martes, 17 de marzo de 2015

PASEANDO POR LA NATURALEZA Nº3, POR LAS ESTEPAS DE MONEGROS

Laguna de Pueyo, con zonas aún con agua, mancha blanca de la eflorescencias salinas y orla de vegetación adaptada a la salinidad(halófila)

Este recorrido se adentra en un territorio con una de las floras más interesantes del Alto Aragón junto con la de alta montaña Pirenaica, es uno de los espacios más originales (y único) de Europa y con una fauna de insectos de las mejor estudiadas y más diversas del mundo. También es uno de los lugares más denostados y menos conocidos por el gran público, dominado por llanuras y con un clima frío en invierno y árido en verano, con escaso arbolado, en parte por la impronta del clima, pero mayormente debido a la desforestación producida por el hombre. Nos referimos a los Monegros.
Nosotros vamos además a ir ver la parte más tópica, la llanura, pero sin embrago la más sorprendente, el complejo lagunar de Monegros.
Laguna de Pito, la segunda de mayor superficie. A la derecha el escarpe rocoso y a la izquierda la zona de "duna" con vegetación halófila
Esta comarca es sinónimo de aridez, y es una aridez antigua. Cuando en lo que hoy es el desierto del Sahara había grupos humanos que pintaban en las paredes rocosas escenas de caza, de ganadería incluso de gente nadando en el agua, el clima de Monegros ya era árido; pero sin embargo posee uno de los más interesantes conjuntos de lagunas y zonas húmedas, eso si estacionales y de agua salada, rodeadas de plantas no solo del norte de África sino también del centro de Asia, junto con algunas plantas e invertebrados exclusivos de esta zona aragonesa, refugiados aquí desde tiempos antiguos.
Pero a pesar del interés a nivel mundial y de la rareza de estos seres vivos, resultan ser de tamaños reducidos, aspectos poco llamativos y fuera de los cánones habituales de belleza, además de encontrarse en una zona que nunca se ha valorado la suficiente.
Veremos cómo se recogía el agua de la escorrentía de la lluvia, almacenándola en balsas de diferente tipo según el uso final agua, para consumo humano o para el ganado. O cómo se aprovechaba la salinidad de las lagunas para la obtención de sal, un recurso muy importante en estas tierras lejos del mar. Podremos ver como las plantas se adaptan a la ausencia de agua o, cuando esta abunda, al exceso de sal y a la presencia del yeso que es tóxico para muchas de ellas; como, a falta de cobertura vegetal, los líquenes cubren el suelo, habiendo incluso algunos que son errantes y viven desplazándose con la fuerza del viento. O cómo animales tan dependientes de la humedad como los anfibios han sabido colonizar estas tierras, secas pero llenas de vida.
Vegetación de la "estepa" según el suelo. En la parte superior romeral sobre sustrato rocoso con yeso, abajo albardinar sobre suelos profundo. 
Podremos ver dunas de yeso o cómo el viento facilita la creación de algunos relieves y cómo el hombre siempre ha vivido en esta zona y ha sabido aprovechar sus recursos, incluso ha creado nuevos hábitats con sus construcciones que son imprescindibles para algunas aves como el cernícalo primilla, la chova piquirroja o la paloma zurita entre otras.

viernes, 13 de marzo de 2015

LA FRONTERA DIFUSA (de Paseando por la Naturaleza nº1)


A la izquierda solana cubierta de roble quejigo, a la derecha umbría con pinar de pino silvestre, Belsué
     Los humanos tenemos la idea de que las fronteras son una línea nítida que separa no ya dos partes diferentes sino dos partes opuestas, y entre ellas no cabe lugar a la influencia de una en la otra. Es una ayuda a la tranquilidad de nuestro ego saber que en otro lado está lo malo, lo negativo, pues nosotros por definición somos lo contrario, lo bueno.



     En la naturaleza la frontera surge cuando hay un cambio, tanto de medio como de las condiciones ambientales, y esto origina formas diferentes de vida. Y esta frontera no es nítida, sino que es un espacio difuso donde, al acercarnos, vamos encontrando elementos de la otra parte, conviviendo en perfecta armonía sin estridencias, salvo nuestro asombro cuando vemos juntas especies que creíamos de ambientes muy diferentes; poco a poco las especies de nuestro lado van desapareciendo, se van rarificando, hasta que ya no encontramos ninguna. Entonces sabemos que ya hemos cruzado la frontera, aunque no sabemos donde estaba, solo sabemos que, a diferencia de las fronteras teóricas, nítidas y por lo tanto pobres en diversidad esta es real, difusa y muy rica en diversidad.


Carrascal (con hoja) con hayas y quejigo (sin hojas), Sº Balcez

     Fronteras difusas las tenemos a muchos niveles:
Entre el medio aéreo y el terrestre, al respirar el aire penetra en el interior de nuestros cuerpos, y también en el suelo pues las raíces de las plantas han de estar aireadas, y nuestros cuerpos y las plantas se desarrollan y desenvuelven dentro del aire.
Entre el medio acuático y el terrestre ocurre algo parecido, hay organismos acuáticos que soportan cierta desecación y organismos terrestres que, al contrario, soportan cierta inmersión, pensemos en la mareas con ritmos diarios, o subidas y bajadas del nivel del los ríos y lagos con ritmos estacionales. Incluso hay animales que una parte de su vida la pasan en el agua, normalmente la etapas iniciales, y después viven en la tierra, pensemos en los anfibios o en muchos insectos, con larvas acuáticas mientras que sus  imagos (adultos) son voladores.

     Las fronteras en la naturaleza son tan difusas que solo las podemos ver si nos esforzamos en ello y, de hecho, las solemos definir más como un cambio gradual que como un límite, de hecho los ecólogos la denominan ecotono, y la vienen a definir como la transición natural entre dos ecosistemas, en la cual hay especias de ambos ecosistemas y por lo tanto son zonas de mayor riqueza e interés biológico.

Matorral en la solana del salto de Roldán, las zonas de verde más apagado son solanas con plantas frioleras como lentisco y el olivarete en las partes bajas. Las zonas de verde más vivo son las umbrías con plantas más necesitadas de humedad como el madroño o el durillo. Las crestas son las zonas más frías y secas.
     EJEMPLO: Tomemos una extensión de matorral mediterráneo en un terreno ondulado, como el que hay a los pies del Salto de Roldán, en principio son todo arbustos que forman parte de etapas de sucesión del bosque después de un uso excesivo en ganadería o agricultura por parte del hombre y con la utilización del fuego. Hay muchas características comunes entre estas plantas, adaptaciones a la sequedad con hojas pequeñas y duras, defensa de los herbívoros con espinas, rebrote de los tallos y/o germinación de semillas después del fuego, etcétera; además de su aspecto parecido las percibimos mezcladas sin ningún tipo de orden. Pero cuando pasamos suficiente tiempo en estas formaciones vegetales de matorral secundario, mirando, observando, o simplemente paseando con los sentidos en alerta, vemos como en las partes más calidas de las solanas aparecen las especies que soportan peor el frío (coscoja, lentisco, olivarete), en los fondos de valle donde se produce la inversión térmica y en las zonas altas donde son frecuentes las heladas por altitud encontramos especies más resistentes tanto al frío como a la sequedad (boj, chinebro). Ya en las zonas menos soleadas, y aunque llueva prácticamente lo mismo, aparecen especies que toleran mal las sequías veraniegas y se mantienen aquí gracias a suelos mas húmedos por la menor incidencia de los rayos solares (durillo, madroño), y en estas zonas de umbría en las parcelas rocosas o de suelo más escaso que retiene mas la humedad vuelve a parecer las plantas tolerantes al sequía, mientras en suelo no mejore. De pronto el caos de después del desastre empieza a estar organizado, bueno ya lo estaba, solo faltaba que nos diéramos cuenta de ello.





martes, 3 de marzo de 2015

CRONICA DEL SEGUNDO RECORRIDO DE PASEANDO POR LA NATURALEZA


Vista del recorrido desde la ermita del Puyal. (foto Mº Ángeles Torrecilla)

     El espectacular recorrido que, a pesar de lo cercano a la ciudad de Huesca era desconocido para muchos de los asistentes, discurrió entre las carreteras de acceso a las poblaciones de Piracés y de Tramaced por la parte superior del talud que separa ambas poblaciones, y enlazando la mayor parte del mismo “bancadas de piedra de arena”, arenisca, y supliendo así la falta de camino.

     Si la geología era el tema principal del día, y cómo la erosión ha modelado y creado los relieves de este territorio eliminando las partes más blandas y debilitadas de las rocas, el fuerte y constante viento que nos acompañó todo el día nos ayudó a comprender como este retira los materiales sueltos, llegando incluso a “limpiar” la roca de arena y tierra suelta; y de cómo la vegetación, principalmente matorrales bajos, soportan perfectamente estas condiciones.

     Aún a pesar del modesto porte de estas plantas y de que sus formas oponen poca resistencia al viento de forma individual, cuando se encuentran en formaciones densas como los albardinares o los lastonares llegan a reducir la velocidad del viento y retener la tierra y la arena que este transporta, frenando la erosión y contribuyendo a la formación de suelo.     Hay que señalar que algunas de las adaptaciones que tienen en sus hojas para superar la sequedad estival como que estas sean: estrechas en el romero y el albardín, pequeñas en el tomillo y la ontina, o incluso ausentes con tallos verdes que hacen la función de las hojas en la retama y la efedra, también resultan efectivas contra la fuerza del viento.
     Pero volviendo al geología pudimos ver como la arenisca se deshace en granos de arena creando alveolos y cavidades en la roca, o bien se agrieta y parte en bloques, creando escarpes y viseras que acaban cayendo; y de cómo se van individualizando las partes más resistentes creando monolitos característicos con nombre propio: la Peña del Mediodía, el Abuelo Roque; o el del Puyal, un gran bloque de arenisca situado sobre una columna de arcilla.
     El recorrido se complementó con la visita a dos ermitas: la de la Corona en Piracés y la del Puyal en Tramaced, ambas evidencian los cambios estéticos y constructivos en sus edificios, y desde las cuales hay vistas privilegiadas sobre el territorio motivo de la actividad.
 
El grupo junto a la formación del Puyal. (foto Laura Lloveria)

Recordatorio de las especies de plantas vistas características del recorrido:
Adaptaciones frente a la sequía: romero, tomillo, albardín, lastón, efedra, retama, uña de gato.
Defensa química contra herbívoros mediante aromas: santolina, ruda, romero, tomillo, siempre viva olorosa. Defensa mecánica contra depredadores: aliaga, té de roca.
Adaptaciones al fuego: pino carrasco
Adaptaciones frente a la salinidad: sosa

Más información sobre estas plantas en: www.espaciosaltoderoldan.es/index.php/espacio-sr/jardin/fichas-de-plantas
http://proyectos.ipe.csic.es/floragon/alfabeticanombrecomun.php