Flores de la azucena maritima, Pancratium maritimun, en una duna del Cantábrico |
Yo esperaba bajo el Sol de mediodía en la
duna mientras una joven se paseaba por el encuadre de mi foto, (en la que yo no
quería que saliera), su trayectoria errática, con paradas, y suaves arranques,
y vuelta al lugar anterior; me recordaban a una persona buscando algo, pero el
hecho de que en ningún momento levantara la vista del móvil me confirmaba que
lo que buscaba o era cobertura o un pokemom, vamos que no esta ahí por el
territorio real sino por personajes virtuales;
En la espera la mata de azucena marina que
tenia delante de mi me recordó mis búsquedas en otra duna pero del Mediterráneo,
la verdad que las plantas de esta duna cantábrica salvo los helechos cercanos
no difería mucho, así recordé como sus hojas acintadas debían aguantar la
fuerza del viento cargado de arena y sal, tal vez por eso la planta pasa gran
parte del año bajo el suelo en su bulbo, recordé como había una oruga grande
que se alimentaba de sus hojas, como una vez cogí una puesta suya con la hoja
en la que estaba y me la lleve a casa a ver como nacían las orugas. Al final
las larvas fueron saliendo e inmediatamente después perforaban la cutícula de la hoja y se introducían en su
interior desde donde se alimentaban de ella; la verdad este es un método
ingenioso, la cutícula es dura por lo que solo la perforan una vez en la etapa
inicial, en el interior de la hoja las larvas estaban protegidas del viento,
del sol y además camufladas para los depredadores. Ahí están hasta que ya no caben
físicamente dentro de la hoja, entonces salen fuera y se dedican a comerse la
hoja desde el exterior ya con mayor tamaño y una coloración blanca y negra que no
sabes si interpretar como camuflaje para “romper” su forma que funciona muy
bien en ambientes de claro-oscuro como el interior de un bosque, pero aquí se
ven mucho sobre la planta por lo que su coloración podría ser una advertencia
de su toxicidad, que no si la tiene pero la planta de la que se alimenta en
exclusiva sí.
Diferentes fases de la larvas de la mariposa de la azucena marítima, Brithys crini |
Poseen además otro tipo de camuflaje pero
este solo sirve para la cabeza pues el extremo de su abdomen es igual que esta,
así un ave no distingue bien donde esta y tiene solo la mitad de posibilidad de
asestar un picotazo fatal, y la oruga la otra mitad de salir bien parada.
A la izquierda cabeza y a la derecha extremo del abdomen de la larva de Brithys crini |
Cuando la oruga alcanza el tamaño adecuado
deja de comer y se entierra en la arena para hacer la pupa, y de ahí saldrá una
polilla de la que ya no puedo contar nada más que, (perdónenme los entomólogos)
como todas las polillas se reproduce sin llamar mucho la atención.
Pero volviendo a la azucena sus grandes
flores, las mayores de la flora de las dunas, tienen una finalidad ser
polinizadas y engendrar frutos con semillas para continuar la especie. Las semillas
son bien curiosas, se desplazan por tierra, mar y aire, me explicare. Son relativamente
grandes pues están recubiertas de un tejido aislante que recuerda al corcho eso
hace que sean muy ligeras por lo que el viento las arrastra sobre la arena,
además flotan y me da que deben aguantar bien la sal del mar, así si el viento
las lleva hasta la orilla el mar puede dejarlas en otra playa, además son de
color negro lo cual debe ser una buen protección contra los rayos UV.
A bueno lo más importante al final la joven
encontró lo que buscaba, que no debía de estar en el territorio real de la duna
sino en su realidad virtual, y sin levantar la cabeza del móvil ni mirar
alrededor y salió del encuadre de mi foto.
¿Y la foto?, creo que al final no la hice.
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