Una
de las características de la ciencia es su necesidad de simplificar los
fenómenos de la naturaleza para poderlos estudiar y comprender, lo que ocurre
es que normalmente nos quedamos con esa imagen y la realidad es más complicada
y a veces hasta retorcida.
Un
ejemplo sencillo, los plegamientos: las rocas sedimentarías, como la caliza, se
depositan en estratos más o menos horizontales, pero el movimiento de la
corteza terrestre (en este planeta hasta las rocas se mueven, solo hay que
darles tiempo) acaba comprimiéndolas y plegándolas como paso previo a la
formación de cualquier montaña.
Aunque
se forman varios tipos de pliegues, nosotros solo nos vamos a referir a los
pliegues antiforma, también llamados anticlinales, su aspecto recuerda a una A
por lo que aplicamos una sencilla regla nemotécnica el pliegue Antiforma
parece una A.
Por ahora trabajamos
solo en dos dimensiones, pero las antiformas pueden ser como una A clásica y
triangular, como una semicircunferencia o algo mas parecido a una A cuadrada (o
como una U en posición invertida).
Antiformas |
Los
pliegues son en verdad en tres dimensiones por lo que a nuestra letra le damos
profundidad y nos recuerda a lago parecido a un libro entre-abierto apoyado en sus
tapas (flancos) en el caso de la A, o como un libro cerrado y apoyado por su
lado opuesto al lomo (charnela) como la U colocada de forma invertida que hemos
comentado antes. Hasta ahora hemos supuesto que lleva una dirección constante
pero no suele ser así, la charnela puede cambiar de rumbo, podemos imaginar
varios libros apoyados en el lado opuesto al lomo contiguos pero que no siguen
la misma dirección.
Dibujos de libros como ejemplos de antiformas en las tres direciones. En el penúltimo caso la erosión ha eliminado el lomo (charnela) y en el último ha desgatado las tapas,(flancos. |
Sin
embargo, nosotros no siempre vemos el plegamiento, es la erosión la que al
cortarlo nos permite apreciarlo, lo que ocurre es que a veces la erosión
elimina el lomo (charnela) y las tapas (flancos) son paralelos, de manera que
lo que nosotros vemos son solo estratos dispuestos de forma vertical, su unión
nos la tenemos que imaginar.
¿Cómo
sabemos que son de un mismo pliegue? En teoría, cuando un flanco es simétrico
al otro, y los estratos de un flanco se repiten en el otro; a veces un estrato
destaca por ser de otro material, o por ser más duro y consistente y sobresalir
del resto, y lo podemos seguir y comprobar su continuidad a lo largo del
pliegue y su repetición en el otro lado.
Es
el caso del pliegue de Guara. Nace en la cara norte de Guara (si somos
observadores podemos ver restos de la charnela aflorando entre la grava de la
glera con una forma un tanto atípica ahí se le denomina Pezuelo), uno de su
flancos forma Petriño y las paredes de Peña Roya, sus estratos se van tronando
verticales forman las crestas del Mallatón de Ferrer; al poco deciden cambiar
de rumbo, girando hacia el sur formando el pico Curcurezo. Su núcleo de rocas más
blandas forma La Valle y el Cañón del río Calcón. Mientras sus flancos de
estratos verticales constituyen la parte más alta de esta sierra secundaria, en
el Fragineto vuele a cambiar de rumbo y al poco desaparece bajo sus propios
sedimentos que forman los mallos de Ligüerre, ya junto al pantano de Vadiello.
Su última parte visible es el pico Borón y el núcleo de roca blandas forma en
Collado de Lizana que separa el otro flanco del pliegue que hasta ahora quedaba
semioculto por la ladera de Guara y es el pico de Mondiner.
Los
cursos fluviales del Calcón y el Guatizalema aprovechan los materiales más
blandos y las zonas más fracturadas y así una veces siguen en la dirección del
pliegue y otras lo atraviesan.
Un pliegue que cambia
de aspecto, de dirección y es alterado por la erosión nos deja unos de los
territorios mas impresionantes de la sierra de Guara.
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