Aspecto "extraño" de sabinas negras, presumiblemente muy viejas, viviendo en paredes de roca |
Las especies
de desarrollo más rápido suelen darse donde hay buenas condiciones ambientales
de: luz, agua, temperatura y nutrientes, alcanzan tamaños grandes antes, pero viven
menos años, un chopo o abedul pueden tener una vida media de 100 años, 200 como
mucho. A las especies de crecimiento lento no les preocupa tanto el tamaño (aunque
algunas especies como la secuoya combina ambas) como desarrollar estrategias que les permita
ser longevas, como la resistencia a la pudrición de su madera y el evitar mediante
repelentes y tóxicos depredadores y parásitos que dañen su follaje o sus raíces.
Las
primeras, las rápidas, se encuentran en
habitas deseados, favorables para la vida donde hay recursos para vivir, por lo
que hay muchas especies con las que competir y muchos depredadores y parásitos,
además se dan las condiciones ideales para la acción de recicladores, véase
hongos, bacterias y toda una suerte de invertebrados dedicados a reciclar la
madera, para que las moléculas y los elementos minerales vuelvan al suelo y
poder ser usados por otros organismos, pese a quien pese.
Las
segundas, las longevas, suelen
encontrarse los hábitats no deseados: escasez o ausencia de suelo, clima seco,
demasiado frío, demasiado cálido o todo
a la vez como en las paredes rocosas, especialmente las orientadas al sur donde
los contrastes de temperatura son grandes incluso en el mismo día. Este el
lugar de seres sufridores, lugares tampoco deseados que plantas antiguas
pueden vivir sin la competencia de las más evolucionadas y eficientes que las
desplazarían. Aquí la vida por necesidad va muy despacio; en los años malos solo
se sobrevive a la espera de que el año siguiente no sea tan malo, los años
normales se puede crecer pero poco el lugar no da para mucho, incluso en los
mejores años el crecimiento es escaso, y bueno, reproducirse queda para los
años excepcionales; y más en especies que necesitan de más de un año para hacer
el fruto como es el caso de las sabinas.
Pero tampoco hay prisa las cosas viene cuando vienen, solo hay que saber esperar y tener la capacidad de aguantar que no es poco.
Pero tampoco hay prisa las cosas viene cuando vienen, solo hay que saber esperar y tener la capacidad de aguantar que no es poco.
En
este lugar no deseado, las paredes de roca, algunas especies de plantas han
encontrado un lugar donde demostrar su apego a la vida acumulando años. Es el
caso de un herbácea la Borderea chouardi
que en sus rizomas llega acumular hasta 300 años, o las sabinas negras; de
estas las de aspecto más particular, extraño o extravagante parece que son las
que más años acumulan, destacando las de tronos retorcidos, espirales, de
aspecto secos y con escaso follaje, que crecen en vertical o mas frecuentemente
en cualquier otra posición como hacia abajo, como no necesitando luz. Tan
aferradas a la roca como a la vida muchas mueren cuando se desprende la roca entre cuyas
grietas extienden las raíces.
Y
cuantos años viven?, bueno hay un estudio en el sur de Francia en el que
cortaron varias sabinas que crecían en pared y contaron sus anillos llegando a
sobrepasar los 1200 anillos de crecimiento, también las dataron con carbono 14
y la cifras se disparaban hasta los 1700 años, por lo que no queda claro
cuantos años viven en verdad, pero muchos.
Juph021, seguramente sobrepase los 500 años, lo sabré cuando sepa contar bien los anillos en las zonas oscuras |
Nosotros en la zona occidental de la
sierra de Guara, y solo a partir de los ejemplares encontrados caídos al pie de
los cantiles llegamos a sobrepasar los 630 anillos en un ejemplar de 20 cm de
radio; o seguramente superar los 500
años (aún hay que mejorar la técnica de contar anillos cuando en 1mm puede
haber hasta siete anillos de crecimiento y enmascarados por el oscurecimiento
de la acumulación de resinas) pero en este caso en un tronco de solo 9 cm de
radio. Aquí el tamaño si importa para tener apego a la vida, cuanto menos más.
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