sábado, 19 de agosto de 2017

Y LA LLUVIA EL SUELO (y II)

       
Después de las primeras lluvias solo quedan cenizas entre los restos de vegetación
          Pero al igual que las cenizas se las lleva el viento, la lluvia y el agua que escurre por las laderas se lleva además de las cenizas el suelo que ha quedado al descubierto, al desaparecer consumidas por el fuego las plantas y la hojarasca que lo cubrían y protegían.
         Se especula mucho sobre las cantidades de suelo arrastrado pero aquí un estudiante de la Universidad  Politécnica de Huesca se ha dedicado a medir de que cantidad estamos hablando en el caso del incendio de Fornillos de Montearagón. El método es sencillo, es colocan  unas las bandejas que recogen los sedimentos arrastrados pendiente abajo de una superficie conocida; los sedimentos se  pesan y  los resultados se pasan a unidades mayores y de mayor uso. Así salieron 13 toneladas de sedimentos por hectárea en los primeros meses, (imaginemos que de una superficie de 100 metros de lado nos llevamos 13.000 kilogramos), después la cifra descendió, y eso que al menos que llovió pero no de forma violenta.
        
Trocos, zona de arcilla erosionado tanto por la fuerza mecánica del agua como por la disolución de las sales que contiene.
        Estos sedimentos van a parar a la base de la pendiente, por ello siempre más rica en materiales sueltos y con más nutrientes, no es de extrañar que en esa zona se usara para cultivos o como pasto; y parte de los sedimentos acabaran en los cursos fluviales y a través del rio Ebro en el mar. Los sedimentos son transportados por la fuerza del agua y esta  es consecuencia de la pendiente, cuando esta se reduce se van depositando en el propio cauce, hasta que un aumento de caudal los acaba dejando en la desembocadura formando en nuestra caso el Delta del Ebro.

         Así atendiendo al origen geográfico de los materiales que forman el Delta del Ebro lo podemos considerar como territorio también aragonés, navarro, riojano, vasco y hasta castellano y cántabro. Para que nos hagamos una idea desde el medievo la expansión de cultivos, en especial el artigueo o cultivos itinerantes en el que se preparaba una zona de monte desbrozándolo,  en el caso de laderas no se hacían bancales  y después de una o dos cosechas se abandonaba ante la falta de fertilidad; la eliminación de bosques en la montaña para la creación de pastos de verano a lo que hay que añadir la tala para la obtención de madera y leña, la fabricación de carbón y las quemas para el mantenimiento de pastos. Todas estas actividades liberaron millones de toneladas de sedimentos que fueron depositándose a lo largo del curso bajo del Ebro y en su desembocadura, formando el delta.
         Con el éxodo del campo a la ciudad con el consiguiente abandono primero de las peores tierras, y después en muchos lugares de todas las demás, y la recuperación espontanea de la cubierta vegetal, muchas zonas erosionadas se han estabilizado, a esto hay que añadir las reforestaciones del llamado “hidrofranquismo”  junto la creación de embalses en los grandes ríos ha retenido muchos sedimentos (se calcula el 99,9%). Consecuencia al reducir la erosión y bloquear el transporte de sedimentos el delta no crece, más bien reduce su tamaño y adapta su forma a la dinámica de las olas, así como ocurre también con muchas playas del litoral que se formaron por el aporte de sedimentos mayormente realizados por los ríos.
        
Playa ersionada, la falta de sedimentos se une a la alteración de las corrientes por la construcción de muelles y espigones.
        Para que nos hagamos una idea del cambio en las cuencas fluviales de la reducción de su erosión un vecino del Prepirineo me comentaba como el rio que cruza su pueblo, antes cuando el era joven, con poco que lloviera bajaba rojo y casi desbordado, mientras que ahora por mucho que llueva ni se desborda y ni se enturbia el agua.
         Aún así después de épocas de fuertes lluvias los ríos bajan cargados de sedimentos finos pero estos no sirven par la formación del delta solo los mas gruesos como la arena que son los que se quedan en los embalses.
       La materia orgánica y los nutrientes que trasporta los ríos en la avenidas se quedaban en las zonas de inundación, recordemos como el Nilo fertilizaba sus orillas; y los que llegan al mar son los nutrientes de una variadas forma de vida desde plancton a peces de interés comercial. Con el obstáculo de las presas se ha reducido los nutrientes que llegan al mar y con ellos las formas de vida relacionas, de hecho se calcula que la construcción de la presa de Asuán en el Nilo supuso el descenso en un 80% de las pesquerías de sardinas en el mediterráneo Oriental.


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