viernes, 25 de agosto de 2017

"R QUE R", ANTE DEL FUEGO (y III)

         
Olivo ardiendo en el interior del tronco, mientras las hojas permanecen "intactas".
         Bueno ya ha pasado el fuego aún humean algunas zonas y la pregunta es, ahora que?.
         La primera vista es que hay zonas donde han desaparecido las hojas de los árboles e incluso la hojarasca del suelo, los troncos presentan levantamientos de la corteza y restos blancos de la combustión, en estas zonas el fuego ha sido intenso y/o duradero, por lo que las plantas incluso las más resistentes parecen comprometidas; en cambio muy cerca puede haber rodales donde el fuego ha insistido menos, los árboles con la corteza negruzca pero sin levantar, aunque lo pueda hacer tiempo después, conservan hojas aunque secas y en la hojarasca reconocemos aún de que especie provenían cada una, algunos arboles conservan hojas verdes, aunque a lo mejor mueran después.
         Lo más llamativo son los troncos de los olivos, la práctica totalidad han ardido por dentro y aún varias horas después de paso del fuego están ardiendo en ascuas en su interior; sin embargo las hojas no solo no se han quemado sino que aún están verdes, en todos estos árboles el interior debía estar hueco y/o podrido a pesar de ser árboles en producción; lo mas curioso es que en algunos casos no había casi combustible alrededor y el interior prendió antes que las hojas.
 
Cortezas "reventadas" después del paso del fuego.
         Los árboles de corteza gruesas han sido los mas resistentes al fuego, la corteza es un buen aislante y mejor si ya han tenido alguna experiencia de fuego en el pasado que habrá estimulado al árbol para que sea más gruesas aún, en estos casos y mientras el fuego no alcance sus copas, ni altas temperaturas, ni este mucho tiempo estos árboles no se verán afectados; esta es la estrategia de árboles como la carrasca el roble, y en especial  del alcornoque aunque este solo se da en zonas no muy frías y de suelo silíceo.
Junto a ellos hay pequeños arbustos que han ardido con violencia, de los que no queda más que el arranque carbonizado de sus tallos como ocurre con las aligas; aunque parezca mentira esta es otra estrategia, no se trata de evitar los daños del fuego se trata de arder y hacer que ardan las plantas de alrededor, estas plantas no son suicidas están plenamente adaptadas al fuego, y lo usan en beneficio propio y sobretodo de su descendencia.
 
Troncos blanquecinos  y copas sin hojas por las altas temperaturas del fuego, estas carrascas será muy difícil que rebroten desde las ramas pero si lo harán desde el suelo. 

         Él para nosotros paisaje desolado después del fuego, es un territorio de oportunidades para estas plantas, sin competencia por la luz, el agua y los nutrientes liberados por el fuego. Las plantas del mundo mediterráneo con su veranos secos y calurosos donde los incendios son una constante son “r que r”, resientes a los incendios (las que menos) y sobre todo resilientes capaces de recuperarse, incluso necesitan de fuegos periódicos para mantenerse en un territorio.

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