Lo tengo que reconocer esta es una de esas cosas en las que debía de haberme dado cuenta, pero como tantas me había pasado desapercibida.
Fue hace pocos días en una charla de Pablo Pérez Daniëls en la feria micológica de Ayerbe, el ponente hablaba sobre la ecología de los hongos (mas allá de las setas y la gastronomía) y menciono la importancia de los hongos para reciclar la hojarasca y liberar sus nutrientes. Pensémoslo, lo qué ocurriría con todas las hojas que caen de un árbol en otoño, sino hubiera un mecanismo que las eliminara; se acumularían en especial donde las lleva la gravedad, el viento y el agua, en esas zonas habría metros y metros de hojas muertas impidiendo la llegada de la luz al suelo y con ello imposibilitando que crecieran plantas, incluso los animales tendrían que “nadar” en ellas, y las masas de agua seguramente estarían taponadas por las hojas.
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Hifas de un hongo cubriendo una hoja muerta de haya |
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El hongo se encuentra en el interior de la hoja de haya, y para reproducirse emite fuera los carpóforos (las setas) de donde saldrán las espora que caerán en el interior de la hojarasca del haya. |
Si tenemos la oportunidad, y si no la buscamos, de agacharnos en el suelo de un hayedo, vamos retirando las hojas recién caídas, están secas y reconocibles, a poco que profundicemos las hojas están cada vez más deterioradas y húmedas, y podemos distinguir un buen numero de invertebrados de muy pequeño tamaño que deambulan por ellas, en esta zona podemos ya encontrar las hifas de los hongos, un entramado de filamentos blancos muy finos algunos dispuestos en forma de abanico o radialmente; un poco más abajo las hojas están saturadas de humedad y mas abajo lo que queda de ellas una masa negruzca ya el producto final. De camino si hemos tenido suerte encontraremos algunos hongos de la hojarasca que se están reproduciendo con sus órganos fructíferos (setas), algunos ni siquiera se molestaran en llegar a la superficie, no lo necesitan están rodeados, inmersos, en su alimento; formando delicadas de setas blancas y traslucidas, algunas de dimensiones de alfileres entomológicos del 000, que son más finos (como un cabello) y más estilizados que los de costura. El encontrar alguna de estas colonias de setas nos permite hacernos una idea de las dimensiones, pues algunas hifas de hongos se desarrollan en el interior de una de las hojas de haya y solo emerge una parte para reproducirse.
Estamos como tantas veces ante un mundo que permanece oculto por su tamaño, aunque cuanto más nos acercamos más se expande, pero sin embargo de su presencia no solo nos beneficiamos sino que sin él la vida seria de otra manera de como la conocemos.