sábado, 14 de enero de 2017

FRÍO EN LAS PLANTAS ( PERO NO DE LOS PIES)

Frente al frío los arboles bien dos estrategias igualmente válidas, mantener la hoja (abetos), o desprenderse de ella (hayas) 
A las plantas no les gusta el frío, si el agua se hiela, aunque tengan nutrientes en el suelo no los pueden absorber y no pueden realizar la fotosíntesis, por ello con frío descansan y no crecen; las plantas tropicales harán esta parada temperaturas relativamente altas mientras que las plantas alpinas y boreales la harán prácticamente en el punto de congelación.
Los fríos previsibles del invierno no suelen ser un problema, las plantas de las zonas templadas y frías están preparadas para soportarlos mientras dura la estación, y combinan dos estrategias muy diferentes pero que funcionan. Las plantas de hoja perenne han ido desarrollando una serie de protecciones para evitar daños en su hojas, las plantas caducifolias simplemente se deshacen de su hojas, así evitan daños pues algo que no tienes no puede causar problemas; pero cada estrategia tiene sus ventajas e inconvenientes.
Cuando la planta mantiene la clorofila, aunque sea en el tallo como en esta retama loca, debe protegerla; a cambio en los periodoss buenos podrá realizar la fotosíntesis

Los árboles de hoja perenne invierten mucho esfuerzo en dotar a su hojas de protecciones contra el frío y la desecación, por lo que suelen ser hojas duras y correosas que deben durar varios años, 7 en algunas coníferas; a cambio pueden aprovechar los periodos cálidos del invierno para realizar la fotosíntesis y en primavera pueden comenzar antes a crecer (periodo vegetativo). Por ello las coníferas dominan en ambientes extremos como la alta montaña, donde el pino negro es la especie arbórea que más asciende, y es capaz de soportar condiciones más adversas, de hecho alguien dijo de esta especie que era capaz de sufrir más sin llegar nunca a morir.
Los árboles de hoja caduca en cambio tienen hojas muy sencillas, no invierten en protecciones contra el frío y muchos de ellos tampoco contra la desecación, antes de su caída la planta absorbe todos los elementos reutilizables y deposita en ella sustancia de desecho, además tienen prevista la zona donde se desprenderán las hojas para no dejar orificios abiertos en la planta, pero ante esta actitud “desprendida”  la planta se asegura de proteger bien las yemas (preparadas con uno o dos años de antelación) de donde saldrán las nuevas hojas incluso con anticongelantes como la glucosa, en contra no podrán aprovechar los periodos cálidos del invierno y en la primavera antes de comenzar con la función clorofílica y a crecer han de desarrollar las hojas, por lo que les cuesta más ponerse en marcha.
(ver también  http://territorioinquieto.blogspot.com.es/2013/10/caduca.html)

Las plantas caducifolias no necesitan proteger a sus hojas del frío, así reducen esfuerzos e  inversiones
Esta parada de la actividad en las plantas leñosas por el frío queda registrada en la madera, en forma de anillos de crecimiento, más visibles en las coníferas; a través de los anillos no solo podemos saber la edad del ejemplar sino también hacernos una idea de los años buenos y malos en cuanto al clima, eso si cuando la planta esta en parada, no crece, luego no forma anillo, por lo que tampoco registra información de ese periodo de tiempo.

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