lunes, 5 de octubre de 2015

SIGUIENDO LAS PISTAS DE UN GLACIAR DESAPARECIDO (y II)


Aspecto de los materiales de una morrena: rocas de tamaños muy desiguales, con diferentes grados de desgaste, rodeadas de una matriz de la roca pulimentada (harina de glaciar). A la derecha de la imagen desaca un bloque de granito con su características nervaduras. 

     En esta zona del balneario domina una roca característica, el granito, que desaparece antes de llegar a la población de Panticosa. Esta roca nos va a permitir seguir al glaciar de Gállego a través de sus sedimentos dejados por la vertiente izquierda del valle, tanto por las piedras sueltas como en sus acúmulos, las morrenas. En ellas encontraremos piedras de tamaños y formas muy diferentes, desde piedras de muchos kilos a la harina glaciar entre la que están embutidos la totalidad de  las rocas y piedras, de formas redondeadas a fragmentos angulosos. 
Vista del valle del Gállego hacia el norte desde la Torraza de Lárrede. 1 Estrecho de Santa Elena, 2 Biescas, 3 Sobremonte, 4 Arriel, 5 Zarzinera. 1300 m.s.n.m. cota de las morenas al sur del estrecho coincide con las poblaciones del Sobremonte y Gavín entre otras. 1800 m.s.n.m. cota de los restos glaciares con granito en la sierra de Tendeñera al norte del estrecho. 
     Al llegar la lengua glaciar a las calizas de las sierras interiores se creó un cuello de botella que dificultaba el paso de la lengua glaciar como consecuencia de las rocas  calizas más duras, aquí debió encontrarse su máximo espesor y dejó morrenas en del valle del  Bolatica a o en el Mandilar en la zona de pistas de Panticosa a 1800 metros de altitud. Pasado el estrechamiento de Santa Elena, por encima de la población de Gavín, encontramos una morrena, esta taponaba este valle secundario creando una zona lacustre que dio lugar al rellano donde se encuentra Yésero, por encima de esta población aún hay bloques asilados de granito a 1300 metros.  Frente a estas poblaciones en la orilla opuesta del valle se encuentra el Sobremonte, sus poblaciones se hallan tras la morrena. Más de cuatro kilómetros en línea recta separan unas morrenas de otras, lo que nos da un idea de la anchura que llegó a tener la lengua glaciar en esta parte.  Haciendo cuentas, entre la altitud de las morrenas en la zona norte y en la zona sur el taponamiento de Santa Elena creó una diferencia de altura del la lengua glaciar de unos 500 metros, que se debió salvar con una cascada de seracs.
       En esta zona, ya lejos de su cabecera y a cada vez menor altitud, lo que significaba temperaturas más altas, el espesor de la lengua glaciar fue bajando. A esto hay que sumar que en esta zona de rocas más blandas el valle se ensanchó notablemente y los restos  de morrenas están a 1065, en la población de Susín. En la Torraza de Lárrede encontramos piedras asiladas de granito, y por ser tan diferentes a las rocas locales se han utilizado con motivo decorativo en la población; desde ella vemos hacia el norte lo que debió ser este valle lleno de hielo, en su época de mayor esplendor el taponamiento de hielo de Santa Elena nos impediría ver las montañas que ahora vemos al fondo, como el Arriel.

Morrena que cruza la pista en el valle del Bolatica, Panticosa
     El desarrollo de la lengua glaciar depende de los aportes de hielo desde los circos y de la temperatura de los valles por donde circula, cada vez más altas según bajamos, que lo van fundiendo. Cuando se llega a un equilibrio entre el desplazamiento del hielo y la fusión del mismo, el glaciar finaliza durante ese tiempo siempre en el mismo lugar, los materiales que transporta son depositados ahí mismo y se acumulan formando una morrena final, como la de Senegüé, que se eleva 35 metros sobre el fondo del valle. Pero el glaciar llego aún más lejos en las épocas anteriores de máximo glaciar, cerca de Aurín hay restos de otra morrena y aún más al sur en las cercanías de la población de Sabiñánigo hay piedras de granito que fueron transportadas por el glaciar.  
     Para que nos hagamos una idea de las dimensiones este glaciar llegó a tener cerca de 40 km de longitud, mientras que el glaciar de Aletsch, el mayor de los Alpes y de la Europa continental no llega en la actualidad a los 30 km. Aunque el hielo de la lengua del glaciar solo persiste en diminutos glaciares y heleros en las zonas más resguardas de los circos, nos ha dejado abundantes pistas en el territorio para que nos hagamos una idea de lo que fue, solo hace falta seguirlas.  

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