Tronco de pino tumbado por un alud |
Sino
no fuera porque es esto lo que voy buscando, el panorama sería desolador.
Después de un importante repecho desde el fondo del valle he llegado a Labaza,
un circo de afiladas crestas de granito que limita una cubeta de roca viva y
cascotes, en este lugar los líquenes que viven sobre la roca parecen ser los
reyes de la creación pues las cubren casi totalmente, y aparte de ellos solo
hay pequeños y dispersos parches de tasca (prado) y unos pimpollos de pino
negro que por su aspecto parecen que de vivir más lo harán en un estado de
agonía continua, pero así es la vida en la alta montaña.
Uno de los ibones de Labaza y el valle desde el que accedemos, Panticosa |
Curiosamente
el aspecto desértico del lugar no es por la altitud, pues cerca hay otras zonas
con un lujuriante tapiz de tasca, rododendros y pinos de verdad. Ni tampoco por
el clima, pues aquí hay suficientes precipitaciones, de hecho hay varios puntos
de agua uno de ellos un gran lago, aparte de otros 3 ó 4 más pequeños, un
torrente con cascada incluida, algunos manantiales, etc. De hecho el exceso de
precipitaciones es un problema en invierno, pues la nieve se acumula y de vez en cuando se
desliza ladera abajo en forma de alud, los pinos que hay ladera abajo con las
ramas rotas, arrancadas, con troncos inclinados, pegados al suelo, partidos son
la prueba patente, y el topónimo Labaza significa precisamente pasillo de
avalancha o canal de aludes
Aquí
el problema parece ser la falta de suelo, como atestigua la morrena de la
Pequeña Edad del Hielo, un último coletazo de las glaciaciones, una época fría
que hizo que en nuestro medioevo aquí hubiera un glaciar; este se derritió hace
tiempo pero aún no lo suficiente para que el granito se haya meteorizado
liberando los escasos nutrientes que contiene.
*Morrena de la Pequeña Edad del Hielo |
Sin
suelo las plantas lo tienen muy difícil, no solo la falta de lugar donde
enraizar sino también la falta de los nutrientes o el agua que se acumula en
él, si no existe suelo el agua resbala pasando de largo de camino al fondo del
valle. Con estas limitaciones las plantas son escasas.
Mientras
pasan los años, cientos o miles, el paisaje mineral domina, el suelo no se
forma rápidamente, de hecho los suelos de alta montaña se consideran formados
en épocas pasadas mucho más cálidas y mantenidos hasta la actualidad. Mientras
el polvo que transporta el viento, la acción de los líquenes y la meteorización
del granito que se descompone en granos de arena y arcilla, se ira acumulando
muy lentamente como capital inicial de futuro suelo, que nosotros no veremos.
(continuará)
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