Tronco de sabina negra ( muerto hace unos 40 años), su desarrollo en cascada se explica por la existencia anterior de otro tronco ( marcado con *) que le debió hacer sombra. |
Hasta ahora hemos visto que la luz directa del sol y la
sectorización influyen en el desarrollo de la sabina negra y ahora vamos
introducir un nuevo factor en el aspecto de la sabinas, la longevidad (ver
entrada ¿Cuántos años tiene un árbol? de
julio 2016 ); pues esta especie opta además por otra estrategia que le permite
vivir en lugares marginales, pues en los lugares con mejor suelo es desplazada
por especies dominantes de mayor tamaño que le quitan la luz del sol; en estas
zonas con condiciones difíciles por la escasez de suelo su estrategia es tener
un crecimiento muy lento y reducido, invirtiendo recursos en crear una madera
calificada como imputrescible, cargada de resinas y esencias para evitar la
acción de hongos y/o insectos que destruyan su madera, y que incluso persiste a
la intemperie muchos años después de la muerte del ejemplar.
Aspecto de tres sabinas done ha habido una competencia entre ramas-tronco por la luz, en las dos últimas con muerte y perdida del tronco principal |
Para que nos
hagamos una idea de en que parámetros nos estamos moviendo y como confirmación
de que longevidad y tamaño no van unidos hemos encontrado ejemplares con 655 anillos
de crecimiento y solo 13 centímetros de
diámetro.
Los periodos
de vida de varios centenios parece ser comunes en sabinas que viven en lugares
rocosos, en estos periodos de vida tan largos, las condiciones ambientales han
podido cambiar mucho, no solo climáticas sino por competencia por la luz. Como
ya vimos las sabinas y enebros que dominaban en las épocas donde se explotaban
el boj y las carrascas como leña, decaen bajo la sombra de sus vecinos que al
no ser recolectados han podido desarrollarse con normalidad y están tapando la
luz a los antes señores de la zona.
Dos ejemplos con ramas-troncos rastreros con giros en ángulo recto. |
Pero esta
competencia por la luz se produce también en la propia planta entre sus ramas,
o de los troncos si tienen más de uno. Así en algunos ejemplares las ramas de
la base (recordemos que suelen mantener la forma de arbusto) compiten por la
luz con el tronco principal y crecen desarrollándose en horizontal, a veces
ladera abajo hasta que superan el follaje del tronco principal, entonces pueden crecer hacia la luz describiendo la rama un
giro en ángulo recto, en vertical; seguramente sea la sectorización de la que
hablábamos en la entrada anterior sea lo que haga que partes de la misma planta
se comporten de forma tan individualista, en otra s especies simplemente las ramas
de la base al dejaran de recibir suficiente luz habrían dejado de ser alimentadas por lo que se acabarían secando y desapareciendo
en la llamada autopoda.
Lo que ocurre
es que esta competencia en el mismo pie no lo solemos apreciar hasta que el
tronco principal muere, entonces si el tronco muerto desaparece nos encontramos
con un pie de sabina que tiene un crecimiento muy extraño, primero se extiende
por el suelo y después, realizando un giro de 90o, aparentemente sin
más, comienza a crecer en vertical, pero si nos acercamos y comprobamos la
existencia de restos del tronco que le hacía sombra, el crecimiento
inexplicable, la incertidumbre, desaparece.
Después de todo este es un árbol que adora al sol y hace
todo lo posible para recibir sus rayos el primero.
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