martes, 8 de julio de 2014

LA RUTA DEL NECTAR

Flor de Salvia lavandulifolia no solo facilita el aterrizaje de los polinizadores sino que indica la dirección del néctar, en cuyo camino esta el pistilo y los estambres

El polen contiene el patrimonio genético de la planta y es rico en proteínas y aceites, por lo que a la planta le resulta caro de producir. Para aumentar su eficacia reproductora y reducir su producción, la planta debe buscarse alguien que haga el trabajo del transporte de este en lugar de confiárselo al impredecible viento  y que además el transportista sea eficaz. Si alguien lo lleva de flor a flor, la planta necesita producir menos polen, por eso se vale de los animales, aves y murciélagos en los trópicos pero sobre todo de los insectos, que son los únicos animales polinizadores en nuestras latitudes.
Pero claro, los insectos no van a realizar esta tarea de una forma gratuita, la planta les debe dar algo a cambio y algo que ellos necesitan, como el alimento. Así primero, insectos como los escarabajos se alimentaban de la flor y del polen, destrozándola pero al menos la fertilizaban. Después otros insectos se dedicaron a alimentarse del polen como aún lo vemos hacer a las abejas que lo transportan en bolitas adheridas a sus patas y que constituye el aporte de nitrógeno en su alimentación. Pero lo normal es que las plantas les paguen con otro producto muy energético y mucho más rentable, pues esta compuesto principalmente por agua y azucares, el néctar.
Flor de diente de león vista con luz blanca y con luz UV invisible para nosotros pero no para los insectos
A las plantas les interesa facilitar el trabajo de los polinizadores, cuantas más visitas de insectos reciban sus flores, más posibilidades de que trasporten el polen que las pueda fecundar. Por eso lo primero es llamar la atención de los insectos, para eso se valen de los colores vistosos de sus flores y de las fragancias adecuadas. Una vez llamada la atención procuran dirigir al insecto hacia el néctar, de esta forma evitan que insectos de buen tamaño y fuerza, como los abejorros, destrocen la flor en su busca. Para indicar la dirección correcta la flor tiene una serie de marcas visuales en forma de líneas y cambios de color con las que guían a los insectos.
Nosotros no podemos apreciar bien esta comunicación visual, las flores están para y por los insectos, por lo que las marcas son visibles con el espectro de luz visible por estos, que esta mas desarrollado hacia el ultravioleta. El rojo por lo tanto no es visible para ellos y por eso hay tan pocas flores silvestres rojas, y tantas de color blanco, azul, amarillo y sus combinaciones como rosa, naranja, fucsia, morado, y verde. Como los insectos usan una banda del espectro de luz que para nosotros es invisible, las flores las ven de manera diferente, así con luz ultravioleta aparecen muy diferentes a lo que nosotros percibimos, pues también influye el grado en el que reflejan la luz ultravioleta, más brillantes en la zona cercana a la base del pétalo y en dirección al néctar. Determinadas especies incluso facilitan información del estado de madurez de las flores, con cambios de color de sus pétalos para que los insectos no pierdan el tiempo en flores demasiado jóvenes o ya fecundadas, como ocurre con el castaño de indias y la pulmonaria.
Myosotis sp. señala la la madurez de las flores con variaciones del color
Pero las flores incluso facilitan el aterrizaje de los insectos, desarrollando pétalos adaptados a tal fin como si de un aeropuerto se tratara, como en labiadas como el romero o la salvia y las orquídeas.
Solucionado el problema del transporte ahora queda el de la recogida y entrega del polen que la realiza el insecto de forma involuntaria. Por eso es la flor quien lo dirige con señales y néctar para que primero se impregne del polen de los estambres. En la siguiente flor de la misma especie al realizar el mismo recorrido depositara también el polen que transporta en los estigmas de la flor. La evolución ha facilitado esta relación de forma que el cuerpo de estos insectos suele estar cubierto de pelos en los que se pega, volvamos a recordar a las abejas, el polen además esta cubierto por sustancias adherentes o estructuras que facilitan su enganche al cuerpo de los insectos.
Con esta forma de polinización, el insecto convertido en transportista, influye decisivamente en la reproducción de la planta y se beneficia el mismo, pues además de recibir alimento, al favorecer la fecundación de la plantas ayuda a que haya mas plantas y por consiguiente más flores y más alimento en el futuro.

2 comentarios:

  1. Hace un tiempo, ante una mata de androsace villosa, nos planteábamos una amiga y yo si la diferente coloración del centro de la flor tendría que ver con su grado de madurez o con si había sido fecundada o no... ¿sabes algo sobre esta especie? Muchas gracias y magnífica entrada (como todas las demás, por otra parte.)
    Saludos.

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  2. Sobre esta especie no lo se, pero en la naturaleza las estrategias que funcionan se repiten, de todas formas ten en cuenta que lo importante no es del color que nosotros los vemos, sino de como lo ven los polinizadores en el caso de los insectos muchos no ven el rojo y si el ultravioleta

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