La Linaria alpina como otras plantas de alta montaña es capaz de soportar la congelación de sus flores y hojas |
Quien me lo iba
a decir, a pesar de ser verano, con el calor que hacia en el fondo del valle y
la sudada para llegar hasta aquí, el frío que he pasado esta noche echando de
menos un saco “que no calque el frío”, cada vez que me despertaba me ponía una
prenda más hasta que se acabaron, y entonces a esperar el día; pero lo peor es que a pesar de que el sol ha
salido hace rato sus rayos parecen no calentar, aunque la plantas de por aquí
parecen indiferentes a estas temperaturas pues estoy en mitad de un exuberante
aunque ralo prado verde con flores; las plantas parecen acostumbradas al frío
pero los animales no tanto, los insectos no vuelan es más se les ve escondidos
en el interior de las flores más grandes, y solo a medio día veré a las
lagartijas tomando el sol en los lugares protegidos de la “fina” brisa que ha
empezado a correr, si este es el verano de aquí, que será el invierno.
En la alta
montaña el periodo vegetativo suele ser corto, (este se considera cuando al
temperatura media supera los 7ºC y en los Pirineos disminuye a razón de un mes
por cada 300 metros que ascendemos) por eso dado el escaso tiempo para crecer
en estas zonas tenemos plantas (y árboles también) de porte reducido, postrado,
rastrero o creciendo en apretadas formaciones que recuerdan a un cojín. En
estas densas formaciones incluso constituidas por varias especies, en el
interior la temperatura puede ser hasta 10º C superior a la exterior, por lo
que merece el apretarse unas plantas con otras, y así frente a estas
condiciones ambientales en lugar de competir por los recursos se facilitan la
vida.
Debido a que el
verano no esta garantizado, la reproducción de una forma convencional puede ser
un problema por lo que suelen tener un “plan b” reproductor; así determinadas
especies pueden: formar semillas sin fecundación (apomixia), autopoloinizarse
(autogamia) o reproducirse vegetativamente mediante bulbilos, rizomas o al
enraizar tallos desprendidos. Además son escasas las plantas anuales, varios
malos años de veranos fríos sin reproducirse adecuadamente podría suponer el
gasto del banco de semillas del suelo y la desaparición de esa especie en esa
zona, por lo que dominan las plantas perennes con potentes sistemas radiculares
donde almacena reservas alimenticias. Además las plantas más adaptadas este
clima de alta montaña son capaces de pasar varios años tapadas por la nieve de
un ventisquero y cuando este por fin desaparece florecer como si el tiempo bajo
la nieve no hubiera existido.
Los bosques de pino negro se van clareando según ascienden por las laderas más favorables, aquí en el Valle de Cregüeña, Benasque los últimos árboles alcanzan los 2600 metros de altitud |
Pero la nieve
invernal lejos de ser un problema es una ventaja, al quedarse las plantas bajo
ella, y aunque estén a una temperatura bajo cero, no estarán tanto como en el
exterior (a -30ºC en el exterior, bajo una capa de nieve de 50 cm. se puede
estar un poco por debajo de los 0ºC), ni tampoco estarán expuestas a los
efectos desecantes y los daños mecánicos del viento. La nieve además evita que el
suelo se descongele demasiado pronto, la congelación-descongelación del
suelo hace que este cambie de volumen, y este movimiento (crioturbación) daña
las raíces de las plantas.
Estas
condiciones son las que limitan el crecimiento de los árboles en altitud, pues
han de desarrollar completamente las protecciones de las hojas antes de la
llegada del frío, pues siempre quedarán por encima del manto de nieve, sino se
desecarán e impedirá el crecimiento del árbol; por eso según ascendemos los
árboles se van haciendo más raros, crecen más aislados y su porte es cada vez
menor. En el Pirineo el bosque llega hasta los 2000-2200 metros y los árboles
aislados de pino negro que es al especie de árbol que más frío soporta llega en
lugares favorables como solanas de la zona central de la cordillera hasta los 2600-2700 metros.
Efecto de un helada tardía de primavera sobre las hojas recién salidas de un haya |
Pero el problema
del frío no es él de los programados sino cuando se presenta en circunstancias
no habituales, como las heladas tempranas en otoño antes de que las plantas se
hallan preparado o peor aún las tardías en primavera, cuando la planta ya ha
“movido”, se han abierto las yemas, y sus nuevas hojas están tiernas, son muy
ricas en agua y aún no han desarrollado tejidos que las protejan; entonces
cuando las vemos desecadas de forma irregular decimos que “el frío las quema”,
bueno en vedad el frío lo que ha hecho ha sido congelar el agua de sus células,
al aumentar esta de volumen rasga las membranas celulares y por esas roturas la
célula se deshidrata, y con ella el tejido entonces la hoja aparece seca. Para
evitarlo algunas plantas poseen anticongelantes como la glucosa, esta al ser
una molécula muy grande “secuestra” muchas moléculas de agua y evita que se
congelen.
El frío es un
problema para las plantas superiores, pero ellas han encontrado soluciones que
les permite vivir en lugares con condiciones muy limitantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario