lunes, 22 de junio de 2020

MASCÚN, CAPRICHO SIMPLIFICADO

El barranco de Mascún en la sierra de Guara, Huesca
         Hace años un pintor me dijo que antes de empezar a pintar un paisaje había que simplificarlo, eliminando detalles y centrándonos solo en los volúmenes y luces importantes, y para ello había que entornar los ojos. De esta forma veíamos borroso, pero solo nos daríamos cuenta de las manchas principales de la imagen, y era por donde había que empezar a pintar.
         La ciencia hace algo parecido: reduce y elimina todas las variables posibles para dejar el problema aislado. A partir de ahí lo estudia.
         Hay determinados territorios que por su aspecto complejo y fantástico nos resultan difíciles de comprender. Nos atraen, pero a la vez nos generan muchas preguntas, tal vez demasiadas, para poderlos disfrutar bien.
         Es el caso del barranco de Mascún (Sierra de Guara, Huesca). Una sucesión de pozas, cascadas y estrechamientos se suceden en su interior. Por encima, paredes verticales fragmentadas en innumerables pináculos. Antes, las explicaciones para lugares como estos se reducían a: “caprichos de la naturaleza" o "es la obra de Dios”, pero hoy en día la geología nos puede ayudar a comprender este bosque de piedra.
Canalillos en la roca caliza originados por su disolución por el agua de lluvia
  Como queremos simplificar el problema que supone interpretar este paisaje, nos imaginamos que partimos de un bloque de rocas del mismo tipo: caliza. Esta roca se caracteriza por estar formada por calcita (carbonato cálcico) que viene a ser un cemento que puede unir los materiales más diversos: arena, trozos de otras rocas, fósiles, etc. A pesar de su dureza esta roca es atacada por los ácidos que la van disolviendo, cuanto mayor sea su concentración del mismo, cuanto más tiempo estén actuando o cuando más pura sea la roca, mayor será su efecto erosivo. El agua de lluvia se carga de anhídrido carbónico en la atmósfera, y para los que recuerden la asignatura de química del instituto, agua más anhídrido forma un ácido, por eso la lluvia es levemente ácida (pH 5,5). Como tiempo no le falta para actuar sobre una caliza, el agua va disolviendo la superficie de la roca formando canalillos y aristas que en algunos casos recuerdan a una maqueta de valles y montañas con crestas afiladas. Si el agua encuentra una grieta por donde colarse la va ensanchando a su paso, formando pequeños conductos a modo de capilares. Curiosamente esta forma de erosión recibe una ayuda muy particular, que contrasta con la sutileza de la erosión química.
Un de los elementos mas conocidos resultados la erosión, el monolito denominado la Cuca de Bellostas
        Nuestra roca caliza la encontramos dispuesta en capas o estratos que a pesar del levantamiento del Pirineo están aparentemente horizontales. Lo que no ha podido evitar la roca con las tensiones de la elevación de la cordillera es agrietarse, de la misma forma que por la suma de pequeños golpes se nos agrieta un plato de loza, se descascarilla y por las fisuras penetra el agua y la suciedad; nuestra roca caliza agrietada facilita la erosión. No solo los materiales sueltos como polvo y fragmentos de roca son retirados por la acción mecánica del agua (especialmente en los fuertes aguaceros), ayudando a desbastar los relieves como si de una escultura se tratara, sino que las fracturas hacen aumentar la superficie sobre la que actuar y facilitan la penetración del agua dentro de la roca. En resumen, la fracturación debilita la roca y hace que sea más fácilmente erosionable.
         El resultado de una red de fracturas, adecuada en cuanto su separación entre ellas y su desarrollo (dirección, profundidad y extensión) que permite individualizar una serie de relieves. En el caso del Mascún, y tal como vemos en el mapa, esta fracturación ha sido la causante de la creación de este singular territorio.
         A partir de aquí podemos abrir completamente los ojos y veremos más detalles, como que la dureza de la roca no es uniforme, ni los estratos están completamente horizontales (en verdad forman un pliegue sinclinal bastante suave), que hay otras rocas diferentes, que el clima no ha sido siempre el mismo, y que las temperaturas también han ejercido su influencia en la desintegración de la roca, etc.
         Ahora tal vez veamos este paisaje de forma diferente. Por eso lo mejor es volver, sentarnos tranquilamente, entornar los ojos y olvidar los detalles buscando la esencia de este territorio. Como todas las cosas interesantes no siempre se ve a la primera, y lo mejor de todo es que nuestra nueva mirada nos ayudara a comprender mejor otros lugares.

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