sábado, 7 de enero de 2017

LA NIEBLA

La niebla se extiende por el territorio como una aguada sobre el papel, insinuado paisajes soñados.
Una pasta espesa y grisácea se extiende ante mí, las formas se insinúan y hasta que no estas encima no se descubre su apariencia real, es la niebla. La niebla tiene algo estético, es como una aguada donde las manchas de la tinta china diluida insinúan el paisaje que has soñado, como un capa de tela traslucida que te hace soñar con el cuerpo que deseas ver, lo importante no es lo que ves sino lo que quieres ver, como en tantas cosas es la mente lo que las hace interesantes.
Como estamos en invierno una capa de polvo de hielo, como una patina que armoniza los colores de una pintura, va cubriendo todo lo inmóvil que encuentra desde el suelo yermo a la escasa vegetación; los árboles parece que lo tienen algo mejor, las carrascas con su correosas hojas que concentran el hielo en el borde de la misma, y los almendros que siempre se plantan en las zonas elevadas donde menos se acumula el frío, como perdieron las hojas en otoño ya no tienen que preocuparse por ellas; pero aún quedan días de helada y niebla hasta que por fin la escarcha de varios días cuelgue sus ramas y las doble con su peso; los más mayores cuentan de nieblas dorondoneras (cencelladas ) que han roto las ramas de los árboles. Es un bello espectáculo pero helador, que se aprecia mejor si vas de paso, de lo contrario si estas quieto el frío poco a poco va calando en los huesos y tu mente deja de disfrutar del espectáculo y solo piensa en un poco de calor, incluso llega a desear la canícula veraniega.
El mar tempestuosamente inmóvil de jirones de vapor
Son malos días para conducir pero es la única solución para ver el sol y disfrutar de sus calidos rayos, para ello hay que subir un tanto en altura por encima de la niebla, estos días creo que son los únicos del año que me regocijo bajo su calor; aunque con lo que más disfruto es con el atardecer, ver como el sol radiante que gana en color según pierde fuerza se va sumergiendo en el horizonte blanco, y en el último suspiro se torna rojizo y su luz rasante hace que la niebla deje de ser una capa lisa y se transforma en un mar tempestuosamente inmóvil de jirones de vapor, el “mar de nubes” de las tierras del interior.
En cuanto se hace la noche el frío que se escondía en las sombras donde no llegan los rayos de sol invernal se despierta y muerde la piel expuesta; se acabó el espectáculo, este es el momento de refugiarse, de volver, la pasta espesa se transforma en un muro, ahora si que la niebla no tiene nada de estético, la carretera esta mojada y poco a poco empieza a brillar según se hiela.
Nostoc hidratado entre restos de vegetación
Pero esta niebla escarchada será una humedad que aprovecharán muchos seres vivos que viven directamente sobre la roca o sobre el suelo mineral, incluso antes de que llegue la primavera en el margen entre la helada y el viento desecante, es la esperanza vital de musgos, líquenes y algunas “casi plantas” muy primitivas como el nostoc. Digo “casi plantas” pues el nostoc son colonias de bacterias cianocífeas (algas verde-azuladas), su aspecto gelatinoso de color pardoverdoso cuando están hidratadas poco tiene que ver con las costras negruzcas que serán en cuando les de el sol más rato de debido y nos pasen desapercibidas sobre el suelo yermo. La vida solo entiende de oportunidades y muchos seres las aprovechan mientras nosotros estemos embobados en el paisaje estético o con un: “con el frío que hace, donde mejor se esta es en casa”.
Ver también:

http://territorioinquieto.blogspot.com.es/2013/12/inversion.html
http://territorioinquieto.blogspot.com.es/2013/12/dorondon.html

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