Escena 1: La culebra de agua de collar Natrix natrix atrapa a un sapo común Bufo bufo por una pata delantera |
Eso me ocurrió
este verano en el jardín de la casa del pueblo, un pequeña superficie no más
grande que el salón de una vivienda con unas jardineras con plantas, uno de
cuyos lados limita con la “era” donde maniobra el tractor y demás vehículos, y
lo siguiente son campos de secano.
Bueno cinco
personas lo estuvimos limpiando durante una mañana, satisfechos de nuestra obra
alguien pensó en aprovechar para comer en él.
Extendimos el mantel y cuando estábamos en la cocina de la casa
preparando el resto de elementos, mi hijo llego corriendo excitado: ¡Papí, hay
una serpiente comiéndose un sapo en el jardín!, me pareció increíble con el
follón que habíamos montado en él un rato antes y que no los hubiéramos visto.
Pero ahí estaban sobre la grava, un sapo del tamaño del puño de un adulto
atrapado por una pata delantera por un culebra de agua de collar de unos 60 cm
de longitud.
Escena 2: Pese a los esfuerzos del sapo la serpiente no solo no suelta al sapo sino que es capaz de mover las mandíbulas para situar la cabeza del sapo en su boca. |
Por supuesto
no comimos en le jardín, y yo lo hice yendo y viniendo, para ver como comía la
autoinvitada.
Bueno la cosa
fue avanzando, la serpiente ya tenia la cabeza del sapo en su boca y este
permanecía hinchado e intentado oponer resistencia, incluso me fije como las
mandíbulas presionaban sobre las glándulas parotídeas del sapo, que son esos
abultamientos alargados que tiene los sapos en la cabeza por detrás de los
ojos, en ellas se produce una potente sustancia que sirve de repelente para la
mayoría de los depredadores cuando los muerden, y sino no le hacen caso actúa como
veneno.
Era evidente
de que en este caso no funcionaba, como ocurre cuando la relación presa-depredador
es muy estrecha y viene de tiempo atrás; las defensas de las presas al final
son neutralizadas por sus depredadores específicos, entonces la presa aumenta
la intensidad o desarrolla nuevas defensas que funciona durante un tiempo hasta
que el depredador consigue neutralizarlas de nuevo, y así sucesivamente;
consecuencia las presas se van haciendo más tóxicas y sus depredadores más
resistentes a esos tóxicos.
Escena 3 y final: El sapo se encuentra ya dentro de la serpiente, el proceso ha durado más de una hora. |
Cuando la última
porción del sapo paso por la garganta de la serpiente esta irguió la cabeza y
volvió a encajar las mandíbulas. La forma de alimentación de las serpientes
obliga a que estas tengan las mandíbulas unidas por cartílagos por lo que toda
su boca se pueda adaptar a contornos que parecen increíbles.
Fue más de una
hora lo que duró esta comida, la serpiente con el bulto enorme del sapo en su
interior se quedo inmóvil tardaría mucho en digerir esta comida, así que la
deje reposar con la idea de un rato después y con mucho cuidado para que no
regurgitara la presa, y tanto su esfuerzo como la vida del sapo o hubieran
servido para nada, meterla en un caja y llevarla fuera del jardín.
Pero cuando
volví la serpiente ya no estaba y aunque la busque no la encontré, ni la he
vuelto a ver. El instante extraordinario
desapreció tal y como apareció, sin darnos cuenta.
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