El musgo que crece sobre la arenisca, Pteryneurum ovatum, actúa como creador de suelo y facilita la colonización de plantas más exigentes |
No es lo más aconsejable, pero, a veces hay que pasear en las peores
condiciones posibles, para imaginar como sobreviven los seres vivos en
determinados lugares. En las zonas desforestadas, sin casi cubierta vegetal,
del valle del Ebro nos podemos plantear un paseo en pleno mediodía de verano,
(o cuando ya empieza a bajar el calor) para ver como sobreviven los organismos
que lo pueblan. Los animales, o se han retirado a la sombra, o bajo tierra, o
se refugian en posiciones elevadas entre las ramas de los arbustos donde evitan
la radiación del suelo y donde cualquier brisa les puede refrescar. Las plantas
no se pueden esconder, por eso unas ya han completado su ciclo y se encuentran
en forma de semillas o de bulbos bajo el suelo, el resto suelen tener
adaptaciones para minimizar los rayos solares, y además cuentan con la humedad
del subsuelo.
Pero la arenisca recalentada sobre la que andamos, esta llena de
líquenes, e incluso de musgo que siempre asociamos con lugares y momentos de
gran humedad. Ambos organismos son perennes y no disponen de la humedad del
suelo. Si los líquenes se desarrollan como “pieles de colores” que cubren la
roca, los musgos llegan a formar macollas que se elevan sobre la superficie de
la roca, y parece que no les va mal a pesar de vivir en un sitio así. Incluso
llegan a acumular suelo, van reteniendo el polvo que transporta el viento y van
creciendo sobre él, uno o dos centímetros de suelo parece poco pero es toda una
hazaña para una planta tan diminuta que crece sobre la roca desnuda, también
vemos que hay otras plantas que han enraizado entre los musgos aprovechando esa
pizca de suelo.
Suelo acumulado entre el musgo y la arenisca |
Tendremos que volver después de un periodo de lluvia, antes de que el
sol los seque para ver como pierden el color gris aterciopelado que les
proporciona una defensa contra el sol y facilita la absorción del agua, y se
vuelven algo verdosos incluso llegan a reproducirse. Si pierden la humedad se
parara todo el proceso, volverán a coger el aspecto de cadáveres secos, para
con algo de humedad rehidratarse y volver a vivir, es la reviviscencia, una
cualidad de plantas primitivas en su conquista en el medio aéreo que tiene
algunas algas, musgos, helechos y raramente, muy raramente, alguna planta con
flores.
Cápsulas que contiene las esporas del musgo a finales de invierno, después el ambiente será demasiado seco |
Esta cualidad les permite conquistar nuevos territorios en los cuales
ningún otro ser puede vivir en esas condiciones, con ciclos continuos de vida y
muerte aparente. Los líquenes son los pioneros, en la conquista de las rocas,
cuando están húmedos y vivos se vuelven resbaladizos, como nos damos cuenta
cuando caminamos sobre ellos distraídamente. Después llegan estos musgos, como
todos su parientes son el boceto de lo que serán las plantas con flores,
tienen, o aún no, pero si el inicio de hojas, tallos y raíces, incluso
inventaron la lignina que forma la madera, pero aún no la han sabido usar en
todas sus posibilidades como hacen los árboles. Sus raíces no son muy
eficientes a la hora de proporcionar agua, y sus tallos y hojas no pueden
evitar el perder la humedad que contiene con facilidad, el agruparse en
formaciones compactas y duras evita en algo estas pérdidas. Pero esta cualidad,
les permite poder absorber la humedad del ambiente, un día de niebla para ellos
es como si lloviera, y en cuanto sale el sol se secan y se quedan con la vida
suspendida, con paciencia, a la espera del rocío, de la niebla o de un aguacero
que los devuelva al mundo de los vivos.
Tan solo tenemos que agacharnos y contemplar el suelo para comprobar que
el milagro de la vida se necesita de muy poco, si tus pretensiones son
sencillas.
Un texto con la profundidad de lo simple. Para reflexionar. "El milagro de vida necesita muy poco". Se agradece.
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