El inicio del fuego a lo lejos (foto: Toño Alfaro) |
Contemplado desde lo alto de la Costera el incendio era un espectáculo soberbio, entre otras cosas lo considerábamos un problema de
otros. Un vecino del pueblo bajo con el tractor y el arado para hacer cortafuegos,
los helicópteros sobrevolaban la zona e iban descargando agua, todo parecía
controlado, desde el inicio había medios antiincendios, el fuego no estaba en
una zona inaccesible y el foco no era muy grande.
Se acabó el espectáculo, el fuego cruza la carrera desde la que esta hecha la fotografía anterior, ahora es un problema propio. |
Mientras
llegábamos al pueblo, iba recordando unas jornadas sobre incendios, en las que
uno de los ponentes decía que como había que atender primero a las personas
en peligro, después a sus propiedades y dado que a todos nos gusta vivir
rodeados de vegetación, cuando se podía atender la foco del fuego este ya había
crecido demasiado y dificultaba mucho su control. Por eso la imagen que yo
tenia era de algún uniformado que nos indicara que teníamos que hacer; pero al
llegar, el pueblo se encontraba lleno de humo, los escasos vecinos en la calle a
la espera, pero no llego nadie que nos dijera que hacer.
El fuego llego
a las primeras construcciones, y con cubos y mangueras se comenzó a apagar las
primeros llamas, el resto de vecinos fueron llegando para ayudar, esquivando el
control que evitaba el acceso a la población, al fuego y al humo.
Así estuvimos
45 minutos hasta que alguien decidió, en vista que los helicópteros que nos
sobrevolaban pero no echaban agua junto al pueblo, bajar a traer (casi capturar)
a uno de las brigadas antiincendios. A partir de ese momento llego la ayuda,
los helicópteros arrojaban agua junto al pueblo, los miembros de las brigadas apagaban los focos que rodeaban la
población, los bomberos nos explicaron que la tardanza fue por que no podían
llegar pues la carretera estaba cortada por el humo, la policía llego para
desalojar a los que lo necesitaran pero no había ancianos y los que tenían
niños hacia rato que habían marchado, el resto estábamos demasiado ocupados evitando que el fuego llegara la pueblo como para irnos; cuando ya había pasado lo peor, cuando se disipo el humo un miembro de protección civil nos ofreció
mascarillas contra el humo. El pueblo se lleno de uniformados y curiosos que
con sus vehículos entorpecían el movimiento de la maquinaria.
Este fuego me
ha enseñado varias cosas, con viento el fuego puede avanzar muy rápido, unos 7
km hora calculé yo, incluso en zonas con escaso combustible, no estamos
preparados para un evento así si hay continuidad entre la vegetació, (aunque esta sea escasa) y las viviendas, había leña almacenada junto a naves agrícolas con maquinaria y
gasoil. Los cambios en el relieve hace que cambie el fuego y con ello su
dirección por lo que te puedes quedar rodeado como así nos empezó a pasar. El
fuego nos se puede atacar de frente, nosotros tuvimos suerte del viento no
cambio de dirección sino otra cosa contaríamos, pero delante del foco principal se van
produciendo pequeños fuegos por las pavesas, eso es lo único que puedes apagar
con cubos y mangueras. Y sobre todo las pacas de paja no pueden apagarse, nosotros
dedicamos la mayor parte de nuestros esfuerzos y agua (al final se acabo el
deposito del pueblo) para intentar apagar dos pacas de paja cercanas, hay que
refrescar los alrededores y evitar que el fuego se expanda, esto nos lo dijeron
horas después.
No puedes esperar
ayuda inmediata incluso en una población accesible y con efectivos por la zona,
parece que las prioridades son diferentes para los vecinos y para el que dirige
las labores de extinción. La existencia de hidrantes, había uno solo en el
extremo del pueblo, y los cursos para saber que hacer en caso de incendio
ayudarían mucho en estas situaciones, pero ha pasado un año y nadie se acuerda
de los hidrantes prometidos, las cenizas se las lleva el viento.
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