Navarrico, Cepaea nemoralis, de fondo amarillo y sin lineas |
Nosotros estamos
acostumbrados a reconocer a los seres vivos por su aspecto visual, de hecho la
vista es nuestro órgano de los sentidos más desarrollado, a pesar de que sea el
olfato con el que el resto de los mamíferos se defienden mejor.
Los animales en
especial si son de movimientos lentos se valen de diferentes estrategias para
evadirse de sus captores y una de ellas es el no ser visto, para ello lo mejor
es camuflarse, pero los depredadores pueden llegar a reconocer ese camuflaje o
si cambia el color del medio, el camuflaje puede ayudar a llamar la atención.
Entonces resulta más práctico el poder cambiar el diseño del camuflaje, o al
menos que no todos los miembros de la especie tengan el mismo.
Esto les ocurre
a unos caracoles, los navarricos o Cepaea nemoralis, como su nombre
científico indica, nemoralis se refiere al clima de zonas boscosas, por
lo que los encontramos en zonas con más vegetación y por lo tanto más húmedas
que otras especies más frecuentes. En un mismo lugar el aspecto de las conchas
difiere de unos ejemplares a otros, hay dos colores básicos, el rosado y el
amarillo, pero no solo varia de color sino que recorriendo su concha a lo largo
de la espiral posee unas líneas oscuras casi negras, hasta cinco en algunos, en
otros cuatro, tres, dos, una o ninguna. Esta variedad de diseños les favorece
como especie para esconderse en biotopos diferentes, así los de fondo rosa se
ocultan mejor en la hojarasca del suelo y los amarillos entre la vegetación;
esto que como especie les resulta ventajoso, a nivel individual no les favorece
si se mueven en un fondo que no es el adecuado, así un caracol rosa será más
visible entre las plantas verdes y uno amarillo sobre la hojarasca seca.
Esto
lo podemos verificar observando a uno de sus depredadores que además caza con
la vista, nos referimos al zorzal. Como es difícil observar a esta ave en plena
acción, nos podemos valer de una costumbre suya para averiguar la eficacia de
cada diseño en un lugar dado. El zorzal come caracoles, pero su pico largo y
relativamente estrecho no tiene fuerza para romper la concha, por lo que los
transporta en su pico hasta una piedra que haga de yunque, y contra la cual los
golpea hasta que rompe la concha, como estas aves tiene preferencia por
determinadas piedras en ellas hallaremos restos de conchas de varios ejemplares
donde podremos contemplar que diseños ha capturado con mayor frecuencia.
Diferentes diseños en la población de una misma localidad |
Para los que
tengan más paciencia y espíritu de coleccionista pueden numerar las líneas de
la concha, y ver que combinaciones son más frecuentes, algunas son inexistentes,
y cuales son más eficientes en un medio determinado.
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