Nos guste o no, la naturaleza tiene dos tendencias
contrapuestas, que a la vez se anulan y a la vez necesitan una de la otra, una
especie de Yin-Yang. Como ahora no esta muy de moda esto del Yin-Yang explicare
lo que este símbolo viene a significar en el
taoísmo: dos fuerzas fundamentales opuestas pero complementarias
presentes en todas las cosas, los ejemplos típicos son masculino/femenino,
tierra/cielo, etcétera.
En un
ecosistema de un determinado lugar se puede ver algo parecido, por un lado
tiende a la estabilidad de manera que las comunidades de seres vivos se suceden
hasta alcanzar un climax, una situación ideal con las condiciones ambientales
del momento, que se tiende a prologar en el tiempo, pues las variaciones pueden
ser absorbidas de forma progresiva, para eso un ecosistema tiene una serie de
mecanismos que permiten adaptarse a determinados
cambios.
En la
naturaleza ocurre lo mismo, al periodo estable le sigue uno inestable, donde
cambios del clima como consecuencia de la alteración de la órbitas
planetarias (ver los ciclos de Milankovich)
o por manchas solares, etcétera o simplemente por eventos como riadas, incendios, tormentas,
crean en un primer momento destrucción y devastación, pero la vida lleva ya
muchos de estos periodos y se recupera,
más rápido cuanto menor halla sido la intensidad y menor su duración, y
volverá a entrar en un periodo de estabilidad aunque no necesariamente con el
aspecto exacto anterior, puede que algunos cambios sea permanentes y ella lo refleja.
El problema es
que nosotros lo vemos de forma diferente, una zona incendiada difícilmente la
veremos en su estado anterior aunque la naturaleza progrese para conseguirlo, y
lo consiga seguramente cuando no estemos ya para verlo, si dependíamos para
vivir del estadio previo al incendio este es un catástrofe para nosotros. La otra es el problema de ser necios, hemos
logrado alterar el planeta lo suficientemente como para que los eventos
aumenten en intensidad y seguramente seremos, aunque no nos lo parezca, una de
las especies más perjudicadas.
Pero como ya
he dicho antes la naturaleza tiene experiencia en recuperarse de los desastres,
incluso son una oportunidad para muchas especies de organismos. En el límite entre el Cretácico y Terciario
cayo un meteorito en la zona del Yucatan, fue la puntilla final de los
dinosaurios, a partir de esa catástrofe unos pequeños animales evolucionaron
aprovechando el hueco dejado por los dinosaurios eran los mamíferos, en aquel tiempo
del tamaño de una musaraña. La oportunidad, y mucho tiempo después, les permitió llegar a convertirse en las
criaturas de mayor tamaño que han habitado sobre la tierra ( la ballena azul )
e incluso dentro de nuestra perspectiva los seres más inteligentes, nosotros
los humanos; aunque sobre esto habría
que preguntar al resto de los organismos que opinan viendo como tratamos, la mano que nos alimenta,
nuestro planeta Tierra.
La inestabilidad es una oportunidad para aquellos que están
preparados para aprovechar los vacíos dejados.
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