viernes, 31 de marzo de 2017

LABIOS DE TERCIOPELO

Estigma de la flor del almez (Celtis australis) con su estigma grande y aterciopelados para atrapar el polen
En la naturaleza todo esta preparado para un fin, aunque nosotros lo no entendamos o lo malinterpretemos. De igual forma que todo Ying tiene un Yang, lo  femenino tiene lo masculino, todo tiene su complementario, ni opuesto ni contrario, pues los complementarios son imprescindibles para continuar la vida.
         Muchas veces los entomólogos determinan que un insecto pertenece a tal o cual especie no por el aspecto, tamaño, color o forma del individuo, sino a través de las “genitalias” pues macho y hembra pueden ser de aspecto diferente, pero el aparato reproductor de uno es un molde del otro y así se sabe que al ser complementarios son de la misma especie.
Flor del almez ya fecundada, a la izquierda y secos los estambres, a la derecha el estigma
Igual ocurre con las plantas, ejemplares de aspectos y tamaños muy diferentes son especies próximas si atendemos a su clasificación a través de sus genitales, las flores. Linneo fue el primero que describirlo un sistema de clasificación vasado en la flores y usaba explicaciones refiriéndose al numero de estambres y pistilos en su “sistema sexual o nupcias de las plantas”.
Pero a las plantas lo que mas les interesa no es saber donde se encuentra el otro sexo, sino como va  llegar el polen a los estigmas de la flor femenina. En el caso de plantas que usan insectos ya vimos algunos de los métodos para seleccionar al mensajero y aumentar la eficacia, pero en el caso de plantas que usan el viento para enviar el polen, la eficacia se basa en la abundancia de polen, que este se sustente bien en el aire con flotadores o alas y que los estigmas estén preparados para recoger el polen. Los estigmas son pegajosos para que el polen se quede adherido, en plantas como el maíz los estigmas además son enormes, hasta tal punto que cuelgan por fuera de la flor (son esos pelos largos que sobresalen de las mazorcas), en otras especies tienen una forma curiosa cuando no insinuante al saber su posición y función, es el caso de la flor del almez con sus dos estigmas cubiertos de papilas que le dan aspecto de dos labios de terciopelo, no son para mejorar su atractivo hacia las flores macho, sino para la captura y retentiva del polen de los mismos.
Mazorca de maíz, los estigmas son la melena rojiza de la parte superior

Ver sobre el tema :

http://territorioinquieto.blogspot.com.es/2014/06/elegir-al-mensajero.html

sábado, 25 de marzo de 2017

POLEN AERONAUTICO

No es humo es el polen de una sabina negra, Juniperus phoenicea. 
La culpa de todo la tuvieron esas cabras, que al verme, sin prisa pero sin mirar atrás, se fueron marchando. Y fue entonces cuando una de ellas rozo una de la sabinas que abundan en la zona, levantándose una nube blanquecina que recordaba más al humo que produce las ramas verdes al quemarse que lo que era, polen.
Durante un rato me dediqué a sacudir las ramas para ver las nubes de polen, en cada primera sacudida, y gracias a la ausencia total de viento, las ramas de donde procedía desaparecían detrás de la capa de millones de granos de polen, que de esta forma comenzaban su periplo fecundador. Entonce me puse a pensar: cereales, olivo, Salsola kali, .... son las plantas que producen polen al cual soy alérgico, creo que había alguna más, pero espero que no sea también el ciprés ni ningún pariente cercano como la sabina.
A partir de ese momento la fascinación dio paso a la prudencia, ahora se trataba de al caminar evitar a las sabinas, y en especial a sus discretas pero  lujuriosas flores masculinas que sembraban el ambiente al mínimo roce. En pos de la castidad de las plantas, dí generosos rodeos pero aún así era regalado con capas de polen sobre mi ropa, y prefería pensar que no también en el interior de mis pulmones pues pasaba entre ellas aguantando la respiración.
Las diminutas y lujuriosa flores de la sabina negra
Hay una teoría que dice que las alergias, son producto de nuestro sistema inmunitario aburrido, la higiene que ha evitado tantas enfermedades infecciosas lo deja ocioso; entonces reconocen como enemigo lo que en las circunstancias para lo que fue creado no serian nada peligroso, como el polen. Llegados a este punto un día que iba al médico de cabecera, en busca de antihistamínicos, le comenté que en el periodo de tiempo que viví en un pueblo rodeado de cereales y olivos, la alergia, creía que me había ido a menos; medio en broma medio en serio, le dije que tal vez mis defensas estaban entretenidas con todo lo que había que respirar, como cuando esparcen los purines de las granjas de cerdos por los campos, cuando un penetrante olor se adueña de todo, y de todos; el médico sonriendo, me dijo que tal vez tuviera razón y ahí quedo todo.
Pero la culpa no es de las sabinas ni de las plantas que tienen un polen “aeronáutico” (que aunque vuele no pueden elegir la dirección, eso lo hace el viento), el problema es que es un método muy primitivo que obliga a las plantas a producir ingentes cantidades de polen.
La preocupación de la flores masculinas es llegar a las femeninas. Como no saben que dirección y fuerza llevará el viento por si acaso producen polen de más, muchísimo más del que parece necesario; en algunas especies los granos, a pesar de su diminuto tamaño llevan además alas o flotadores para facilitar el transporte por el viento. En las especies con los sexos en pies distintos, los machos dicen que son más abiertos para favorecer el paso del viento, mientras que los pies hembras son más compactos para reducir la velocidad del viento y favorecer que el polen se deposite. Las flores femeninas además han de tener los estigmas adecuaos para peinar el viento y retener su polen; algunos investigadores afirman que la adaptación es tal que retiene el polen de su especie, y no el de otras.
El polen que nunca llego a su destino queda depositado en el suelo, y si las condiciones son adecuadas, puede permanecer a lo largo de largos periodos de tiempo. Lo bastante para que nos permita reconstruir la flora de un lugar en un determinado periodo de tiempo pasado, partir de sedimentos de una excavación arqueológica, un fondo de lago, una turbera, etcétera.
La abundancia de un recurso alimenticio no puede pasar desapercibido, en una naturaleza donde comer, no ser comido y reproducirse es la esencia de la vida. Y seguramente sea este el origen de la plantas con flores vistosas, los insectos acudían a las flores a comerse el polen, y de paso sin quererlo polinizaban; después algunas plantas, parece que vieron que si ponían reclamos como los pétalos coloridos o las fragancias florales los insectos venían con más facilidad, con lo que la polinización era mayor y por lo tanto el éxito de la especie. El siguiente paso ya era sustituir el polen, rico el proteínas y costoso de producir, por alguna golosina barata de fabricar, de ahí surgió el néctar, líquido dulzón elaborado con los excesos de azúcares que producen las plantas, y que usan como pago a su polinizadores.
Pinar de pino silvestre, una de las especies de conífera como mayor distribución en el planeta. Si no se polinizaran por el viento, alguien se imagina la entidad de insectos que harían falta para polinizarlos, y al resto de pinos y los cereales....?
Pero la pregunta es si la polinización con los insectos es más efectiva, porque hay tantas especies de plantas que usan el impredecible viento. Hay un dicho entre los ingenieros que lo explica a la perfección, “si algo funciona no lo cambies”, alguien se imagina la cantidad de insectos que harían falta para polinizar todo el cereal que se cultiva, o todos lo pinos. Pensemos que una sola especie como el pino silvestre, llega en su distribución hasta Escandinavia y desde ahí por toda Asía hasta casi la costa del Pacífico. Y que pasaría en los lugares donde hay plantas, pero hace demasiado frío para que los insectos estén activos el tiempo necesario para la polinización; si esta no es suficiente hay menos frutos, por lo que habrá menos semillas, y las plantas, especialmente las anuales se acabaran resintiendo. Por eso aún existe la polinización por el viento, porque aún funciona, y es la mejor opción en determinadas ocasiones.


sábado, 18 de marzo de 2017

CUANDO EN MARZO MAYEA,...

Flor de Crocus con escarcha
Uno de los grandes secretos para que la vida funcione correctamente es que el tiempo (meteorológico) lo haga a su tiempo (anual); en nuestro caso frío en invierno, calor en verano y entremedias lluvia, a ser posible poco intensas pero duraderas.
El problema es cuando se cambian los tiempos, el agua fuera de su momento (aunque siempre va bien para recargar acuíferos), escasa o demasiado intensa afecta al suelo y a las plantas, y con ellas al resto de seres, el frío en verano puede dificultar la polinización de  los insectos, la maduración de los frutos y el calor el invierno.
A mediados de este mes de marzo ha habido unos inusuales días cálidos para ser invierno, la percepción de los mismos ha dependido de la relación de la población con la naturaleza. El grupo poblacional de “seres urbanos” aparecían en los medios de comunicación felices en la playa o en las terrazas de los bares. Normalmente es el mismo grupo poblacional e informativo que en épocas de sequía el pronostico de anticiclón y cielos despejados lo califican de buen tiempo; o son inconscientes o se creen que el turismo de sol y playa es la única economía posible, y que además lo es independiente de la naturaleza, y de la lluvia.
Contraste de la hoja "quemada" por el frío primaveral y el rebrote de las hierba del suelo  
El otro grupo poblacional, esta centralizado en el mundo rural y en especial en el agrícola, están preocupados pues este temprano calor significa que se adelanta la floración en una época en la que las heladas no han dicho su última palabra; por lo que estos calores prematuros no solo no los ven como buenos sino como malos. Y recuerdan el dicho: “cuando marzo mayea, en mayo marcisquea”, que viene a decir que si a final de invierno hace calor en plena primavera hará frío, tal vez mucho frío.
En las plantas estos fríos tardíos suelen ser devastadores, los nuevos brotes, tiernos, y acuosos se hielan con facilidad, a las plantas no les ha dado tiempo de protegerlos convenientemente con tejidos y cutículas aislantes, por lo que aparecen “quemados por el frío”, el agua contenida en las células se ha congelado, aumentando de volumen y rasgando la pared celular; por estas roturas cuando deshiele se desecara el tejido, y la hoja aparecerá con marcas secas cuando no seca totalmente. Esto se ve en los hayedos con la hoja seca en plena primavera, la planta deberá echar mano de yemas de reserva de la próxima temporada.

 Daños por frio en las hojas del litonero, Celtis australis. 
Algunas especies como el roble quejigo desarrollan una estrategia que suele ser bastante eficaz para proteger sus brotes, sus nuevas hojas no aparecen hasta que la primavera está ya asentada y ha desaparecido el riesgo de heladas y así retrasando el tiempo (anual) evitan el mal tiempo (meteorológico) y el mayo que marcisquea.


sábado, 4 de marzo de 2017

EL APEGO A LA VIDA, Y A LAS ROCAS, DE LAS SABINAS

Aspecto "extraño"  de sabinas negras, presumiblemente muy viejas, viviendo en paredes de roca 
En la naturaleza hay una ley no escrita (como todas) en la que rapidez y longevidad están reñidas, al menos en el caso de los árboles.
Las especies de desarrollo más rápido suelen darse donde hay buenas condiciones ambientales de: luz, agua, temperatura y nutrientes, alcanzan tamaños grandes antes, pero viven menos años, un chopo o abedul pueden tener una vida media de 100 años, 200 como mucho. A las especies de crecimiento lento no les preocupa tanto el tamaño (aunque algunas especies como la secuoya combina ambas)  como desarrollar estrategias que les permita ser longevas, como la resistencia a la pudrición de su madera y el evitar mediante repelentes y tóxicos depredadores y parásitos que dañen su  follaje o sus raíces.
Las primeras, las rápidas,  se encuentran en habitas deseados, favorables para la vida donde hay recursos para vivir, por lo que hay muchas especies con las que competir y muchos depredadores y parásitos, además se dan las condiciones ideales para la acción de recicladores, véase hongos, bacterias y toda una suerte de invertebrados dedicados a reciclar la madera, para que las moléculas y los elementos minerales vuelvan al suelo y poder ser usados por otros organismos, pese a quien pese.
Anillos de una sabina negra, contenidos en 1 centímetro ( espacio entre las marcas), cada anillo es un año de crecimiento, incluso lo años buenos son muy estrechos. Como comparación los chopos pueden tener anillos de 1 centímetro como suma facilidad. 
Las segundas, las longevas,  suelen encontrarse los hábitats no deseados: escasez o ausencia de suelo, clima seco, demasiado frío,  demasiado cálido o todo a la vez como en las paredes rocosas, especialmente las orientadas al sur donde los contrastes de temperatura son grandes incluso en el mismo día. Este el lugar de seres sufridores, lugares tampoco deseados que plantas antiguas pueden vivir sin la competencia de las más evolucionadas y eficientes que las desplazarían. Aquí la vida por necesidad va muy despacio; en los años malos solo se sobrevive a la espera de que el año siguiente no sea tan malo, los años normales se puede crecer pero poco el lugar no da para mucho, incluso en los mejores años el crecimiento es escaso, y bueno, reproducirse queda para los años excepcionales; y más en especies que necesitan de más de un año para hacer el fruto como es el caso de las sabinas. 
Pero tampoco hay prisa las cosas viene cuando vienen, solo hay que saber esperar y tener la capacidad de aguantar que no es poco.
En este lugar no deseado, las paredes de roca, algunas especies de plantas han encontrado un lugar donde demostrar su apego a la vida acumulando años. Es el caso de un herbácea la Borderea chouardi que en sus rizomas llega acumular hasta 300 años, o las sabinas negras; de estas las de aspecto más particular, extraño o extravagante parece que son las que más años acumulan, destacando las de tronos retorcidos, espirales, de aspecto secos y con escaso follaje, que crecen en vertical o mas frecuentemente en cualquier otra posición como hacia abajo, como no necesitando luz. Tan aferradas a la roca como a la vida muchas  mueren cuando se desprende la roca entre cuyas grietas extienden las raíces.
Y cuantos años viven?, bueno hay un estudio en el sur de Francia en el que cortaron varias sabinas que crecían en pared y contaron sus anillos llegando a sobrepasar los 1200 anillos de crecimiento, también las dataron con carbono 14 y la cifras se disparaban hasta los 1700 años, por lo que no queda claro cuantos años viven en verdad, pero muchos.
        

Juph021, seguramente sobrepase los 500 años, lo sabré cuando sepa contar bien los anillos en las zonas oscuras
       Nosotros en la zona occidental de la sierra de Guara, y solo a partir de los ejemplares encontrados caídos al pie de los cantiles llegamos a sobrepasar los 630 anillos en un ejemplar de 20 cm de radio;  o seguramente superar los 500 años (aún hay que mejorar la técnica de contar anillos cuando en 1mm puede haber hasta siete anillos de crecimiento y enmascarados por el oscurecimiento de la acumulación de resinas) pero en este caso en un tronco de solo 9 cm de radio. Aquí el tamaño si importa para tener apego a la vida, cuanto menos más.