Soldanella alpina no espera a que desaparezca la nieve para comenzar a florecer, el verano parece que es demasiado corto para ella. |
Por encima del límite del bosque unas
manchas de nieve cubren aún parte de una pedrera, el aspecto de la nieve dista
mucho de la blancura pues el polvo depositado por el viento le da un semblante
sucio y avejentado. En este medio de la alta montaña, pobre en minerales por el
excesivo lavado del suelo, el polvo depositado sobre la nieve muchas veces
significa nutrientes, como lo son también toda la materia orgánica que se
acumulan en ella: restos vegetales, algún excremento y a veces animales, no solo
cadáveres sino insectos vivos moviéndose lentamente por el frío; estos insectos
son parte del llamado plancton aéreo, débiles voladores que no vienen aquí
voluntariamente pero que el viento transporta de un lado a otro y los deposita
cuando pierde fuerza, unas veces los deja en un lugar adecuado y otras en
lugares como los neveros donde tienen poco futuro, salvo como alimento. La
naturaleza no desaprovecha nada, un pájaro de estos lugares sabe aprovechar
este recurso y adelanta su nidada gracias a esta comida refrigerada, es el
gorrión alpino.
El frío no es un problema para las plantas de los neveros, solo lo es la nieve que no se derrite |
Los neveros son un mundo curioso, cubiertos
de nieve la mayor parte del año en ellos se refugian sobre todo plantas de las zonas
árticas con ciclos de actividad muy cortos, alrededor de unos tres meses con algunas
interrupciones, pues ya en agosto puede haber heladas y los veranos en que la
nieve no se llega a fundir y deja el suelo despejado los pasan ausentes bajo el
suelo helado esperando su momento, que puede que sea después de varios años.
Son plantas adaptadas al frío que no pueden competir con la mayor vitalidad de
las plantas de climas más cálidos y por eso se mantienen acantonadas aquí en
este medio frío y húmedo, donde el resto de plantas carece de las adaptaciones
necesarias para vivir aquí y desplazar a estas plantas venidas del frío durante
las glaciaciones.
Vale la pena acercarse a estas manchas de
nieve, y ver como crecen junto a la nieve o bajo cornisas de esta recibiendo el
agua helada de su fusión, o ver como antes de retirarse la nieve, por debajo de
ella, ya se ve “moverse” a las plantas, tallitos cada vez más verdes, e incluso
flores, atraviesan las capas finas de nieve sin esperar a que esta se funda del
todo.
La nieve roja por la colonia de algas que vive en ella |
Siempre que veo estas manchas de nieve
sucia me acuerdo de la nieve roja, y de las veces que la he buscado, pero a
veces la mejor manera de encontrar algo es dejar de buscar, al menos
conscientemente, y hoy había venido hasta este apartado lugar para ver unas rocas
y encuentro, por fin, la nieve roja.
Su origen son algas microscópicas, verdes
pues tienen clorofila, pero que llevan un filtro solar que les da el color rojo
y las protege del exceso de luz propio de la nieve en la alta montaña durante
el verano. No solo son capaces de vivir fuera del agua y a temperaturas de cero
grados sino que también son capaces de moverse con la ayuda de unos flagelos
para situarse en la parte de nieve que más les conviene por luz y temperatura.
Parecen una broma de la naturaleza o una mentira tan absurda que tiene que ser
cierta, algas verdes que no son de ese color, que no viven en el agua líquida y
que aunque son plantas son capaces de moverse por si mismas; es lo que tienen
las formas de vida más primitivas, después de millones de años parece que aún
no se han definido lo suficiente para que los seres humanos podamos comprender
que la vida de estos seres es así, toman lo mejor de cada mundo sin importarle
las definiciones y las clasificaciones, lo importante es sobrevivir, en
especial cuando colonizan los lugares más despiadados, como el mundo frío y mineral
de la alta montaña.
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