sábado, 3 de diciembre de 2016

EL ÚLTIMO FABALLÓN

Aspecto ondulado de un lóbulo de deslizamiento en los pastos de Portalet, la existencia de arboles que anclarían en profundidad el sustrato habría, cuando menos, dificultado su inicio
Pero la desforestación no paso sin más en este territorio, la zona creada de pastos esta asentada sobre sedimentos inestables y depositados muchas veces sobre pizarras, la pendiente unida a los materiales lubricados por las abundantes lluvias y sin la sujeción en profundidad de las raíces de los árboles del desaparecido bosque hace que el suelo se deslice, y como tal queda visible en las laderas con descarnes en el arranque y lóbulos en el frente que se desplaza lentamente, que aparecen como ondulamientos en gran parte de los pastos, este fenómeno está registrado en los mapas de geomorfología en los que prácticamente toda la cabecera del valle son deslizamientos, y comprobado en los “problemas técnicos” de la ampliación de las pistas de esquí hace unos pocos años.
El caso es que hace unos tiempo había dos Faballones (hayas), en ambos el paso del tiempo y del viento que entra por el puerto del Portalet dejo su huella: troncos con crecimiento en espiral, ramas inclinadas a sotavento y con las ramillas creciendo solo desde esa posición. Uno de ellos cayó hace unos pocos años pero pude visitarla cuando aún esta en pie, de su tronco principal solo quedaba un alto tocón ya podrido donde había arraigado un serval. Dos de su ramas bajas intentaban formar la copa aunque solo quedo en eso, un intento, la rama ms longevos que nosotros, nos tren recuerdos del pasdo pero si mo arbolillos, per ahora soplo podemos deducir el olvidoando, darlás fuerte mostraba crecimiento en espiral y su perímetro de dos metros habría sido la envidia de muchos árboles.
Mapa geomorfológico de la zona del Portalet, cabecera del río Gállego, en ambas vertientes los trazos rojos con punteado corresponden a los deslizamientos, que ocupan prácticamente toda la superficie del valle.
El tronco hueco frente al viento no es un problema, mientras que el espesor de madera que resiste a la pudrición no sea demasiado fino (algunos hablan de un 30%), pues tiene la misma resistencia, o incluso más que un tronco macizo al tener menos peso, ya que  todas las tensiones mecánicas se concentran en la parte más externa del tronco, la parte interna “no trabaja”(es el mismo principio que aplican las cañas o los tubos que forman los andamios); el problema de los árboles de troncos huecos son las altas ramas al oponer resistencia al viento, la presión de este hace que la propia rama actué como una palanca y acaben desgajándose de lo que queda del tronco.
 
El Faballón en julio del 2008 antes de caer, al fondo la carretera al puerto del Portalet. Derecha sección de una rama secundaria (2016) donde se aprecian sus anillos excéntricos (111) consecuencia de la presión del viento.
Ahora lo que encontramos de este Faballón es un imponente tocón, el serval que crecía en su hueco está con las raíces al aire pues se quedo sin maceta, y las dos grandes ramas yacen sobre el suelo, no se si cayeron a la vez pero su final ha sido el mismo. Las ramas más finas ahora protegen los brinzales de hayas que han surgido, restos de un cercado de alambre de espino parece que debió tener la misma intención pero ahora yace también en el suelo.

Podemos aventurar su edad si extrapolamos el perímetro de una de sus ramas secundarias, con 111 anillos de crecimiento, con el perímetro de la rama principal mediante una sencilla “regla de tres”, nos daría algo más de trescientos años para esta; como siempre en este tipo de cálculos son una mera aproximación, más que un dato un divertimento que ha de tomarse como tal. Pues lo importante no es la edad del árbol sino la función que tenían como referente geográfico, protección de pastores, y recuerdo de que estos pastos y estas pistas de esquí se encuentran donde hubo un bosque; y sobre todo que nuevas hayas sustituyan a los Faballones caídos evitando que caigan en el olvido.  

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