Olivar con hierbanas |
No se ha acabado el invierno, y en el pie de sierra y
el somontano del Alto Aragón ya hay flores. Bueno las ha habido a lo largo de todo
el invierno, el romero y las hierbanas de
los campos no han dejado de florecer a pesar del frío y de muchos días de
helada.
Sin embargo, ahora, es la floración de los almendros la
que parece que da el pistoletazo de salida a la primavera, aunque aún estemos
en invierno y estos primeros días tibios seguramente serán sucedidos por otros
mucho más fríos. Aún quedan heladas e incluso alguna nevada tardía.
Desde mediados de febrero, encontramos las primeras
plantas de floración madrugadora. La mayoría son plantas con bulbo, que no
tienen hojas ni tallos desde principios del verano pasado y ahora florecen con
espectaculares flores pues son la versión silvestre de muchas plantas de
jardinería como: narcisos, gladiolos, jacintos, orquídeas, azafranes, etcétera.
Narcisos, Narcisus assoanus |
En los yermos un pequeño arbusto de hojas con pelos
rígidos, el mermasangre azul (Lithodora
fruticosa), también comienza florecer a la vez que las aliagas acompañan
sus flores con aroma. Hay un dicho ganadero que explica este momento del año,
“cuando la aliaga florece el hambre crece”, se refiere a que hay poca comida en
el monte para el rebaño, la mayor parte de las plantas no han despertado de la
inactividad invernal, y lo poco que queda son las partes duras y menos
apetecibles del pasto.
Tres plantas de Erophila verna y dos cagaletas de oveja como referencia del tamaño |
Pero si miramos en el suelo de los yermos podemos ver
en las zonas más umbrías a los musgos, ahora de un verde brillante por estar henchidos
de agua y las cápsulas llenas de esporas como alfileres clavados en una
almohadilla. Y, junto a ellos, una diminuta planta con flores, tan pequeña que
es difícil que la veamos si estamos de pie a pesar que forma praderitas moteadas
de blanco por su flores, es la Erophila
verna. Necesita poca tierra, algunas crecen en la concha de caracol como
macetero de fortuna y la planta completa mide dos centímetros escasos. Su
estrategia es la de las plantas efímeras, afrontan las épocas malas evitándolas
con una vida rápida y corta que no le permite más que un porte reducido,
mínimo, lo justo para poder decir que es una planta completa, de manera que
antes de que llegue la sequía, germinan, se desarrollan, florecen, fructifican
y mueren, dejando un banco de semillas en el suelo hasta el año que viene. Esto
se comprende mejor en las plantas que se desarrollan en primavera en zonas más
secas, como Monegros, y evitan el verano. Pero aquí la Erophila verna se
desarrolla a finales de invierno antes de las lluvias de primavera y, cuando
llega el verano, es ya un recuerdo lejano. ¡Qué prisa por cumplir con su ciclo!.
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