Normalmente creemos que las cosas más fascinantes,
espectaculares e impresionantes de la naturaleza se dan en selvas tropicales o
como mínimo en lugares remotos, ignotos y difíciles de acceder. Es cierto, la
diversidad de las selvas o la cantidad de cosas que hay en el resto del mundo
no tienen comparación con lo que podemos encontrar cerca de casa.
Pero
a veces, muchas veces, más de lo que podamos creer, cerca de nosotros se
encuentran fenómenos que no tienen nada que envidiar con lo que vemos en los
documentales sobre lugares remotos, ignotos y difíciles de acceder.
Lo que
ocurre es que no esperamos encontrar nada así, y puede ser además que sean de
un tamaño tan pequeño, que aunque estén delante de nosotros, no lo veamos.
El hongo nido de pájaro, Cyanthus olla, vista cenital |
A mi me
ocurrió con un pequeño hongo. Lo había visto en un documental y posteriormente
en un libro. Su, llamémosle habilidad, lo que lo diferencia de los demás es su
forma de esparcir las esporas. Como tantos hongos utiliza el viento en la
difusión de sus esporas, pero él utiliza una estrategia única para hacerla más
eficaz. Este hongo agrupa las esporas en unas bolitas (peridiolos), las cuales
poseen un filamento pegajoso que les permite adherirse a la vegetación. La idea
del hongo es que estas bolitas se peguen en las plantas y así desde mayor
altura esparcir mejor sus esporas, puesto que él se desarrolla a escasos
milímetros sobre el suelo. ¿Pero cómo hace para colgar ahí arriba estos
paquetes…?
¡Con un
dispositivo de catapulta! que no es más que el de carpóforo del hongo transformado en una especie de
platillo, copa cónica si lo viéramos de lado, en cuyo interior están las bolas
de esporas. Cuando una gota de agua de lluvia cae en el borde del plato, este
actúa como una palanca y lanza como una catapulta alguna de las bolas.
El
conjunto recuerda un nido con los huevos de ahí su nombre común, hongo nido de
pájaro. Yo lo he encontrado en zonas del Somontano, alguna relativamente seca y
en las sierras, en terrenos removidos junto a caminos y pistas forestales. Su
reducido tamaño, un escaso centímetro de diámetro, su color grisáceo y crecer a
ras de suelo hacen que pase desapercibido. Pero no por ello deja de ser un
hongo con los huevos, perdón peridiolos, bien puestos.
Vista lateral del hongo nido de pájaro |
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