lunes, 28 de enero de 2019

LO QUE EL VIENTO NO SE LLEVÓ

       
Sabina negra ya muerta pero que conserva la forma aerodinámica, el viento vendría desde la izquierda.
       Invierno, el sol brilla con fuerza pero el frío atraviesa la ropa que me cubre empujado por el viento, busco un lugar donde resguardarme pero en esta llanura en la que me encuentro solo queda tumbarse, a ras de suelo la velocidad del viento siempre será menos por el rozamiento con él, o acercarme una mata que destaca, elijo lo segundo me parece más cómodo y siento curiosidad.
         Cuando estoy junto a ella veo que es una sabina albar y su tamaño es mayor de lo que parecía, en estos territorios abiertos sin muchas referencias cuesta hacerse idea del tamaño de lo lejano y la atmosfera limpia no ayuda a imaginar las distancias. Me llama la atención que a pesar de su altura de unos metros conserva su porte de arbusto, en estas zonas esteparias esto es un ventaja, en verano con sus ramas bajas evitan el calentamiento del suelo y que se deseque más, y hoy con fuerte cierzo aunque sus ramas ofrecen más superficie al viento, al ser flexibles hacen disminuir la presión en su tronco; aunque a veces muy pocas veces, son sus raíces las que no soportan la tensión y el árbol es tumbado por el viento, aunque suelen ser árboles situados en las márgenes de los campos donde alguna de sus raíces principales han sido dañadas por el labrado del campo junto al que está.
         A sotavento del viento, tras el parapeto del ramaje de la sabina me encuentro a gusto y calentado por el sol invernal que ahora si que se nota.       Cuentan de árboles a los que han eliminado sus ramas bajas para que se parezca más un árbol, y se han partido con un fuerte viento, sus troncos no estaban preparados para esta nueva fuerza; antes todo el follaje que llegaba hasta el suelo aminoraba la presión del viento, ahora esta se concentra el copa, hace de palanca y el tronco no esta preparado para esta tensión y no lo aguanta. 
        
Sabina negra con forma aerodinámica, el viento vendría desde la izquierda.
        Pero los árboles son sufridos y durante su crecimiento pueden adaptarse al viento. En especial si dominan vientos de dirección constante, como el viento del norte en la sierras prepirenaicas que no solo se encañona por los valles sino que desciende por las laderas, y en las zonas más desprotegidas podemos encontrar como algunos árboles lo afrontan, troncos rectos pero todo el follaje tras la protección del tronco a sotavento del mismo, como yo estoy ahora tras la sabina. Estas copas asimétricas son la expresión de vientos fuertes y de dirección constante, y es fácil de comprobar si los vistamos uno de esos días desapacibles en los que no nos solemos exponer a los elementos, en este caso al fuerte viento. 
        Incluso si pudiéramos observar en interior de los troncos de estos árboles veremos que son buenos ingenieros. Como las tensiones se acumulan en la zona cercan al suelo ahí es donde el árbol va a reforzase, formando más madera, bien con la creación de varios contrafuertes, o en el caso de vientos de dirección constante un contrafuerte principal, dando a su sección una forma alargada en ovalo, no tanto por ser más aerodinámica sino por hacer que sus anillos de crecimiento sean más anchos donde se acumulan las tensiones, en el caso de las coníferas en el lado opuesto de la dirección del viento.
 
Pino piñonero de Villafranca, en cada linea roja hay el mismo numero de anillos 
         Esto es un ventaja y un inconveniente, y es lo que le paso al pino piñonero de la población de Villafranca de Ebro. A pesar de figurar en el escudo del pueblo, su edad estaba entorno a los dos siglos, situado en solitario tras el muro del jardín del palacio en una zona donde los vientos llegan a alcanzar los 160 km hora, su porte típico de pino piñonero, tronco desnudo y copa densa ovalada, hacia que fuera muy sensible al viento, por eso su tronco y dado que el viento dominante es el cierzo y discurre del NO a SE se había alargado en esa dirección, totalmente adaptado al viento reinante de la zona; pero en verano del 2108  una tormenta con fuertes vientos lo tiró, la causa fue que ese día el viento soplo de sur a norte y a él árbol no estaba preparado para soportar la tensión en una dirección no habitual, sus raíces cedieron y el gran pino del escudo de la población cayo al suelo.
         Los árboles son resistentes pero necesitan tiempo para aptarse nuevas condiciones, sobretodo si estas son intensas.

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