lunes, 1 de octubre de 2018

UNA MIERDA DE CAMUFLAJE

Camuflaje en blanco y negro de dos especies de polillas
          El camuflaje trata de intentar disimular nuestra presencia o que esta pase inadvertida bien a nuestras presas o a nuestros depredadores, disimular con apariencia falsa. El método mejor es imitar al entorno con colores texturas o con el comportamiento.
         Con el color tenemos insectos que pueden ser de color rojo si el sustrato sobre el que viven es de ese color, o es de varios colores para una misma especie o un mismo ejemplar; incluso esos colores pueden cambiar, recordemos a camaleones y los pulpos. El animal puede tomar la forma de algún elemento como una piedra o una hoja y en muchos casos el comportamiento complementa el camuflaje, pasos vacilantes como si fuese movido por el viento, posturas que imitan a ramas secas. En algunos casos más que el color se utilizan el contraste entre tonos, como la combinación de blanco y negro, en este caso a todos nos ha venido a la mente el caso de las cebras, según parece esta combinación de colores y dibujos sirve para hacer más difícil el diferenciar a un individuo dentro de la manada, un león no ataca a bulto, selecciona un individuo que considera más fácil, si reducimos la capacidad de fijar un objetivo seguramente reducimos la eficacia del ataque. Hay algunas polillas con diseño alar de manchas blancas y negras bastante llamativas en cualquier situación, la explicación es que en las zonas boscosas el contraste de la luz  y sombra dificulta la visión de su perfil, otros dicen que podrían recordar al excremento de un pájaro, y ahí quería llegar yo.
        
Adulto del escarabajo Cassida
        Las larvas del escarabajo Cassida, como las de tantos insectos, se parecen muy poco a los adultos, bueno no se parecen en nada. Los adultos son de color verde y recuerdan a un plato sopero puesto del revés los bordes de su tórax y abdomen se prolongan hasta el suelo, de forma que ni desde arriba ni de lado diferenciamos su cuerpo,  ni siquiera vemos las patas. En la misma hoja de cardo que vemos al adulto podemos encontrar a su larva con un aspecto completamente diferente: de cuerpo alargado, de color negro, con un reborde de apéndices en forma de espina ramificada  que rompen su silueta y ayudan a estabilizar su delicado camuflaje, sus propios excrementos. La larva hace lo que toda larva: comer y digerir la comida, pero así como en otras especies se deshacen rápidamente de sus excrementos para evitar ser localizadas a través de ellos por sus depredadores; estas tiene el extremo del abdomen curvado hacia arriba, y así sus excrementos son depositados sobre dos largos apéndices que se encuentran sobre su cuerpo pero que evitaran que los excrementos lo toquen.
         
Larva del escarabajo Cassida, camuflada bajo sus propios excrementos
         Nosotros vemos una hoja de cardo con marcas de que alguien se lo esta comiendo pero no vemos a quien, seguramente pensemos que se ha ido, o que tiene otro horario, de hecho hay pequeños montoncitos de excrementos que lo evidencian. Pero si nos si fijamos los excrementos se mueven y  si nos fijamos un poco más vemos los excrementos, un reborde de apéndices y una diminuta cabeza que remata el conjunto y no hace más que comer, y cagar. 
         Así en la planitud de la gran hoja de cardo donde no hay escondite el recurso es ocultarse en algo que nadie quiere, vamos un camuflaje de mierda, propia eso sí.