miércoles, 11 de abril de 2018

EL EXTRAÑO CASO DEL DOCTOR JEKYLL Y EL SEÑOR HYDE (y IV)

        
En algunos casos el crecimiento fuera del modelo habitual es consecuencia de la acción de otros organismos. "Escoba de bruja" sobre pino silvestre.
          Hasta ahora he intentado explicar el crecimiento de las sabinas en base a su necesidad de luz solar directa, su estrategia de la sectorización y su longevidad (ver las entradas anteriores). Pero hay muchos ejemplos que no acaban de encajar con estos modelos, entonces hay que empezar a pensar en otros factores, algo que haga crecer o desarrollarse de formas diferentes, lejos de su patrón habitual de comportamiento de crecimiento antes las condiciones ambientales. Al igual que en la novela de Stevenson, donde el doctor Jekyll tomaba  una pócima que le hacía comportarse y transformarse en lo opuesto (el monstruo del señor Hyde), en la naturaleza también ocurre con los parásitos, nos pueden transformar nuestro comportamiento.
         El objetivo de un parasito es vivir de su hospedador y para muchas especies si es dentro de él mejor, así están protegidos de depredadores y junto, mejor dicho dentro de su alimento; el problema es llegar al hospedador adecuado y para ello algunos parásitos desarrollan estrategias bastante complejas, con el uso de hospedadores intermedios. 
         Los casos mejor conocidos es entre los animales y concretamente los humanos. La tenia es un enorme gusano que se puede encontrar en nuestro el intestino, donde se alimenta y reproduce; sus huevos salen con los excrementos y como es muy difícil que nos infectemos con los excrementos de nuestros propios congéneres introducen a un hospedador intermedio, de manera que llegan a nosotros a través de carne infectada de cerdos que se han alimentado con excrementos humanos que iban cargados de huevos de tenia.
       
Rama descortezada de abeto, y sección de la misma, donde se muestra la hipertrofia por la acción de un hongo, el chancro del abeto, Melampsorella caryophyllacearum.
      Para conseguir su fin algunos alteran el comportamiento del hospedador intermedio para que sean depredados por el hospedador final. Hay un nematodos que parasitan pájaros  y llegan a ellos a través de los caracoles, estos se infectan al comer los excrementos de aves que ya tiene nematodos en los cuales están los huevos (muchos caracoles son detrívoros); lo más interesante es que partir de ese momento el caracol infectado cambia de comportamiento, abandona la seguridad del la vegetación y se exhibe en sitios descubiertos donde los pájaros lo pueden localizar y comérselo, y así el nematodo vuelve a las aves. 
         En algunos casos usan un segundo hospedador intermedio y del caracol pasan a las hormigas, y las infectadas no vuelven la hormiguero sin que se encaraman a la vegetación  agarradas con las mandíbulas y así bien visibles, esperan, no de forma voluntaria sino alteradas por el parásito a que un pájaro se la coma y vuelva acerrarse el ciclo. Hay un hongo que parasita las hormigas que hace algo parecido, la hormiga infectada busca un lugar elevado donde muere, y así las esporas del hongo se disemina mejor. 
         Los humanos no solo tenemos parásitos sino que estos también puede alterar nuestro comportamiento; ocurre con  los protozoos y la toxoplasmosis; aunque el objetivo son los gatos (y varios felinos más) empiezan infectando a las ratas, estas cambia de comportamiento se vuelven más audaces, se desplazan por lugares más visibles e incluso sienten atracción por la orina de gato, consecuencia el gato caza a la rata, esta se lo ha puesto más fácil, y se infecta. Pero a nosotros también nos puede pasar por comer alimentos infectados (no necesariamente ratas), o el contacto con excrementos de gatos o tierra infectada. Y en nosotros los humanos uno de los efectos son los cambios psicológicos, además bastante opuestos: de depresión a agresividad, al final no son los extraterrestres los que toman el control de nuestros cerebros sino un protozoo, pues la toxoplasmosis es bastante frecuente.   
 
Detalle de una "escoba de bruja" sobre enebro de la miera, J. oxicedrus, producida por el hongo Gymnosporangium sp. de cual se aprecian los cuerpos fructíferos a modo de clavos anaranjados. 
         En el mundo vegetal ocurre algo similar, los parásitos pueden alterar el comportamiento de desarrollo de las plantas usando las propias hormonas de crecimiento de la planta. Algunos hongos como el chancro (abetos y enebros) hacen que los tallos infectados se engrosen; y pueden llegar matar la rama y al ejemplar al colapsar sus vasos circulatorios de la savia; en otros incitan a un crecimiento con muchas ramas finas muy densas son las “escobas de brujas” que vemos en algunas coníferas.
         De igual modo y en el caso de as sabinas la madera tiene buenas defensas químicas frente a insectos xilófagos aún así algunos son capaces de alimentarse del cambiun de la sabina negra, y de esta forma pueden colapsar la circulación de la savia y ocasionar la muerte de alguna rama.  De igual forma la presencia de un pariente del muérdago, especifico de enebros y sabinas también puede ocasionar la muerte de alguna rama. Por lo que el aspecto de la planta no tendría que ver tanto con las estrategias ante las condiciones ambientales y si con la infección de otros organismos.
         A ver si al final estábamos intentamos explicar la vida del doctor Jekyll y resulta que estamos tratando con el señor Hyde. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario