sábado, 12 de septiembre de 2015

ALUDES (y II), EL JARDINERO EXPRESIONISTA




Pino negro, Pinus uncinata, de porte inclinado como consecuencia de los aludes, peña Blanca, Benasque

     La senda avanza por el pinar de pinos negros, árboles de troncos rectos y follaje oscuro, de sombra fresca que alivian el calor que sentimos al realizar este camino de alta montaña. De ponto la luz del verano lo vuelve a inundar todo, hay menos árboles y  parece que un jardinero aficionado a los bonsáis y al arte topiario se halla dedicado a trabajara algunos de estos árboles con formas inquietantes, troncos tumbados, ramas retorcidas, frondes asimétricos, formas torturadas de aspecto sufriente más propias de genero de terror que de un agradable paseo en un soleado día, pero el jardinero no ha sido otro que la nieve del invierno en forma de un alud.
     Las zonas con tendencia a los aludes aparecen en las laderas boscosas como calvas de forma alargada que sigue la máxima pendiente y se ensanchan hacia la base, ya que la periodicidad de los aludes impide el establecimiento continuado de árboles. Bueno algunos árboles sí soportan los aludes al menos durante un tiempo o con ciertas concesiones, normalmente son pinos negros de pequeño tamaño que quedan bajo la nieve consolidada sobre la que se desliza el alud, o su tozudez les permite recuperarse después aunque visiblemente transformados con el tronco de inclinado o tumbado contra el suelo y la pérdida de parte de las ramas.
     Aunque fieles a su programación de crecer en dirección a la luz, los ápices de su troncos y las nuevas ramas se yerguen verticales desde el suelo hasta que el siguiente alud los poda de nuevo, quedando árboles rastreros de troncos pegados al suelo, a veces rajados longitudinalmente como consecuencia del impacto de la nieve, con una maraña de ramas en lugar de copa, pero son árboles vivos al fin y al cabo. Hay árboles que tienen más suerte, han crecido al amparo de una roca, pero cada vez que baja un alud troncha las ramas que osan levantarse por encima de la protección.

Secciones troncos de pino negro, inclinados por los aludes: 1 anillos concéntricos el tronco del árbol esta vertical, 2 momento en que el árbol se inclina como consecuencia de un alud, 3 anillos excéntricos cuando el árbol se desarrolla tumbado. En B además el golpe del alud rajo el tronco longitudinalmente
     No solo cambia el aspecto del árbol también la estructura del tronco, pues este necesita depositar más madera y más densa en la mitad inferior del tronco (en las coníferas) para contrarrestar las tensiones de su nueva posición horizontal, quedando de esta manera el corazón del árbol fuera del centro del mismo. Esta anormalidad es la que nos permitirá, contando los anillos de crecimiento, el poder datar la fecha del alud que lo tumbó. El tamaño de los anillos nos indicará también que después de un alud hay una perdida de ramas, por lo que el crecimiento secundario del tronco se ralentiza durante varios años, pues con menor follaje el árbol realiza menos la fotosíntesis con la que se nutre y puede crecer, además las reservas almacenadas se usan en el desarrollo de nuevas hojas, por lo que los anillos que corresponden a estos años son muy estrechos.

Efecto del alud del Salvaguardia, agosto del 2014
     Junto a estos árboles expresionistas de troncos rotos, tumbados y retorcidos, se alzan los troncos rectos de los árboles que han crecido fueran del canal de aludes, erguidos, orgullosos y desafiantes hasta que un año de grandes nevadas o en el que el viento ha depositado la nieve en otra zona y el alud no se desliza por donde siempre y lo hace por una nueva trazada, se lleva a los árboles altivos de troncos rectos que hasta el momento habían sido simples espectadores. La fuerza es tal que tumba árboles centenarios y arranca, al levantar parte de su raíces, grandes trozos de suelo que quedan como heridas abiertas, pero no por mucho, la reconstrucción comienza ese mismo verano con el banco de semillas de plantas oportunistas que almacena el propio suelo y que no podían desarrollarse con la sombra de los árboles.
     Los veranos con calor y agua de lluvia les dieron la vida poco a poco a los árboles, un solo invierno de nieve y frío se la quitó a toda velocidad.



No hay comentarios:

Publicar un comentario