lunes, 4 de noviembre de 2013

NI PLANTA NI INSECTO, HONGO


    La culpa de la confusión la tienen ellos, los hongos, llevando una vida tan parecida a las plantas. Una vida discreta y anclada en el suelo por donde se extienden sus “raicillas”, que no son raíces sino las hifas del micelio del hongo, desde el que crece la seta, que no es una planta sino el cuerpo fructífero del hongo o carpóforo, con el que se reproducen produciendo esporas, que no son semillas aunque también son transportadas por el viento o por los animales y permiten el nacimiento de un nuevo ser. Aunque también parte de la culpa la tienen los libros de botánica, en los que aparecen compartiendo volumen con algas, musgos, helechos y plantas con flores que sí son plantas.
    Aunque su aspecto y comportamiento lo asociamos al de las plantas, su forma de alimentarse (heterótrofa en lugar de autótrofa) y los tejidos que lo forman (quitina en lugar de celulosa) tiene más que ver con los insectos. Por eso a los hongos, en la división de los seres vivos, se les considera un reino propio llamado Fungi.
 

   Los hongos viven en el suelo alimentándose de materia orgánica, normalmente muerta (aunque también hay especies parásitas), a diferencia de las plantas que a partir de minerales del suelo y con la energía del sol crean la materia orgánica de la cual todos dependemos. Su cuerpo son unos filamentos como finas hebras blanquecinas (las hifas) que se desarrollan bajo la hojarasca del suelo; necesitan humedad pero no luz, por eso los podemos encontrar en las zonas más oscuras del bosque, y se encargan de digerir, entre otras cosas, la celulosa, ya que son junto a algunas bacterias los únicos seres vivos capaces de hacerlo, por eso sus tejidos son de quitina, pues si no se digerirían a ellos mismos. Cuando las condiciones son adecuadas se reproducen sexualmente y para ello elaboran unos cuerpos fructíferos, las setas, desde donde emitir sus esporas para colonizar nuevos territorios.
 
Nube de esporas del hongo llamado pedo de lobo
    El aspecto delicado y filamentoso de las hifas nos puede engañar en cuanto al tamaño del hongo, de hecho se considera que el organismo vivo más grande que existe hoy día sobre la tierra no es la ballena azul ni una gigantesca secuoya, es un hongo llamado la armilaria de la miel que vive en Oregón, USA y ocupa 880 hectáreas.
    El micelio de los hongos aumenta de tamaño con la edad creciendo hacia el exterior en forma aproximada de un círculo cada vez mayor; cuando se reproduce, las setas aparecen dibujando ese círculo, o partes de él, y es lo que algunos denominan círculo de brujas.

Setas alineadas formando un incompleto "circulo de brujas"
    Solo dejan de pasar desapercibidos ahora en otoño, cuando todos nos volvemos gourmets y salimos buscarlos. Pero se nos olvida su trabajo continuo en el suelo a lo largo de todo el año, todos los años, en la oscuridad, en el olvido, hasta que en el otoño que viene nos vuelva nuestro ancestro recolector.


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