Bois de Sansenet, aspecto otoñal |
Paseamos por el bosque bajo la cúpula que forman las
copas de las hayas, es otoño y las primeras avanzadillas del frío del invierno
han hecho que las hojas, ya de color marrón, comiencen a caer. Las nubes
filtran los rayos solares y una delicada y suave luz lo inunda todo, nuestros
pasos quedan silenciados por la mullida y húmeda hojarasca, de vez en cuando la
brisa nos trae sutiles olores a humedad, a hongos, disfrutamos en silencio de
esta tranquilidad de esta paz.
Pero para las plantas solo es una tregua hasta la
primavera cuando se reanudara la guerra, una guerra entre especies diferentes,
entre individuos de la misma especie y hasta entre las ramas del mismo
ejemplar, una guerra total por la luz y los perdedores no tendrán sitio en el interior
del bosque.
Las hayas interceptan tanta luz en verano que en el suelo del bosque escasea la vegetación y solo encontramos plantas especializadas, en este caso helechos y musgos sobre las rocas |
En esta guerra los árboles parecen los vencedores pero también
luchan entre las especies, las de porte más alto será la vencedora a la larga,
en estos bosques del Pirineo el abeto será capaz de hacer sombra al haya,
después de crecer bajo ella. Pero las hayas también lucharán entre si; los
hayucos en el suelo del bosque germinan a la sombra de sus padres, y crecen hasta convertirse en pequeños
arbolitos, no crecen más pues solo tienen la luz justa para seguir vivos a la
espera que uno de los grandes árboles del dosel del bosque caiga; el rayo, la
tormenta o la decrepitud de los muchos años crearán un hueco entre las copas.
En ese momento comienza la carrera de todos contra todos hacia la luz, el que
más crezca llegará antes a tapar el hueco y dejará a sus compañeros sin luz,
condenados a no crecer e ir muriendo poco a poco, los largos troncos ahilados, a
veces inclinados en busca del último resquicio de luz, son los cadáveres de
esta guerra entre hermanos.
Los abetos que han crecido al sombra de las hayas, las sobrepasan cuando son adultos y las pueden desplazar con su sombra, tendiendo el bosque hacia un abetal. |
Y aún a pesar del dominio de los árboles hay plantas
que usan otras estrategias para dominarlos, es la guerrilla por la luz.
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