miércoles, 22 de junio de 2016

PLANTAS ROQUERAS II

Uña de gato (Sedum sediforme) una de las plantas más resistentes a la sequedad
Hay otras plantas que se plantean que si la sequedad es mayor durante el día es mejor cerrar los estomas y evitar la perdida de humedad. Pero claro, una planta necesita tomar CO2 (anhídrido carbónico) de la atmósfera en presencia de la luz para poder realizar la función clorofílica, algunas plantas crasas como la uña de gato lo soluciona mediante su metabolismo, toman el CO2 por la noche cuando la humedad permite abrir los estomas y lo almacenan en forma de ácido málico, durante el día con los estomas cerrados desdobla el ácido y recupera el CO2 y el agua para realizar la función clorofílica.
Coronilla de roca, Golbularia repens, una de las plantas más habituales en roquedos:  independiente de tipo de roca, orientación y de muy amplio rango de altitudes
         Pero el vivir en la roca, aparte de la escasez de suelo y los contrastes de temperatura tiene sus ventajas. La primera ventaja es la carencia de competidores, solo plantas especializadas pueden vivir en este medio y las más generalistas, que las desplazarían, carecen de los recursos para vivir en esas condiciones, aunque lo intentan. Además en las paredes están a salvo de los grandes fitófagos por lo que no tiene que invertir mucho en protegerse de ellos; también se encuentran a salvo de los incendios, por lo que en estas paredes se refugian ejemplares longevos de especies poco tolerantes al fuego como la sabina negra.
Esta sucesión de ventajas e inconvenientes hace que en los roquedos se refugien especies antiguas acantonadas aquí a salvo de los cambios acaecidos desde la era Terciaria como es el caso de la oreja de oso, y mientras que algunas especies solo se encuentran en roquedos muy concretos, como Borderea chouardi únicamente en una parte del Congosto de Escales, otras se han adaptado tanto al medio rocoso que las encontramos en un amplio rango de altitudes, orientaciones o tipos de roca, como la coronilla de roca (Globularia repens).

Borderea chouardi, tal vez la planta más rara del Altoaragón, con una única localidad, en un única zona de una sola de las dos vertientes de un único congosto
La roca es un mundo aparte con sus propios personajes, muchas veces recuerdos de épocas pasadas, pero siempre un ejemplo de hasta donde es capaz de llegar la vida.

viernes, 17 de junio de 2016

PLANTAS ROQUERAS


Salto de Roldán en invierno. Las zonas más o menos llanas parecen en blanco por la nieve, las paredes tumbadas y verticales de color gris y las paredes extraplomadas de color anaranjado

Bueno, la verdad es que los botánicos las denominan rupícolas, aunque plantas que viven sobre las rocas hay muy pocas, y casi todas ellas nos pasan desapercibidas, pues se reducen a algunas algas primitivas, de tamaño diminuto, a los líquenes, que ya sabemos que es una asociación de algas y hongos, y a algunos musgos. Estos son los habitantes más sufridos de las rocas y solo están activos cuando tienen la humedad suficiente, por lo que una jornada laboral de ellas puede ser así de sencilla: con las primeras luces, y gracias a la humedad de la noche que las hidrata, pueden realizar la función clorofílica, alimentarse y crecer, en el momento que les da el sol pierden toda la humedad y dejan de estar activas, así, desecadas esperaran a que las condiciones vuelvan a ser propicias, unas horas, unos días, unas semanas. Pero sabemos que están ahí  por el color que toma la roca en las zonas donde se moja y por lo tanto a veces hay humedad, de hecho los escaladores reconocen la inclinación de una pared en la distancia por su color, en especial en calizas y conglomerados: anaranjado, pared extraplomada,  gris, pared que se moja con la lluvia y permite la vida de esta sencillas plantas.
Superficie de roca arenisca cubierta de líquenes, pellas de musgo y alguna graminea
Por eso ahora a las plantas superiores que viven en los roquedos se las denomina fisurícolas, pues anclan sus raíces en el escaso suelo que hay en las grietas y en la pequeñas repisas (no sobre la roca). Ahí las condiciones llegan a ser paradisíacas en comparación con la superficie de la roca, y aunque se soluciona un poco el tema del agua y del alimento, no el de la temperatura, en especial el verano cuando da el sol de lleno y caldea la roca hasta convertirla en una plancha, por eso las plantas que viven aquí suelen tener algunas adaptaciones. Los líquenes, musgos, algunos helechos y muy pocas plantas con flores son capaces de, después de desecarse y tener apariencia muerta, revivir con lluvia y volver ser de color verde, no echando nuevas hojas y brotes sino reviviendo las que parecían perdidas por la sequía.  Esto es típico de un helecho, la doradilla, que cuando se seca sus hojas se enrollan y muestra el envés de los mismos cubierto de una pilosidad dorada de ahí su nombre. La oreja de oso también es capaz de revivir, siendo una de las escasas plantas con flores que pueden hacerlo, pues la reviviscencia es una característica de plantas menos revolucionadas. (ver entradas anteriores julio 2014: Que sed, mañana sol y buen tiempo)
      
Doradilla, Ceterach officinarum, hidratada y capaz de realizar la función clorofílica

jueves, 9 de junio de 2016

PLANTAS PEGAJOSAS

Detalle de Drosera rotundifolia
Ante nosotros se extiende un prado húmedo, bueno más que húmedo esta encharcado por las frecuentes lluvias y el agua de algún manantial. Estas condiciones representan un problema para las plantas, por un lado al estar el suelo saturado de agua las raíces carecerán de aire y muchas no lo soportarán, por otro lado el lavado continuo del suelo por el agua elimina determinados elementos como el nitrógeno. Algunas plantas han encontrado una solución drástica para este problema, obtienen el nitrógeno de los animales, siempre de pequeño tamaño, pues las plantas que se comen a un explorador solo existen en las películas de aventuras serie B.
Detalle de la hoja de la grasilla, Pinguicula sp, se aprecian las bolitas pegajosas en las que ha quedado retenido un mosquito
En los Pirineos solo son capaces de cazar pequeños invertebrados, normalmente insectos y lo hacen de un forma pasiva mediante trampas pegajosas; la presa queda pegada en ellas, acto seguido en el caso de la drosera sus “tentáculos” se retuercen para atrapar mejor al animalillo y evitar que escape, de esta manera son capaces de cazar incluso pequeños saltamontes. Después actúan unas enzimas que lo digieren para que la planta lo pueda asimilar, a la vez, al menos en el caso de la grasilla, producen antibióticos para evitar que en estas condiciones de materia orgánica, humedad y calor proliferen hongos y bacterias.


       
Corona de rey, Saxifraga longifolia, en todo el esplendor de su floración
 
Detalle del tallo floral de la corona de rey, donde se aprecian los pelillos adhesivo y un díptero atrapado
En los roquedos calizos y de conglomerados de esta cordillera hay otra planta, “pegajosa temporal y ex planta carnívora”, es la corona de rey. Esta es la planta que todo el mundo conoce y cuenta su historia aunque poca gente se molesta en comprobarla, así se dice que solo florece una vez en la vida pues después de hacerlo muere, y es cierto que se ven plantas muertas con su gran inflorescencia, pero todas las primaveras se ven más plantas florecidas que muertas por lo que es posible que puedan florecer más de una vez. De la corona de rey  se comentaba que para poder madurar sus semillas necesitaban elementos que no se encontraban en la roca por lo que se volvía carnívora. Si nos acercamos a una de estas plantas, (que curiosamente cuando las queremos ver de cerca siempre están al borde de un precipicio) veremos una larga inflorescencia llena de flores pequeñas a ellas acuden los polinizadores con total normalidad incluso hay arañas cangrejo entre los pétalos a la espera de los más incautos, si nos fijamos en los peciolos de las flores y en el vástago que soporta la inflorescencia veremos que esta cubierto de unos cortos pelillos rematados en una bola transparente, y pegajosa; ahí quedan adheridos cualquier pequeño insecto volador que, más que maniobrar, se deje llevar por el viento como los pulgones. Para ellos es una trampa mortal, se quedarán ahí hasta que mueran, no está demostrado que la planta pueda absorber los nutrientes del insecto  (por eso lo de ex planta carnívora) pero al menos se libra de los que se acercaban a ella con el fin de alimentarse de su savia. Esta estrategia es más frecuente de lo que parece, el té de roca la olivarda entre otras , y es más económica de lo que parece ya que no hacen falta compuestos extraños, simplemente glucosa ya lo saben el azúcar engancha.

jueves, 2 de junio de 2016

PLANTAS CON AGALLAS

Agallas en las hojas de la coscoja
Hay plantas que tienen agallas y plantas que poseen agallas, hay plantas con agallas que plantan cara las condiciones vitales más difíciles, sean climáticas (frío, sequedad), del suelo (rocosos, salinos) o de predación (con defensas químicas , defensas mecánicas para evitar a los herbívoros), no creo de forma voluntaria pero están “diseñadas así” y es lo que hacen. Pero hay otras plantas con agallas, aunque son más indolentes, en lugar de enfrentarse a un problema lo aíslan y tal vez lo usen en su provecho, en este caso tener agallas no es una expresión sino una realidad pues desarrollan una serie de estructuras tipo tumoral como consecuencia del ataque de un insecto o la infección de algún microorganismo, ante su presencia la respuesta de la planta es desarrollar un tejido que lo aísle, la agalla o cecidia. Y eso es lo que quiere el futuro huésped de la planta, al menos en el caso de los insectos, dentro de este tumor desarrollará todo su ciclo vital, empezará como larva recién salida del huevo que depositó la hembra y acabará como adulto en busca de otro lugar donde reproducirse. No solo eso, con la formación de la agalla la planta creará un nuevo hábitat, no solo ocupado por su inquilino sino por los parásitos y depredadores de este, y cuando él desaparece el lugar puede ser ocupado por otros organismos.  No esta muy claro en qué forma le afecta a la planta, no parece que le moleste mucho (habría que tener en cuenta la opinión de la planta) e incluso hay investigadores que opinan que podría ser beneficioso, en las agallas se acumulan taninos, este compuesto embastece el alimento y además dificulta la digestión en los herbívoros por lo que las agallas podrían ayudar a evitar a los herbívoros.
Agallas en el lentisco
Las agallas curiosamente forman estructuras llamativas muy diferentes de otras partes de la plantas, esferas en la carrasca, cuernos en el cornicabra (de ahí le viene el nombre), masa de aspecto piloso en el rosal, etc. En muchos casos vivamente coloreados de rojo que contrasta con el verde de la hoja como en el caso de la coscoja.
Agalla esférica en la hoja del roble quejigo
De hecho el nombre científico de la coscoja Quercus coccifera alude en la parte de la especie a que lleva cochinillas o quermes (fero coccum), y si este detalle ha quedado registrado en el nombre es por el uso que se le daba a estas agallas. Las agallas de la coscoja se le denominaba: grana de tintes, grana de quermes o coco (por la forma globosa de la agalla) de tintes y se empleaban como colorante, y de ahí se obtenía el color carmesí. Cuentan que en la época de dominación romana Hispania pagaba un tributo de esta grana que servía para teñir de púrpura la toga de los miembros del Senado. Cosas de la vida, el color de la élite de la Roma Imperial dependía de un diminuto insecto que vivía de un sencillo arbusto.