lunes, 18 de noviembre de 2013

UN HONGO CON LOS HUEVOS BIEN PUESTOS


        Normalmente creemos que las cosas más fascinantes, espectaculares e impresionantes de la naturaleza se dan en selvas tropicales o como mínimo en lugares remotos, ignotos y difíciles de acceder. Es cierto, la diversidad de las selvas o la cantidad de cosas que hay en el resto del mundo no tienen comparación con lo que podemos encontrar cerca de casa.
         Pero a veces, muchas veces, más de lo que podamos creer, cerca de nosotros se encuentran fenómenos que no tienen nada que envidiar con lo que vemos en los documentales sobre lugares remotos, ignotos y difíciles de acceder.
Lo que ocurre es que no esperamos encontrar nada así, y puede ser además que sean de un tamaño tan pequeño, que aunque estén delante de nosotros, no lo veamos.
El hongo nido de pájaro, Cyanthus olla, vista cenital
A mi me ocurrió con un pequeño hongo. Lo había visto en un documental y posteriormente en un libro. Su, llamémosle habilidad, lo que lo diferencia de los demás es su forma de esparcir las esporas. Como tantos hongos utiliza el viento en la difusión de sus esporas, pero él utiliza una estrategia única para hacerla más eficaz. Este hongo agrupa las esporas en unas bolitas (peridiolos), las cuales poseen un filamento pegajoso que les permite adherirse a la vegetación. La idea del hongo es que estas bolitas se peguen en las plantas y así desde mayor altura esparcir mejor sus esporas, puesto que él se desarrolla a escasos milímetros sobre el suelo. ¿Pero cómo hace para colgar ahí arriba estos paquetes…?
¡Con un dispositivo de catapulta! que no es más que el de carpóforo  del hongo transformado en una especie de platillo, copa cónica si lo viéramos de lado, en cuyo interior están las bolas de esporas. Cuando una gota de agua de lluvia cae en el borde del plato, este actúa como una palanca y lanza como una catapulta alguna de las bolas.

El conjunto recuerda un nido con los huevos de ahí su nombre común, hongo nido de pájaro. Yo lo he encontrado en zonas del Somontano, alguna relativamente seca y en las sierras, en terrenos removidos junto a caminos y pistas forestales. Su reducido tamaño, un escaso centímetro de diámetro, su color grisáceo y crecer a ras de suelo hacen que pase desapercibido. Pero no por ello deja de ser un hongo con los huevos, perdón peridiolos, bien puestos.
Vista lateral del hongo nido de pájaro



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