas como la caña, propias de cursos lentos y orillas enfangadas, con las cañas el hijo de nuestra historia inicial no habría tenido donde agarrase, el tallo se rompe con la fuerza del agua y permanece el rizoma desde donde se vuelve a regenerar.

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