viernes, 12 de agosto de 2016

AL OTRO LADO DE LA LUZ, EL ESPECTRO MALIGNO

Escorpión visto con luz negra, UV
A pesar del solazo que caía esa mañana, la señora llevaba el pelo recogido y una camiseta de tirantes, y así decía, aprovechaba la excursión para ponerse morenita. A lo largo de la misma fue cogiendo confianza y al final me pregunto que con todo el tiempo que pasaba en el campo (menos de lo que yo quisiera) y con lo que me gustaba la naturaleza, como esta tan blanco e iba tan tapado con lo bueno que era el sol; indudablemente se había fijado en la untada de crema factor 50 en aquellas escasas partes de mi cuerpo que no tapaban el sombrero de ala ancha y la camisa de manga larga con el cuello levantado, pues el pantalón largo no era por el sol sino por la vegetación un tanto pinchosa de la zona. Como ese día no tenía ganas de explicaciones sobre mi persona, ni de estropear el ambiente distendido de la excursión con solemnidades le dije: “Mire señora, yo antes quería tener un moreno melanesio: oscuro, uniforme e integral, pero eso supone mucho esfuerzo hay que pasar mucho tiempo desnudo, tumbado y no haciendo nada; por eso ahora intento tener un bronceado tipo poeta romántico como Lord Byron, por lo que me estoy igualando el blanco de culo con el resto del cuerpo”. Los demás del grupo se rieron, pero la señora no sé porque se distancio un tanto y no volvió a hacerme preguntas.
Preparado para tomar el sol en verano. Y lo que no se ve: crema protectora, cuello subido de la camisa, gafas de sol, hasta camiseta
Ahora tal vez sea el momento de explicar mi relación con el sol, los problemas de mi piel con los UV; tengo un cáncer de piel, no es maligno pero es del tipo “tocapelotasdevezencuando”,  pero siguiendo una serie de precauciones, como la crema factor 50 e ir tapadito a pleno sol, me permite llevar un vida normal aunque no me ponga morenito y este consiguiendo igualar los blancos de mi cuerpo. Pero para prevenir hay que  comprender las reglas de juego y aplicarlas, por lo que conviene saber que es la luz solar.
La luz solar visible (blanca) está formada por la suma de varios colores diferentes, del rojo al azul, y que vemos en el arco iris (los colores son espectros de diferentes longitudes de onda); a pesar de que dependemos de la luz para la visión y la consideramos como algo divino, si recordamos la expresión “la luz se come los colores” nos indica en los límites de lo visible que hay un parte de ella con otros poderes. Así en un extremo de la luz visible tenemos los rayos infrarrojos que son los que proporcionan la sensación de calor, los que calientan los cuerpos especialmente los oscuros; y en el otro extremo, al otro lado de la luz visible, están los rayos ultra violetas ( en adelante UV), el espectro maligno.
La luz solar visible, también llamada luz blanca esta formada por la suma de varios colores luz que observamos en el arco iris. Doble arco iris con el castillo de Montearagón al fondo
Los UV nosotros no los percibimos como otros animales, los insectos si son sensibles a ellos y ven las flores de otra forma http://territorioinquieto.blogspot.com.es/2014/07/la-ruta-del-nectar.html, igual ocurre con las aves para ver los frutos y los invertebrados de los que se alimentan, son  invisibles para nosotros pero muy llamativos para los animales que perciben este espectro de la luz. Un ejemplo del cambio de aspecto con el cambio de luz es el escorpión, para nosotros es de un anodino color amarillento, mientras que con luz UV cambia totalmente con increíbles tonos azulados.

El que nuestra vista no sea muy sensible a los UV no quiere decir que seamos inmunes a sus efectos, nuestra piel expuesta a ellos enrojece, llegando a formar quemaduras y ampollas a pesar de que no habíamos notado su efectos; la piel se defiende creando un filtro la melanina la responsable de oscurecerla, pero su producción no es inmediata y las pieles blancas se queman con facilidad antes de protegerse. Lo lógico seria mantener la melanina en la piel “por si acaso” pero la naturaleza y nuestro cuerpo son muy ahorrativos si algo no se usa desaparece, y cuando falta el estímulo de los UV deja de producirse melanina, y además así en climas poco luminosos, dicen, la piel absorbe mejor los rayos solares necesarios para fabricar la vitamina D.

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