De esta forma poética Lope de Vega se
refirió a la Armada Invencible, que a pesar de su nombre fue vencida por los
ingleses según parece por una mejor táctica, barcos más pequeños y rápidos,
cañones de más largo alcance y rematada por un temporal; este último fenómeno
fue la excusa para explicar la inconcebible derrota con un: no he mandado mis
naves a luchar contra los elementos, o algo así pues lo cito de memoria.
Pero Lope de Vega con “la selva de mar” se
refería a la ingente cantidad de madera y árboles usados para la construcción
de una flota de 57.868 toneladas.
Para que nos hagamos una idea para cada
tonelada de arqueo de barco hacían falta 10 metros cúbicos de madera labrada,
que provenían del doble en madera en rollo, es decir el tronco sin las ramas.
El 30-50% era madera de conífera y el resto de frondosas especialmente roble
que se usaba para el casco.
Recreación del transporte de troncos con navatas por el río Cinca |
En 1585, tres años antes de la Armada
Invencible el conjunto de toda la flota española era de unas 300.000 toneladas,
lo que suponía 3 millones de metros cúbicos de madera labrada, que provenía de
6 millones metros cúbicos de madera en rollo, obtenidos de otros tantos
árboles; considerando que de cada hectárea de bosque maduro se podían obtener
unos 50 árboles, la flota en aquel año correspondía a unas 120.000 hectáreas de
bosque.
Pero
de estos bosques una vez sacada la madera de los barcos los árboles restantes
se usaban para la construcción, herramientas, leña, pastos y otras industrias
como el carboneo y los hornos de diferentes tipos; por lo que difícilmente se
recuperaban. Además los barcos si había suerte, con cuidados y reparaciones
podían durar 50 años, aunque lo normal eran de 10 a 20 años.
Esto suponía una necesidad continua de
madera para barcos teniendo en cuanta que el roble necesitaba hasta ocho años
de secado, y que había piezas
imprescindibles como el codaste que armaba el barco por la popa que podía tener
hasta 8 metros de longitud y de él dependía el tamaño del barco, o la madera de
compás que ya estaba curvada en el árbol lo que le daba mayor resistencia que
si debiera ser labrada. De hecho ante la necesidad se importaba madera del
Báltico y después de las Américas o simplemente se construían los barcos ahí.
Para asegurar el abastecimiento de madera
para barcos, en 1748 una Ordenanza de la Marina le da derecho a esta a toda la madera
que necesite desde la orilla de mar o rio navegable hasta 25 leguas (138 Km)
hacia el interior. Si consideramos al rio Ebro navegable al menos hasta Zaragoza,
aunque fuesen barcazas, todo el Pirineo Aragonés queda dentro de esta zona.
Uno de los tramos más espectaculares del Chemin de la Mature tallado en la roca de la pared |
Tal vez por eso se dice que los mejores
abetales del Pirineo están en el Caribe en los mástiles de los barcos que se
hundieron ahí. Para que no hagamos una idea de la importancia de estos árboles,
en la vertiente francesa hay un impresionante camino tallado en una casi
vertical pared de roca caliza es le Chemin de la Mature, (el camino de los
mástiles) por donde en carros se sacaron los troncos de abeto. Los árboles
llegaban hasta los ríos, por ellos y dependiendo del caudal primero iban sueltos
barranqueando y después en almadias o navatas, y desde su desembocadura se
podían distribuir a los astilleros cercanos.
Quien le iba a decir al piñón que cayo en
el fresco suelo de una umbría del Pirineo que el árbol que surgiría acabaría en
el fondo del Caribe.
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