lunes, 26 de octubre de 2015

GUERRA SILENCIOSA EN EL BOSQUE (Pasaendo por la Naturaleza nº 7)


Bois de Sansenet, aspecto otoñal
     Paseamos por el bosque bajo la cúpula que forman las copas de las hayas, es otoño y las primeras avanzadillas del frío del invierno han hecho que las hojas, ya de color marrón, comiencen a caer. Las nubes filtran los rayos solares y una delicada y suave luz lo inunda todo, nuestros pasos quedan silenciados por la mullida y húmeda hojarasca, de vez en cuando la brisa nos trae sutiles olores a humedad, a hongos, disfrutamos en silencio de esta tranquilidad de esta paz.
     Pero para las plantas solo es una tregua hasta la primavera cuando se reanudara la guerra, una guerra entre especies diferentes, entre individuos de la misma especie y hasta entre las ramas del mismo ejemplar, una guerra total por la luz y los perdedores no tendrán sitio en el interior del bosque.
     
Las  hayas interceptan tanta luz en verano que en el suelo del bosque escasea la vegetación y solo encontramos plantas especializadas, en este caso helechos y musgos sobre las rocas
     La luz otoñal nos da un extraña sensación de abundancia, pero en pleno verano con todas las plantas del bosque realizando la fotosíntesis, la luz es un bien escaso en el suelo del bosque. En un mediodía del estío las copas de las hayas pueden interceptar casi toda la luz que reciben, al suelo del bosque solo llegan las migajas, una débil luz verdosa que solo es aprovechada por plantas muy especializadas, o los días de viento que descoloca unos instantes las hojas de los árboles y permite el centelleo de los rayos solares sobre el suelo del bosque y en las hojas de las escasas plantas que ahí viven. Por eso las plantas del interior del bosque son diferentes a las de los claros o las de las márgenes del mismo, pueden hacer la fotosíntesis con menos luz y a cambio la sombra les evita la sequedad del sol directo, su relación es tal que, si desaparecen los árboles y su sombra, ellas también lo hacen.
     En esta guerra los árboles parecen los vencedores pero también luchan entre las especies, las de porte más alto será la vencedora a la larga, en estos bosques del Pirineo el abeto será capaz de hacer sombra al haya, después de crecer bajo ella. Pero las hayas también lucharán entre si; los hayucos en el suelo del bosque germinan a la sombra de sus padres,  y crecen hasta convertirse en pequeños arbolitos, no crecen más pues solo tienen la luz justa para seguir vivos a la espera que uno de los grandes árboles del dosel del bosque caiga; el rayo, la tormenta o la decrepitud de los muchos años crearán un hueco entre las copas. En ese momento comienza la carrera de todos contra todos hacia la luz, el que más crezca llegará antes a tapar el hueco y dejará a sus compañeros sin luz, condenados a no crecer e ir muriendo poco a poco, los largos troncos ahilados, a veces inclinados en busca del último resquicio de luz, son los cadáveres de esta guerra entre hermanos.
     
Los abetos que han crecido al sombra de las hayas, las sobrepasan cuando son adultos y las pueden desplazar con su sombra, tendiendo el bosque hacia un abetal.
      Pero incluso entre los árboles vencedores, la competición continúa entre sus propias ramas, las ramas bajas que reciben menos luz, producen menos nutrientes y el árbol las deja de alimentar en beneficio de las ramas más altas que reciben más luz, y así se van marchitando, secando, hasta que el viento o el peso de la nieve las rompe y de ellas solo quedara un muñón que absorberá el tronco con su crecimiento secundario, en el tronco liso y despejado no quedara recuerdo de ellas. Pero en las hojas de las ramas ganadores de los árboles vencedores, aún se producirá otra selección, hojas de luz y hojas de sombra, su aspecto es muy semejante pero las primeras son capaces de resistir los rayos directos del sol y trabajan con altas intensidades de luz, a las segundas los rayos solares directos las dañan con facilidad y trabajan con las intensidades de luz bajas en el interior de la copa.
     Y aún a pesar del dominio de los árboles hay plantas que usan otras estrategias para dominarlos, es la guerrilla por la luz.

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