Las plantas de alta montaña no solo tienen que resistir el frío ,sino también el exceso de rayos solares y en muchos casos la sequedad, collado de Brazato, Panticosa |
Cuando éramos niños para muchos de nosotros el verano era el
periodo del año en que más nos relacionábamos con la naturaleza, pues era la
época de las vacaciones y en la que los más afortunados se iban al pueblo. Pero
para los que vivíamos en la ciudad y carecíamos de pueblo donde veranear era
tiempo de jugar en la calle, donde los solares abandonados y sin edificar se
transformaban en un lugar de aventuras llenos de plantas exóticas y animales
fantásticos, aunque las primeras fueran simplemente malas hierbas y los
segundos algún insecto que se dejaba coger.
Con los años,
los solares sin edificar del barrio se quedaron pequeños, era la época de las
primeras aventuras en busca de naturaleza con la bicicleta como transporte. Pero
esta era una naturaleza un tanto ausente, todo lo que veía en los libros había
ocurrido semanas antes cuando la preocupación del final de curso escolar no
dejaba lugar a viajes de exploración. Para cuando yo llegaba con la bicicleta
los animales ya se retiraban por el calor y las plantas por entonces eran poco
más que un bonito decorado verde, verde agostado, casi todo hojas sin casi
flores. La primavera ya había pasado hacía tiempo y entonces me empecé a dar
cuenta de lo que significa el verano en las zonas mediterráneas.
Escasez de plantas como consecuencia de la escasez de precipitaciones, y también de suelo, Montesblancos, Monegros |
El verano, con su sequía característica
define al clima mediterráneo y es además una rareza, pues normalmente en el
resto de climas la subida de temperaturas lleva asociadas también las lluvias.
De forma que aquí, las plantas, han debido adaptarse a dos épocas malas, dos
épocas muchas veces de descanso obligado, especialmente en las zonas del
interior de la península donde además de la sequía estival hay que sumar el
frío del invierno. En el invierno el frío impide la existencia del agua líquida
que necesitan las plantas, por lo que estas entran en reposo. En verano, además
de la falta de lluvias, las temperaturas altas empeoran las cosas, algunas
plantas pierden parte del follaje para compensar la perdida de humedad, otras
simplemente desaparecen de la superficie de la tierra, permaneciendo en forma
de semillas, bulbos y tallos subterráneos y todas las que permanecen han
desarrollado estructuras que las defienden de la desecación, lo que no evita
que tengan en algunos momentos que paralizar su desarrollo. Esta pérdida de
tiempo la recuperaran los días calidos de invierno, por eso las plantas
mediterráneas no pierden la hoja en invierno.
Escasez de plantas como consecuencia de la ausencia de suelo, cabecera del Caladarés, Panticosa |
Curiosamente en la alta montaña, donde hay
muchas precipitaciones, los paisajes que encontramos nos recuerdan a los de las
estepas. Aquí hay agua pero pasa gran parte del año en forma de nieve o hielo y
así las plantas no la pueden usar, domina la roca y escasea el suelo por lo que el agua escurre
rápidamente y no es retenida, además como consecuencia de la mayor altitud la
protección de la atmósfera es menor y el efecto de los rayos solares
(especialmente los UV) es mayor especialmente en verano. Por eso las plantas,
aunque sean de especies diferentes, tienen adaptaciones parecidas a las de las
zonas desérticas, pues las adaptaciones para evitar la perdida de humedad por
la sequía también sirven para evitar la pérdida de humedad por el frío, así
encontramos plantas achaparradas con hojas pequeñas, estas protegidas con ceras, pilosidades o
gruesos tejidos, muchas evitan la época desfavorable bajo el suelo en forma de
semillas, bulbos y tubérculos, y poseen importantes sistemas radiculares. Tan
lejos en el espacio y sin embrago tan cerca en los problemas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario