jueves, 2 de junio de 2016

PLANTAS CON AGALLAS

Agallas en las hojas de la coscoja
Hay plantas que tienen agallas y plantas que poseen agallas, hay plantas con agallas que plantan cara las condiciones vitales más difíciles, sean climáticas (frío, sequedad), del suelo (rocosos, salinos) o de predación (con defensas químicas , defensas mecánicas para evitar a los herbívoros), no creo de forma voluntaria pero están “diseñadas así” y es lo que hacen. Pero hay otras plantas con agallas, aunque son más indolentes, en lugar de enfrentarse a un problema lo aíslan y tal vez lo usen en su provecho, en este caso tener agallas no es una expresión sino una realidad pues desarrollan una serie de estructuras tipo tumoral como consecuencia del ataque de un insecto o la infección de algún microorganismo, ante su presencia la respuesta de la planta es desarrollar un tejido que lo aísle, la agalla o cecidia. Y eso es lo que quiere el futuro huésped de la planta, al menos en el caso de los insectos, dentro de este tumor desarrollará todo su ciclo vital, empezará como larva recién salida del huevo que depositó la hembra y acabará como adulto en busca de otro lugar donde reproducirse. No solo eso, con la formación de la agalla la planta creará un nuevo hábitat, no solo ocupado por su inquilino sino por los parásitos y depredadores de este, y cuando él desaparece el lugar puede ser ocupado por otros organismos.  No esta muy claro en qué forma le afecta a la planta, no parece que le moleste mucho (habría que tener en cuenta la opinión de la planta) e incluso hay investigadores que opinan que podría ser beneficioso, en las agallas se acumulan taninos, este compuesto embastece el alimento y además dificulta la digestión en los herbívoros por lo que las agallas podrían ayudar a evitar a los herbívoros.
Agallas en el lentisco
Las agallas curiosamente forman estructuras llamativas muy diferentes de otras partes de la plantas, esferas en la carrasca, cuernos en el cornicabra (de ahí le viene el nombre), masa de aspecto piloso en el rosal, etc. En muchos casos vivamente coloreados de rojo que contrasta con el verde de la hoja como en el caso de la coscoja.
Agalla esférica en la hoja del roble quejigo
De hecho el nombre científico de la coscoja Quercus coccifera alude en la parte de la especie a que lleva cochinillas o quermes (fero coccum), y si este detalle ha quedado registrado en el nombre es por el uso que se le daba a estas agallas. Las agallas de la coscoja se le denominaba: grana de tintes, grana de quermes o coco (por la forma globosa de la agalla) de tintes y se empleaban como colorante, y de ahí se obtenía el color carmesí. Cuentan que en la época de dominación romana Hispania pagaba un tributo de esta grana que servía para teñir de púrpura la toga de los miembros del Senado. Cosas de la vida, el color de la élite de la Roma Imperial dependía de un diminuto insecto que vivía de un sencillo arbusto.


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