viernes, 1 de octubre de 2021

UN POCO DE AGUA ES DEMASIADO.....


Aspecto de una laguna salada de Monegros después de una inesperada lluvia

              
Ya lo se, me repito con lo de que en la naturaleza las cosas no son ni buenas ni malas, que todo dependen de a quien, el momento y la cantidad. Pero aquí os traigo un ejemplo de algo que es bueno y malo a la vez.

         Plataforma de las Saladas de Monegros, es finales de verano son las 18 horas y aún estamos a unos 30ºC; la laguna a la que vamos debería estar completamente seca, tal vez con una patina blanca de sal en su superficie como consciencia de la evaporación del agua salina que aflora en ella, pero a lo lejos vemos que tiene agua, y con el cielo cubierto no es un espejismo. 

         Para acercarnos a ella tenemos que cruzar un campo de cultivo de cereal, el aspecto del mismo es desolador tallos de poco más de 20 cm de altura, raquíticos y con diminutas espigas por decir algo, todo conduce a pensar que este año no lo han cosechado, el cereal no ha crecido lo suficiente por falta de lluvias en invierno y primavera. El suelo entre los tallos del cereal  se halla bastante despejado, vemos su color blanquecino (son suelos ricos en yeso) sin materia orgánica; pero sin embargo en las márgenes, pendiente abajo, encontramos grandes acúmulos de materia orgánica con restos de vegetación y excrementos de conejo, apelotonados en depósitos alargados retenidos en la escasa vegetación espontánea. 

         Parece que hace pocos días llovió, y lo hizo con bastante intensidad, lo suficiente para crear una ola sobre el suelo que lo barriera en toda su extensión y lo acumulara en estos característicos depósitos.

 

Deposito de sedimentos orgánicos (restos de vegetación y excrementos de conejo) en la margen del campo.

         Consecuencia de esta lluvia y como Monegros tiene un clima árido en verano, (el resto del año no), la presencia de agua en esta época supone el despertar de muchos organismos, y así  vemos como las plantas efímeras ya han germinado, y muchas ya han formado la roseta (de menos de 1 cm de diámetro) de hojas diminutas. La estrategia de estas plantas anuales se basa en que cuando tiene suficiente humedad para germinar, se desarrollan y se reproducen muy rápidamente, de ahí su nombre de efímeras; pero esto puede ser un problema si todas germinan y luego no tiene suficiente agua para formar semillas, pues toda la población sería eliminada de vez; por eso la estrategia es que sus semillas germinan con diferentes cantidades de agua, así siempre habrá unas más adelantadas y otras más tardías que aseguraran la población.

         En la laguna seguramente ocurra lo mismo, que el agua despertara a los pequeños crustáceos que la habitan, aunque aún no son invisibles a simple vista, su estrategia será parecida a la de las plantas no eclosionaran todos de vez, en este caso la cantidad de agua que hay se puede conocer por la salinidad, así regular la eclosión y la supervivencia, cuanta más agua menos salina es, y por lo tanto más posibilidades de concluir el ciclo satisfactoriamente.

 

Plantas efímeras germinando después de la lluvia.

         Pero hay una especie de vertebrado que también ha aprovechado esta lluvia, hay larvas de anuros en el agua de la laguna, seguramente son de sapo corredor, su presencia me anima a probar el agua, es  salobre. El sapo corredor es una especie con una estrategia tipo r,es decir tiene mucha descendencia pero no se ocupan de ella.  Los adultos vieron que había condiciones para reproducirse, aunque no esta nada claro que estas continúen para el completo desarrollo de la puesta. Estas larvas que debían de tener 1 cm de longitud, y que ahora nadan en la laguna salobre, aunque su desarrollo sea muy rápido, van a tener que luchar contra dos problemas, por un lado la cantidad de agua, y por otro que según esta se evapora va aumentando su salinidad, consecuencia puede que halla agua pero demasiado salina, de hecho algunas larvas ya estaban inmóviles.

         Por eso a veces un poco agua es demasiado….. poco, y  para algunos organismos es posible que sea peor que nada.

Texto y fotografías: Miguel Ortega

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